¿En qué va el paro? Una revolución ciudadana frustrada

¿En qué va el paro? Una revolución ciudadana frustrada

El paro fue una oportunidad histórica que empezó como un fuego gigante que poco a poco fue apagando su llama. ¿Cuáles fueron los aciertos y desaciertos?

Por: Jorge Buitrago Puentes
octubre 14, 2021
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¿En qué va el paro? Una revolución ciudadana frustrada
Foto: Leonel Cordero

Se extinguió la fuerza de la esperanza de la protesta ciudadana más grande de la historia del movimiento social, nacido el 21N 2019 y continuado el 28A de 2021.

A pesar de la pandemia nació como una convocatoria de los sindicatos para celebrar el día del trabajo y protestar por el incumplimiento de acuerdos sindicales anteriores y el mal gobierno de Duque.

Estas protestas crecían día tras día con ciudadanos organizados en diversas agremiaciones, pero en su mayoría eran millares, quizás millones, de ciudadanos espontáneos en todo el país que salieron a protestar, inicialmente por el lesivo proyecto de reforma tributaria, presentado en un momento inoportuno que sin duda se sumó a la ira ciudadana que venía desde el 21N 2019, y que se suspendió por la pandemia. Ira que es la sumatoria del cansancio de un modelo político y económico que no representa a las mayorías y que se perpetúa sin llevar a cabo los cambios estructurales que el pueblo en la calle clama históricamente, la corrupción del régimen y los malos gobiernos.

De esta manera, las protestas desbordaban las tradicionales marchas de los trabajadores a las que estábamos acostumbrados, que marchaban varias horas y terminaban en las plazas principales de las ciudades sin ningún resultado efectivo. A los tradicionales sindicatos esta vez se sumaron ONG, agremiaciones de distinto orden; pero sobre todo millares o quizás millones de jóvenes y ciudadanos inconformes y hastiados del estado de cosas, sin distingo político, racial, de edad, condición económica, especialmente los dos primeros meses de protestas.

Una característica del movimiento ciudadano que se evidenciaba con el paso de los días y los meses era la ausencia de liderazgos, y era amorfa y desarticulada la representación, y sin verdaderos proyectos de cambios estructurales. Si bien se constituyó un comité de paro, este tenía intereses gremiales muy concretos, pero no había un proyecto colectivo construido democráticamente y desde las bases ciudadanas. Con el paso del tiempo se quedaron solos los sindicalistas de las centrales obreras sin mayor legitimidad, ni representación y con una agenda claramente política donde se rescatan algunas propuestas especialmente para paliar las dificultades de pobreza coyuntural de gran parte de la población, como la renta básica, entre otros. Aún siguen convocando protestas que han quedado reducidas a lo que verdaderamente representan.

Se cayó un ministro, aunque se volvió a levantar, menos lesiva pero pasó la reforma tributaria; el favor del gobierno a los empresarios, del pago por horas, no se cayó y quedó pendiente con la sentencia de la corte constitucional. Se negoció un pliego de peticiones con las centrales obreras y paradójicamente unas mayorías sindicales tradicionales apoyaron al gobierno a cambio de la aprobación de unas peticiones laborales que no son nada transcendentes en la materia.

Lo verdaderamente sustancial de las protestas, las causas del malestar y la ira ciudadana, los cambios estructurales del poder y los factores de la corrupción, una verdadera democracia con justica social, el cambio de modelo político y económico, la implementación de un verdadero estado social de derecho, la igualdad de oportunidades y la superación del clientelismo, reformas a la justicia, y la construcción de una verdadera paz no estuvieron en la agenda de los autoelegidos líderes del paro. Temas y problemáticas que están latentes y que son las causas de las protestas ciudadanas, que no han sido abordados por los últimos gobiernos y que van más allá de los diálogos de paz de La Habana que, sumado a la falta de legitimidad y representación de los que se autoproclamaron representantes del movimiento ciudadano y las mentiras de un gobierno que desesperadamente, buscaba apagar el fuego con mentiras, como que se iba a escuchar a todo el mundo y todos las problemáticas de la ciudadanía. Fue un diálogo de sordos con agendas disímiles y con un pseudopresidente que se debió haber caído.

Pero al mismo tiempo el gobierno acudió a la violencia brutal de la policía que derivó en graves violaciones de los derechos humanos, millares de heridos y decenas de muertos, violencia que fue rechazada por todo el mundo y que dio lugar a un informe contundente del Comité de Derechos Humanos de la OEA, que fue tildado de tendencioso e ideológico por el gobierno.

Lamentablemente, el movimiento con el paso de los días derivó en hechos de vandalismo, daños a bienes públicos y privados, protagonizados por unos pocos que le quitaron respaldo ciudadano y legitimidad al movimiento. Pero tal vez era la única forma de hacerse oír ante la impotencia acumulada de cambios históricos.

Y, de otra parte, el gobierno apaciguó los ánimos de los jóvenes, protagonistas de las protestas, con educación superior gratuita y la creación de unos consejos juveniles territoriales. Consejos que no son verdaderos espacios de transformación de la democracia que dé lugar a unos cambios sustanciales para las futuras generaciones. Son como un caramelo que se les da a los niños para distraerlos.

Fue una oportunidad histórica desperdiciada por los pseudolíderes del paro y del establecimiento para producir los cambios de fondo histórico, exigidos algunos de una manera amorfa por los ciudadanos en la calle. Todo lo contrario, el establecimiento se sigue oponiendo de manera terca y sistemática, como históricamente lo ha venido haciendo, a verdaderos cambios en la sociedad, que han provocado la violencia de la que aparentemente se está saliendo con las acciones y decisiones de la JEP. De igual manera se evidencia la ausencia de verdaderos liderazgos que dirijan y conduzcan el inconformismo social; es evidente que los partidos políticos no representan al pueblo.

Queda para el análisis de los científicos sociales el establecer lo que verdaderamente pasó con el histórico 28 A- 2021 como continuidad del 21N 2019 y que la frágil memoria del pueblo no olvide que puso a temblar el régimen y su pseudopresidente y la revolución ciudadana quedo frustrada, pero en modo de continuará.

 

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