El Exploratorio Nacional, un sitio de memoria en peligro de desaparición

El Exploratorio Nacional, un sitio de memoria en peligro de desaparición

"Acá no solo se rechaza la situación presente, también se busca hacer borrón y cuenta nueva de la historia impuesta por las clases dominantes". Escribe Gloria Gaitán

Por: Gloria Gaitán
mayo 19, 2021
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El Exploratorio Nacional, un sitio de memoria en peligro de desaparición

Los últimos acontecimientos sucedidos en Colombia han puesto de manifiesto la multitud de carencias, privaciones y violaciones a sus derechos que los colombianos resienten en carne propia. Son inmensos y numerosos los “pliegos de peticiones” que se han presentado desde las comunidades indígenas, pasando por los estudiantes, los desempleados, las mujeres, los LGTB, los pensionados, los académicos, los pequeños comerciantes e industriales, los desmovilizados de la guerrilla, los profesionales, los maestros, los mineros, los pequeños recolectores de coca. Mejor dicho, ¿quién no? Solo están satisfechos los que se lucran y benefician del sistema vigente.

No solo se rechaza la situación presente, también se busca hacer borrón y cuenta nueva de la historia impuesta por las clases dominantes. Estatuas de conquistadores y presidentes han caído al suelo, en busca de que los gestores de las estructuras de poder, que vienen actuando desde la invasión española, sean reemplazados por la memoria ancestral y popular.

Los pocos gaitanistas que aún llevamos esta enseña como identificación ideológica, en estos momentos no hemos hecho un listado de frustraciones, ni de nuestra victimización, porque creemos que ese largo inventario de reclamos tendría solución global y orgánica si se modifica la estructura presente del Estado, la cual fue ideada por la burguesía en el siglo XIX y que, con pocas modificaciones, mantiene el principio de delegación del poder ciudadano en manos de unos pocos “representantes”, que manejan el destino colectivo según su amaño e intereses personales.

Lo curioso es que ningún grupo —que yo sepa— que haya sido factor de movilización de los marchantes, que ahora copan las calles, se ha quejado de la estructura actual del Estado. No piensan, como en Chile, en el cambio de la constitución, a pesar de que la actualmente vigente mantiene el principio de delegar en unos pocos ciudadanos el manejo absoluto de los destinos nacionales. No ven ni piensan en una democracia directa o ciudadana, porque la humanidad, por razón de sus mecanismos neuronales, tiene grandes dificultades para reconocer en el horizonte lo que es diferente a lo ya conocido.

Como el sitio de memoria construido alrededor de la Casa-Museo Gaitán y de los jardines que deben rodearla, llamado el Exploratorio Nacional, precisamente tiene como razón de ser trabajar en el cambio de la democracia representativa burguesa por una democracia participativa y protagónica, pocos le dan importancia porque no valoran lo que representa este cambio en la estructura del poder.

Se trata de una nueva forma de Estado, para que los ciudadanos cuenten con herramientas constitucionales que les permita exigir, controlar, dirigir y decidir, por voluntad colectiva, la ruta de los destinos nacionales. Como un sistema como éste no se ha impuesto aún en el mundo, es una novedad que asusta, crea temores y, sobre todo, inseguridades. Para ser creativo e innovador es necesario ser audaz. Es más cómodo y produce seguridad, mantener el statu quo, haciéndole pequeñas reformas cosméticas que no asusten a nadie.

Algunas personas entendemos que la manera de continuar la lucha de Gaitán es batallando por las metas que fueron el objetivo de su vida, que resumió diciendo:

Lo que queremos es la democracia directa, aquella donde el pueblo manda, el pueblo decide, el pueblo ejerce control sobre los tres poderes de la democracia burguesa: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial y que, además, garantice la equidad en el aspecto económico. Allí donde el pueblo es el pueblo, el pueblo ordena y ejerce un mandato directo sobre y en control de quienes han de representarlo. Todo esto exige trabajar honda y apasionadamente en el cambio de una cultura que despierte en el pueblo voluntad para regir directamente sus destinos y exige un profundo cambio constitucional para disponer de una constitución acorde con la necesidad de un mandato popular directo sobre los destinos de la patria, que elimine los filtros que la democracia burguesa establece y defiende.

En homenaje a Gaitán, en lugar de una estatua (que era lo que ordenaba la Ley 45 de 1948), se diseñó un programa para poner en marcha un lugar consagrado a “trabajar honda y apasionadamente en el cambio de una cultura que despierte en el pueblo voluntad para regir directamente sus destinos”. Para ello se concibió una nueva disciplina, a la que se llamó “Ingeniería Cultural”, que incorpora los principios y métodos de las ciencias de la conducta humana: la neurociencia, la antropología, la pedagogía, las ciencias políticas, la psiquiatría, la psicología, la criminología y la sociología.

A partir de las actividades programadas para cada dependencia, que son el Metiseo[1], el Museo de las Luchas Populares, la Casa-Museo Jorge Eliécer Gaitán, la Biblioteca interactiva y varios espacios complementarios de investigación, estudio y aplicación, se convocó a un concurso arquitectónico que ganó el afamado arquitecto Rogelio Salmona, quien logró convertir en una “Plaza Temática” los diversos espacios del programa original,  donde el protagonista ha de ser el visitante. Por esta razón, una ley le otorgó el nombre del Exploratorio Nacional, indicando que quienes usan y recorren el lugar no son observadores sino exploradores de una nueva cultura, la cultura participativa y protagónica.

El expresidente Alfonso López Michelsen en 1993 se refirió a El Exploratorio diciendo:

Pensar en la importancia de El Exploratorio mismo que, por una singular coincidencia con la inspiración de la nueva constitución de 1991, es como un instrumento premonitorio de lo que iba a ser la democracia participativa, a que se hace alusión[2] en nuestra Carta Política.

 Cuando se comenzó la idea de El Exploratorio, cuando se dieron los primeros pasos, nadie podía sospechar esta coincidencia entre los propósitos del Centro Gaitán y las instituciones mismas de nuestra organización política, que van a coincidir felizmente el próximo 4 de agosto, cuando se inaugurará El Exploratorio.

 Yo creo que en esta reunión de liberales y de ciudadanos en general, tenemos que hacer el voto de contribuir en alguna forma al desarrollo de El Exploratorio y a hacer, por todos los medios, que este experimento rinda sus frutos en el curso de los años.

 ¿Por qué una figura destacada del “establecimiento” entendió perfectamente el papel que debía cumplir El Exploratorio, mientras que los marchantes y la opinión pública, en general, no comprenden su dimensión? He reflexionado al respecto, y pienso que, como los marchantes y convocantes no han tenido la ocasión de acercarse al verdadero poder (al de esas 10 familias dominantes), no tienen la dimensión de lo que representa.

Lo digo también porque el expresidente Álvaro Uribe Vélez (y otros presidentes memoricidas) han sabido perfectamente qué es este sitio de memoria con visión futurista y es por eso mismo que Uribe Vélez liquidó el Instituto Gaitán y le entregó El Exploratorio a quienes han buscado despojarlo de sus objetivos; así como también la Alcaldía de Bogotá —de hoy y de ayer— que le ha encomendado a las directivas de la Universidad Nacional la Casa-Museo Jorge Eliécer Gaitán para saquearla, destruyendo sus muebles y objetos, porque el valor que tienen las casas-museos es mantener el ambiente de cuando el lugar era habitado por la persona a quien se le rinde homenaje, ya que una distribución específica de muebles y enseres acerca emocionalmente al visitante a la personalidad de quien allí vivió. Destruir su decorado original es cometer memoricidio intencional, que es precisamente lo que ha ocurrido.

Muchos entienden, pero no comprenden lo que representa y significa El Exploratorio. Algunas veces hasta se duelen de lo que viene sucediendo, pero no actúan. Los marchantes tumban estatuas, pero a nadie se le ha ocurrido, fuera de la familia Gaitán,  organizar una acción viva y actuante para defender El Exploratorio y su Casa-Museo, su Metiseo, su Museo de las Luchas Populares y demás.

Se necesita que les digan a los colombianos que El Exploratorio es valioso e importante y ésto se lograría si es declarado patrimonio cultural de la Unesco, porque muchas veces el ser humano requiere que le digan que algo es importante para que lo vea importante.

Busqué por internet para ver si alguien había escrito algo sobre la diferencia entre entender y comprender y encontré un texto que se ajusta, como sandalia al pie de Cenicienta, a lo que yo he pensado y sentido. Dice así: “Entender es percibir el significado de algo, aunque no se comprenda. Comprender es hacer propio lo que se entiende y actuar en consecuencia. Comprender es tomar consciencia de algo. Integrarlo en uno mismo. Descubrirlo en su sentido profundo. La comprensión es un proceso de interiorización que culmina con estado de lucidez y clarividencia que nos permite pasar a la acción e, incluso, cuestionarnos por qué no lo hicimos antes. Es el ¡eureka! de Arquímedes, es el darse cuenta".

[1] El Metiseo es un sitio interactivo, donde se busca demostrar el paradigma según el cual “la realidad es imaginación”. Mediante técnicas de ilusión visual y auditiva, videos y otras herramientas pedagógicas, se muestra que “la realidad es diferente para cada uno”, buscando despertar el respeto por las diferencias, base esencial de la democracia directa.

[2] Vale la pena anotar que López dice solo “hacer alusión” y no poner en práctica, que fue lo sucedido.

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