Las mujeres en la política casi siempre las utilizan

Las mujeres en la política casi siempre las utilizan

Una de la feministas más respetadas del país habla sobre las limitaciones en temas feminista y de género en los movimientos de izquierda y progresistas

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marzo 08, 2022
Las mujeres en la política casi siempre las utilizan

A finales del año pasado la socióloga Sara Tufano, experta en temas de conflicto, decidió renunciar públicamente a la candidatura al Senado por el Pacto Histórico en una columna en el Tiempo que tituló “No todo vale”. En este escrito, que se convirtió pronto en una declaración de principios, criticaba los coqueteos que entonces tenía Petro con César Gaviria y lanzaba frases tan demoledoras como “Nadie puede contradecir a Petro”. Era otra de las mujeres vitales para el petrismo, como María Mercedes Maldonado, que abandonaron estas toldas por la incongruencia del senador con su discurso y sus acciones.

En una conversación bastante esclarecedora Tufano desmitifica el viejo tópico de que la izquierda colombiana apoya los derechos de las mujeres y pone el dedo en la llaga en lo más retardatario que tiene el petrismo: su posición con las mujeres.

Juan Manuel Ospina: Las mujeres es un tema infinito, con mil posibilidades, mil debates, incluso se volvió tema de elecciones. Por eso nos acompaña la socióloga Sara Tufano, quien ha sido una persona muy fuerte a la hora de comunicar temas de mujeres y de feminismo, hoy vamos a hablar justamente de eso. Sara gracias y echémonos al agua...

Sara Tufano: Me parece muy interesante que me digas que no sólo me especializo en temas de mujeres, yo llego al debate público no por el feminismo sino por analizar la coyuntura político, incluso por el tema del conflicto colombiano, pero a las mujeres la vida política lo va llevando a uno al tema de mujeres por las diferencias que hay con los hombres, soy una mujer progresista y me alarmo porque veo que dentro del progresismo empiezo a ser vista como una persona incómoda y al verlos tan incómodos me dan más ganas de provocarlos.

JMO: Primer punto importante, el patriarcado, la situación de la mujer y su reconocimiento, aunque en los discursos se asumen posturas de derecha y de izquierda, pero es un problema que atraviesa el espectro político, hay elementos más profundos que eso, que la simple posición política. Esto nace de realidades que están en la condición humana porque somos hombres y mujeres, idénticos en derecho pero con diferencias, o esas diferencias son puras creaciones ideológicas culturales históricamente condicionadas.

ST: Esa es una discusión para hacer un doctorado y seguir, acabé de escribir un artículo en Razón Pública explicando por qué no es suficiente ser mujer para ser feminista, a pesar de ser mujer uno no va a defender los derechos de las mujeres, en el progresismo esta es una discusión importante si uno quiere socavar el status quo, por eso cuando cuestiono a Petro y al progresismo que existe me dicen “bueno, ¿por qué no criticas a Uribe?” y respondo pues que Uribe no se jacta de transformar el país. Y por eso los critico, porque esos grupos se jactan de hacerlo. Hoy es ocho de marzo y se hablan de los orígenes del Día de la mujer, se habla de las mujeres socialistas, antes de la revolución Rusa que empiezan a hacer manifestaciones para mejorar las condiciones de las trabajadores, después viene la segunda ola del feminismo, que en los años sesenta, en el auge de los movimientos revolucionarios empiezan a darse cuenta que la visión marxista que lo primordial era la lucha de clases se dieron cuenta que eso no era tan así, porque habían otras diferencias como el género estaba la edad, la raza, la nacionalidad en donde era evidente que habían diferencias de hombres y mujeres en esos partidos revolucionarios y ahí empiezan una lucha interna dentro de sus movimientos, no existe una injusticia económica sino una injusticia de género y hay que combatir el sexismo dentro de tu propio movimiento.

JMO: Ese es el meollo del asunto, uno ahí ve dos grandes posiciones, en Uribe la mujer ya tiene un puesto asignado por la cultura, por el orden económico donde se pueden mejorar las condiciones pero el estatus de mujer se mantiene con mejorías marginales, pero en la otra posición que es cuestionar el puesto de la mujer en la sociedad eso implica cuestionar los derechos y toda forma de exclusión y este está ligada a una visión de transformación, porque el progresismo está asociado en el discurso de izquierda, y me parece que el tema de la mujer se ha vuelto una bandera de moda, no conozco al primero que salga en estas campañas con un discurso antifeminista, pero hay la necesidad de no aprovechar lo que está de moda, no montarse en el tema de moda, ¿las mujeres como viven esa realidad? ¿Las mujeres quieren realmente ese cambio?

ST: Una de las teóricas feministas, Nancy Frazer, habla de la fragmentación que hubo en la segunda ola, la injusticia de género y que eso hacía que uno tuviera que trascender el tema de la lucha de clases, que no era lo único que nos separaba como seres humanos, con la llegada del neoliberalismo y su discurso fue cooptando el discurso feminista y eso creó a mujeres como Marta Lucia Ramírez diciendo que es feminista porque trabaja la paridad, las cuotas y que las mujeres trabajan. El feminismo va más allá de la paridad, es un proyecto hegemónico. El que no hable de paridad está mal, en otros aspectos eso no la hace feminista. Yo nunca diría que Petro y Uribe son iguales pero, en cuanto al patriarcado, en una cierta masculinidad hegemónica, de la cual todos los hombres se benefician. En el caso de la izquierda, de tener un discurso de transformar las condiciones de vida de las personas, siguen perpetuando el patriarcado. El caso de la izquierda colombiana viene de movimientos revolucionarios y armados y siento que hay una herencia, una masculinidad bastante militarizada, no tanto en el tema de las armas sino en la jerarquía, en la verticalidad, y lo que he venido descubriendo es que en el caso de Petro las mujeres son convenientes en la medida en que ellas estén de acuerdo con sus ideas, si estás en desacuerdo eres vista como un enemigo. En la derecha las mujeres son instrumentalizadas, hacen lo que se les dice, en la izquierda no, yo no tengo que hacer lo que me digan, acá soy libre y los hombres se equivocan y nadie es perfecto, pero en la izquierda por ese origen revolucionario y, sobre todo, por la competencia de quién sabe más, quien está más capacitado para dirigir al pueblo y hay una fascinación alrededor de eso y hay una cierta resistencia a que una mujer haga lo mismo que hace él dentro de la izquierda.

JMO: La derecha defiende un orden establecido. Unas funciones que están dadas. Pueden haber ajustes marginales que no afectan la estructura con cuotas de género, pañitos de agua tibia. Pero no hay el afán de entender lo que significa lo femenino en un mundo que está cambiando tanto. Hay una izquierda democrática y otra que tiene sesgos autoritarios muy fuertes que viene de la misma conformación de la lucha revolucionaria. Y hay entonces un choque muy grande. Hay una izquierda fosilizada que se encuentra con una derecha que no quiere dejarse tumbar del carro de la historia y unas fuerzas progresistas pidiendo cambiar el orden establecido repensando el tema femenino.

ST: Esa descripción que haces es para toda la izquierda colombiana. En estos momentos pienso que la longevidad del conflicto colombiano no sólo tuvo impacto en el sistema político y en la democracia imperfecto sino que también sobre el sistema político porque esta es una de las causas del conflicto y es una forma de cómo se pensaba que se resolvería el conflicto, pero hay que ir más allá de eso, es imposible que los 60 años de conflicto no hayan permeado la sociedad y eso tiene que ver con la izquierda, una izquierda que no tiene un relevo generacional, ahí siguen los mismos líderes, Petro, Robledo, que no permiten que las nuevas generaciones tomen las riendas de los partidos. Esa condición de la izquierda colombiana ha hecho que no incorpore los nuevos temas como el de las mujeres y el de la raza, que es otra discusión porque los movimientos también son racistas y se ha demostrado con el tema de Francia Márquez. En el caso de las mujeres no ha habido la apertura para que las mujeres tomen las riendas en otros asuntos, es grotesco que en el movimiento de Petro no hayan mujeres voceras sobre temas como el aborto sino Gustavo Bolívar. No se sabe que es peor, porque el Polo es un desastre, y me voy para el Polo y me encuentro con lo mismo, a varios hombres definiendo como se debe tratar el tema de la mujer y no puedes criticar a un hombre y lo que pasó con Alex Flórez no se puede decir y los jóvenes que quieren un cambio en Colombia no se van a sentir representados con esas políticas.

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