Los Dávila Abondano hicieron el quite a la falta de fertilizantes a raíz de la invasión rusa a Ucrania que ha tenido consecuencias principalmente en la agricultura a nivel mundial debido a los bloqueos y sanciones a Vladimir Putin. La familia conformada por Alberto Dávila y su esposa Carmen Abondano, una de las más poderosas matriarcas de la costa caribe colombiano echaron a andar la empresa Daabon –por sus iniciales- desde los años 80, producen bananos y se han diversificado con cultivos de algodón y palma africana, mas una pasteurizadora de productos lácteos derivados de una gran ganadería.
Daabon es parte esencial de Acepalma (1991), asociación líder en la comercialización de aceite de palma en Colombia y está integrada por 150 socios. Su centro de operaciones es Santa Marta y lo hace precisamente desde el muelle de la familia Dávila Abondano que ha redoblado esfuerzos para mantener el suministro de nutrientes para los pequeños productores locales con aliados estratégicos en los mercados de Estados Unidos, Alemania, Canadá, Turquía y Marruecos.
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