La estatua de Diomedes Díaz, ubicada en el parque aledaño al río Guatapurí, es la más visitada por los vallenatos y también miles de turistas que no desaprovechan oportunidad para fotografiarse al lado del Cacique de la Junta. No importa la hora o el día ni la temperatura de 40 grados que cae sobre la capital del Cesar, Diomedes siempre está acompañado por algún admirador.
Sin embargo, la estatua también ha sufrido desde el día uno de su instalación el irrespeto de sus miles de visitantes. Primero intentaron quitarle uno de los dientes de oro al cantante; cómo olvidar la obsesión del artista por su dentadura chapada en oro, que cuidaba más que su voz. Como si fuera poco, las mujeres se sientan en sus piernas y manosean la estatua. Todo por el mito que se empezó a divulgar: la mujer que se siente sobre el artista quedará embarazada. La escena se hace aún más indigna si se tiene en cuenta que la estatua de Martín Elías está a su lado.
Sin mencionar las veces que vandalizan a Diomedes. Por ejemplo, unos jóvenes le echaron salsa rosada en alguna ocasión. Valledupar, la cuna de la leyenda vallenata, se jacta de adorar al Cacique, pero nadie lo respeta.