El fin del monopolio universitario sobre el conocimiento
Opinión

El fin del monopolio universitario sobre el conocimiento

El sueño era ver hijos “doctores”, hoy en ciertos campos del saber, las fuentes de aprendizaje han cambiado radicalmente. La universidad debe transformarse

Por:
mayo 19, 2025
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Innegable: cada vez más personas aprenden por fuera del sistema formal. Hasta hace no mucho, el sueño de muchos padres era ver a sus hijos graduarse de la universidad o completar estudios superiores. “No les dejo dinero, pero sí educación. Son doctores”.

Anuncios

Hoy, al menos en ciertos campos del saber, las fuentes de aprendizaje han cambiado radicalmente.

Las universidades, tanto públicas como privadas, ven caer su matrícula de manera dramática. Y no se trata solo del cambio demográfico —que, por sí solo, ya ha llevado al cierre de centenares de colegios en el país. Es evidente: la tasa de natalidad en Colombia se ha desplomado y la esperanza de vida ha aumentado, por lo que la proporción de personas mayores crece cada año. Actualmente, los mayores de 60 años representan el 15% de la población colombiana, y se proyecta que en 2050 serán el 25%. El mercado natural de las universidades se está contrayendo.

Pero más allá de lo demográfico, muchas universidades están dejando de ser el referente obligado para los jóvenes en determinadas áreas del conocimiento.

Veamos el caso de las tecnologías digitales. Cada vez más jóvenes —y adultos— buscan adquirir competencias en campos que están transformando el mundo laboral y la vida cotidiana. Me refiero, por ejemplo, en el marco de la inteligencia artificial, al aprendizaje automático (machine learning), la automatización de procesos, la ciencia de datos, la ciberseguridad, el diseño de contenido, el marketing digital, el universo crypto y blockchain. En todos estos campos, además, la promesa de monetización en línea es real, siempre que el aprendizaje sea profundo y de calidad.

Y ese aprendizaje, en buena parte, se está dando por fuera del sistema formal. Las plataformas digitales están al alcance de cualquiera con conexión a internet, sin los inaccesibles costos de la educación privada ni las largas esperas o la obsolescencia frecuente de los programas de las universidades públicas.

Entre las herramientas más utilizadas están Coursera, Udemy y, por supuesto, YouTube

Entre las herramientas más utilizadas están Coursera, Udemy y, por supuesto, YouTube. De hecho, hacia finales de 2024, más de tres millones de colombianos estaban matriculados en cursos de Coursera, muchos de ellos precisamente en estas áreas. Millones, no sabemos cuántos, aprenden vía Youtube.

Sí, hay ofertas de calidad variable. Pero quien busca y compara, encuentra oportunidades extraordinarias. Coursera tiene cursos estructurados y accesibles. Pero quienes marcan tendencia como educadores digitales suelen estar en YouTube.

Los creadores de contenido educativo son, en su mayoría, jóvenes de todo el mundo que compiten entre sí por atención. La competencia es meritocrática: gana quien enseña mejor, no quien tiene más diplomas. La claridad, la utilidad y la capacidad de síntesis son las verdaderas credenciales. Estos nuevos educadores pueden provenir de El Líbano, Indonesia, Canadá, Estados Unidos, China, Brasil, México, Europa o el Caribe. Representan, en efecto, el sueño cumplido de la conectividad: se puede aprender cuándo, dónde y cómo se desee. Y, viceversa, se puede enseñar desde Cajicá, Cundinamarca, Colombia, o desde Yakarta, Indonesia.

Mientras tanto, las universidades —y esto no es exclusivo de Colombia— siguen arrastrando problemas estructurales: currículos rígidos, lentos de actualizar; profesores que no siempre están al día con las herramientas de frontera; y una desconexión creciente con la velocidad del cambio tecnológico. Y muy costosas las privadas.

Así emerge con fuerza un nuevo paradigma: el del aprendizaje autodirigido. El estudiante ya no es un receptor pasivo, sino el arquitecto de su propio camino. La formación continua ya no es una opción, sino una necesidad permanente. Y el conocimiento se ha vuelto ubicuo: está disponible en todas partes, todo el tiempo.

¿Está acabada la universidad? No. Sigue teniendo un rol importante. Pero debe transformarse con urgencia: dejar de ser una “fuente” y convertirse en una plataforma. Reconocer y certificar los aprendizajes informales. Y, sobre todo, enfocarse en lo que más difícilmente enseña un tutorial: el pensamiento crítico, la capacidad de discernir, y la metacompetencia por excelencia: aprender a aprender.

Del mismo autor: Colombia sin contrapeso: cuando la oposición falla más que el gobierno

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.

Anuncios.

Anuncios.

0
Trabajo infantil: una realidad angustiosa

Trabajo infantil: una realidad angustiosa

Miguel Uribe: me duele en el alma

Miguel Uribe: me duele en el alma

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus