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La aprobación de la reforma laboral en el senado y la salvación de la pensional en la Corte Constitucional se constituyen en todo un triunfo del Gobierno, de los trabajadores y de los sectores de izquierda y democráticos del país.
Es a la vez una derrota política de los grandes empresarios, de los partidos y medios de comunicación que siempre se opusieron a la reforma en favor de los trabajadores, y en general de los sectores de la ultraderecha fascista, guerrerista y terrorista que pasan la factura del atentado al senador Miguel Uribe Turbay.
La consulta popular y la asamblea nacional constituyente seguirán siendo vigentes como mecanismos constitucionales de participación popular, a los cuales no hay que tenerles miedo cuando se trata de resolver la crisis institucional, política, económica y social en que se debate el país.
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Ha sido la combinación de la movilización de masas de los trabajadores y de la lucha parlamentaria de los sectores democráticos la que ha hecho posible esta victoria popular, la cual debe seguir orientado la estrategia y la táctica para los cambios democráticos en el país.
La política de frente amplio y la conformación de un frente unido, ha mostrado resultados positivos frente a posiciones estrechas y sectarias de algunos integrantes de la izquierda y del gobierno que todavía no han hecho la lectura de la coyuntura política nacional.
Este avance democrático abre espacio para la reforma de la salud, la jurisdicción especial agraria, la ley de servicios públicos, la transferencia de regalías a las regiones, la reforma a la educación, la justicia, la reforma político-electoral, y por supuesto, le da oxígeno a la paz integral.
Y, lo más importante, este avance democrático le abre espacio a la unidad popular para la sostenibilidad y profundización de las reformas estructurales que requiere el país en las elecciones de 2026.
El Pacto Histórico y los sectores democráticos y progresistas tienen mucho más espacio para el manejo político en el Congreso y en la movilización de masas de los trabajadores.
Administrar la victoria de la unidad popular sin revanchismos trasnochados ni protagonismos hegemónicos, es el deber del Gobierno y de las fuerzas populares en esta nueva correlación de fuerzas de la coyuntura nacional.
El esclarecimiento del atentado criminal contra el senador Miguel Uribe Turbay, será un paso muy importante para la lucha contra la impunidad y por el desarrollo de la unidad popular y de la democracia en Colombia.
La aprobación de la reforma laboral en el senado y la salvación de la pensional en la corte constitucional, es el primer paso en el escalamiento de las luchas populares que se avecinan en Colombia.
Ahora toca organizar el movimiento de la izquierda y de los sectores democráticos y populares en las regiones y localidades, para que la corriente de opinión, que está en la cresta de la ola, se convierta en el protagonismo real de a los trabajadores colombianos.
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