Los tropeles del general Mora Rangel

Los tropeles del general Mora Rangel

El duro de Uribe en la guerra y templados a la hora de negociar con las Farc, reapareció con una dura carta que pone a Duque contra las cuerdas

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julio 09, 2021
Los tropeles del general Mora Rangel

El 5 de septiembre del 2012 el gobierno de Juan Manuel Santos anunciaba el grupo de negociador que iría a La Habana a sentarse en la mesa con las Farc para encontrarle una salida política a un conflicto de más de 50 años. Uno de los nombres que más sorprendió y le dio credibilidad al proceso de paz fue el del general Jorge Enrique Mora Rangel. Era el hombre que había combatido duramente a la guerrilla durante como comandante de las FFMM . Se conocían en la guerra y ahora se daban la cara en la búsqueda de la paz.

Cucuteño nacido el 22 de noviembre de 1945, bachiller del colegio Sagrado Corazón de Jesús, graduado en 1968 de la Escuela Militar y oficial de infantería en Fort Benning Georgia, Mora Rangel era lo que se conoce en el argot militar como un tropero, un oficial al que le incomodaba tener oficina y escritorio en Bogotá y prefería salir con sus hombres a combatir al enemigo más encarnizado que tuvo en su más de medio siglo de servicio: las FARC.

Esas fueron las cualidades que el joven presidente Álvaro Uribe tuvo para nombrarlo, el mismo 7 de agosto del 2002, como Comandante General de las Fuerzas Militares. Se necesitaba un general con temple y experiencia, alguien que no se arrugara ante la presión de la guerrilla. Muchos ya no lo recuerdan, pero en los noventa el ejército vivió el momento más crítico de la historia.

El general Mora y Uribe secreteándose. Año 2003, mientras era el jefe de las Fuerzas Armadas del comienzo de la Seguridad Democrática

En una encuesta de Gallup de abril del 2002, justo en el momento en el que Pastrana, harto de la falta de compromiso del secretariado de las Farc con el proceso de paz, levantó la zona de distención de San Vicente del Caguán, más de la mitad de los colombianos creían que el ejército no podía ganarle la guerra a las FARC. En ese momento 16 frentes de las FARC se asentaban en Cundinamarca y amenazaban con tomarse militarmente a la capital.

Era tal el alcance de la guerrilla en Cundinamarca que los frentes del Bloque Oriental 51, 53 y 54 atacaron en julio de 1994 a La Calera, a escasos 4 kilómetros de Bogotá, entraron a la Caja Agraria y se robaron 120 millones de pesos. Antes del 7 de agosto del 2002, fecha de posesión de Álvaro Uribe en el que las Farc se hicieron sentir , más de 200 municipios del país no tenían ni alcalde ni estación de policía. Cerca de trescientos integrantes de la Fuerza Pública estaban secuestrados. El propio día que asumió la presidencia Uribe las FARC atentaron contra el capitolio. Había que tomar medidas urgentes. El nombramiento de Mora Rangel como Comandante de las Fuerzas Militares en reemplazo del general Tapias, fue uno de ellos. La señal estaba clara: arrancaba la guerra a muerte contra las Farc.

Mora había mostrado su talante de tropero y de radical defensor de la institucionalidad de las Fuerzas Armadas en sus contantes enfrentamientos con el Presidente Pastrana  y sus diálogos en el Caguan, como comandante del ejército. El comisionado de paz Victor G Ricardo fue blanco no solo de sus críticas sino de sus posturas desafiantes. Inclaudicable en sus convicciones.: impedir la ocupación del Batallón Cazadores de San Vicente de las FARC por parte de la comandancia de las FARC. Mora no paró de denunciar los abusos de las FARC en los 42 mil kilómetros que configuraron la zona de distención y se opuso con vehemencia a la propuesta de los insurgentes de cambiar guerrilleros presos por civiles secuestrados. En esos años tuvo que ver como ramilletes de soldados morían en enfrentamientos con las FARC. Sin embargo, bajo su comandancia, se dio un paso importante: el ejército pasó de 135 mil hombres a 150 mil.

Uribe recibió en el 2002, por parte de Sergio Jaramillo, entonces un consultor del Ministerio de Defensa, a cargo de Marta Lucía Ramírez, Sergio Jaramillo, el plan de cómo debería estructurarse la Seguridad Democrática. Mora Rangel estuvo en cada reunión.

Una de las claves de la rapidez con la que funcionó la Seguridad Democrática fue la implementación del Plan Patriota, el millonario acuerdo que contó con el auspicio del gobierno norteamericano. Primero fue crear un plan de soldados campesinos para recuperar los municipios en poder de las FARC. Cada pueblo del país recibió una dotación de 40 soldados y 20 policías, entrando a lo que se llamaría el Plan Libertad. En un solo año los 16 frentes de las Farc que rodeaban Bogotá desaparecieron.

Entre el 7 de agosto del 2002 y el 3 de noviembre del 2003, cuando después de la abrupta salida del Ministerio de Defensa de Marta Lucía Ramírez presentó su renuncia, Mora Rangel, como comandante de las Fuerzas Militares, ejecutó lo que se llamarían los planes de la victoria: el Plan Consolidación, el Plan Bicentenario, y el Plan Estado de Honor que acabarían con el arrinconamiento a las FARC y los obligarían a aceptar un proceso de paz con el gobierno.

Por eso Santos sabía Mora Rangel era ficha clave en la mesa de negociación del gobierno. Conocía al enemigo como ninguno y si aceptaba sentarse a negociar con ellos, era una carta segura.

La llegada de un ex Comandante general de las FFMM al equipo negociador fue uno de los mayores aciertos de Santos

Mora Permaneció los cuatro años de negociaciones a pesar de que en tres momentos presentó su carta de renuncia argumentando que se le estaban dando demasiadas contemplaciones a la Guerrilla. Cuatro años después de que Rodrigo Londoño y Juan Manuel Santos se dieran la mano en el Teatro Colón de Bogotá, acabando con medio siglo de guerra, Mora Rangel no ha parado de criticar lo pactado.

Firmada la paz, el general cucuteño asumió a fondo su rol como oficial retirado. Además del disfrute de su vida como civil en familia, con constantes visitas a su familia en Cúcuta, empezó a trabajar de manera activa en la reserva. Su historial y su carácter le permitieron ascender hasta ser nombrado representante de ella.

En esa condición firmó junto con el brigadier Fernando González  la dura carta, en el que se ve su talante, en la que le piden al Presidente Duque firmeza frente al estallido social que se prendió el 28 de abril y que se mantuvo encendido  por cerca de cincuenta días. Una de las partes se va con estas duras comillas "brillan por su ausencia, se ocultan en las tinieblas de su egoísmo, eludiendo la responsabilidad que les compete"

A sus 76 años Mora Rangel, y en medio de la exigente disciplina de 50 años de vida militar, mostró nuevamente que lo único que no sabe en la vida es quedarse callado.

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