La suerte judicial del ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, quedará en manos de un nombre de peso en la justicia colombiana: Jorge Emilio Caldas Vera, doctor en Derecho, magíster en Ciencias Penales y Criminología, y actual magistrado de la Corte Suprema de Justicia. Fue él quien citó al alto funcionario a juicio el próximo 26 de mayo. Pero, ¿quién es este jurista que ahora tiene en sus manos una decisión clave para el Gobierno de Gustavo Petro?
El togado, oriundo de Popayán (Cauca), definirá el rumbo del juicio contra el también exsenador de la Alianza Verde, quien resultó salpicado en el megaescándalo de corrupción conocido por la opinión pública como el “carrusel de la contratación” ocurrido durante la administración del fallecido excalcalde Samuel Moreno en Bogotá.
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El magistrado Jorge Emilio Caldas Vera ha estado al frente de decisiones clave en la justicia colombiana, como en el caso de Luis Alfredo Ramos y la parapolítica. Aunque la Corte Suprema condenó al exgobernador de Antioquia a 95 meses de prisión por vínculos con paramilitares en 2021, Caldas emitió un extenso salvamento de voto en el que cuestionó la solidez del fallo. Señaló que la condena se basaba en testimonios poco creíbles y carecía de pruebas contundentes que demostraran una conexión real entre Ramos y los grupos ilegales.
Otro de los episodios más comentados en la trayectoria reciente de Caldas Vera ocurrió en junio de 2024, cuando se desmarcó de la decisión mayoritaria de la Corte Suprema que condenó a la exgobernadora del Huila, Cielo González Villa, a 79 meses de prisión. Mientras sus colegas la hallaron culpable por presuntas irregularidades en contratos con la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA), Caldas salvó su voto. A su juicio, no hubo pruebas suficientes para demostrar los delitos y, además, sostuvo que los contratos interadministrativos no exigían licitación pública, lo que descartaría un interés indebido en su celebración.
Quizá un dato no tan conocido del togado es que, además de tener una carrera de más de 25 años de experiencia, también tiene un título como Comunicador Social y Periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. No obstante, la mayoría de sus cargos siempre han estado relacionados con el derecho: por ejemplo, Caldas Vera ha sido magistrado auxiliar de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, defensor delegado para la Política Criminal y Penitenciaria en la Defensoría del Pueblo y procurador Segundo Delegado para la Casación Penal ante la Corte Suprema de Justicia.
Su nombre también ha resonado recientemente por decisiones que involucran a figuras clave del Centro Democrático. En el caso del presidente del CNE, Álvaro Hernán Prada, Caldas fue ponente del fallo que precluyó la investigación en su contra, al considerar que la querella presentada por el exfiscal Eduardo Montealegre fue radicada fuera del plazo legal.
Por su parte, en el proceso contra el exsenador Ciro Ramírez, inicialmente respaldó la medida de aseguramiento por riesgo de obstrucción a la justicia, pero meses después lideró la decisión de revocarla, al concluir que ya no persistían las condiciones que justificaban la detención. Ambos casos reflejan su rigor técnico y su disposición a reevaluar decisiones con base en la evolución del proceso.
El jurista caucano también ocupó el cargo de procurador Cuarto Delegado para la Investigación y Juzgamiento Penal ante la Corte Suprema de Justicia. Su trayectoria con figuras de alto perfil político, sin embargo, comenzó mucho antes de llegar a la magistratura. En su rol como procurador delegado ante la Corte, participó activamente en el proceso contra el exmagistrado Jorge Pretelt, donde emitió un concepto en el que solicitó su condena por el delito de concusión.
Con una carrera marcada por salvamentos de voto contundentes y posturas técnicas frente a decisiones polémicas, Caldas Vera será ahora quien tenga en sus manos un proceso que podría tener repercusiones políticas para el gobierno Petro: condenar o no al ministro Antonio Sanguino.
