Da gusto iniciar el día en Twitter para encontrarse con las noticias: Podemos lidera la intención de voto en España, por encima de los tradicionales Partidos Popular y PSOE. Mientras tanto en Colombia, Semana nos anticipa la dura batalla de los Ñoños por la gobernación de Córdoba.
El contraste es perfecto para tratar de entender lo que ocurre allá y aquí. Los españoles, cansados de la corrupción y la politiquería se lanzaron a apoyar a un grupo de ciudadanos que, liderados por un probo profesor universitario han logrado cinco escaños en el parlamento Europeo y van por más en las próximas elecciones Autonómicas de Mayo. Nosotros en cambio, vemos como empiezan los barones a rifarse desde ya los cargos de elección popular en todo el país con nuestro cómplice silencio.
“Podemos” enarbola las banderas de la izquierda democrática (defensa de la igualdad, de la justicia, de los derechos civiles, participación en política), en un partido moderno, cercano a la gente y que lucha contra la continuidad y la corrupción encarnados en los dos partidos tradicionales españoles. Aun cuando sus verdaderas ejecutorias se verán cuando estén al frente del gobierno, es claro que representan un viraje a la forma tradicional de hacer política, lo que representa una alentadora esperanza para los ibéricos.
Volviendo a lo local, en Cartagena los comentarios de los lectores en el principal periódico local da muestras del mismo hartazgo que motivó a los españoles a las manifestaciones del 2011 y que dieron origen al partido que hoy lidera las encuestas. Pero aquí esos comentarios no pasan de ser un saludo a la bandera, no se materializa nada. Da tristeza observar como los estudiantes y los profesionales jóvenes se marginan de la participación en política, como si se tratara de un tema ajeno a ellos y del cual pueden sustraerse sin responsabilidad alguna. Todos somos responsables.
Vergonzoso escenario le estaremos dejando a nuestros hijos; con que argumentos les explicaremos que lo público en nuestras ciudades está manejado por unos grupos que se reparten entre si los cargos y el dinero que pagamos en impuestos para su enriquecimiento personal. Deberíamos empezar por lo menos con una condena social a los delincuentes de cuello blanco que se enriquecen a costa del erario público.
Ya va siendo hora de cambiar. El ejemplo de España con “Podemos” es un buen ejercicio para aprender. Esta patria nuestra no puede seguir siendo mal administrada y saqueada por una minoría que decide en nombre nuestro por una representatividad que en muchos casos no tienen. A ellos les conviene mantener su status quo. ¿Y a nosotros que no conviene?
¿Vamos a seguir esperando que todo siga como hasta hoy?
Nosotros también podemos!
