El COVID-19 y la muerte de las manifestaciones del 21N

El COVID-19 y la muerte de las manifestaciones del 21N

La aparición del coronavirus y las medidas de aislamiento que lo acompañaron aplanaron la curva de protestas sociales. ¿Revivirán cuando esto pase?

Por: GUIOVANNI ALEXANDER BENAVIDES MARTINEZ
mayo 05, 2020
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El COVID-19 y la muerte de las manifestaciones del 21N
Foto: Las2orillas

En Colombia, la movilización que inició el 21 de noviembre y que tuvo su esplendor durante los dos meses siguientes, poco a poco se vio debilitada. Para colmo de males, con la llegada de la cuarentena nacional por la pandemia, aparentemente quedó infectada de muerte.

El 21 de noviembre pasado será uno de los días que marquen la historia reciente de Colombia. No fue una fecha más de marchas simbólicas, con el final acostumbrado de los policías persiguiendo a los vándalos y encapuchados. Se trató de una fecha que logró la concentración de multitudes de personas en las calles y plazas públicas, seguida de un cacerolazo nocturno que dio inicio a una movilización de descontento popular generalizado.

Como suele ocurrir con el nacimiento de los verdaderos movimientos sociales, no había nada ensayado y si lo había se vio rebasado. El modelo económico y las anunciadas reformas tributaria [1], laboral [2] y pensional [3], los asesinatos de líderes sociales, los escándalos de corrupción e impunidad, contrastando con el abandono y menosprecio a los estudiantes, indígenas y campesinos, y sumado al descontento por el estilo arrogante de algunos miembros del gabinete de gobierno, sirvieron de ingredientes para desatar la indignación nacional.

Los días previos el partido de gobierno, como presintiendo el levantamiento popular, intentó desmontar y negar su paquete de reformas. El gobierno buscó tomar distancia de las propuestas de los gremios patronales, deslegitimando afanosamente la gran movilización por los medios de comunicación. Sin embargo, la protesta se gestaba de a poco en el voz a voz, y en el práctico mundo de las redes sociales.

Tal vez la poca injerencia de los renombrados opositores políticos en la promoción de esta fecha, le dieron la fuerza y legitimidad. Se trató más bien de una convocatoria joven y fresca, aunque los tradicionales dirigentes sindicales casi obligados anunciaron la fecha, fue más la conciencia y rebeldía juvenil la que acompañó esta jornada, y animó la realización de las posteriores.

El reporte oficial de la jornada de protesta del 21N, según el gobierno colombiano, tuvo la participación aproximada de 253 mil ciudadanos en 350 municipios de 31 departamentos [4], cifra claramente inferior a la real, la cual es cercana a los 2 millones de colombianos [5], de diversos colectivos, estratos sociales y concepciones políticas.

Durante los siguientes días el país se mantuvo en ambiente de protesta, cada convocatoria era acompañada de multitudes, los cacerolazos se pusieron de moda, y el contagio e identidad por las acciones de protesta en otros países era evidente, al punto que al gobierno le tocó empezar a reconocer el movimiento y a aplazar varias de sus reformas agendadas [6].

El 26 de noviembre, el gobierno de Colombia se reúne con un grupo de líderes sociales, quienes se autodenominaron el Comité Nacional de Paro [7], esta cita pudo ser el inicio para haber generado algunas transformaciones en el modelo de país, necesarias para reducir la desigualdad social y mejorar sistemas como el de salud y pensional, los cuales no se contemplan como servicios públicos, sino que tienen vocación de negocio privado [8].

La estrategia del gobierno de simular una voluntad de diálogo ante la opinión pública, mientras mantenía la profunda vocación de continuar con sus reformas neoliberales fue funcionando, en la medida que los diversos intereses de quienes conformaron el Comité Nacional de Paro, no permitieron unificar un corto pliego de tres o cuatro temas, para la búsqueda de reformas trascendentales en los sistemas de salud, educación, laboral y pensional.

La propuesta del gobierno colombiano de abordar las numerosas solicitudes del Comité Nacional de Paro en el marco de la “conversación nacional”, no fue otra cosa que un mecanismo evasivo y dilatorio, mientras daba continuidad a sus talleres regionales de autopromoción denominados Construyendo País [9].

El Comité Nacional de Paro por su parte, se convirtió en un administrador trivial de la protesta. Solo realizaba eventos cerrados o con reserva del derecho de admisión, donde las conclusiones de las mesas de trabajo y las posturas de fortalecimiento y endurecimiento del movimiento se quedaban como anécdota. Parecía evidente que en los pronunciamientos oficiales no se recogía el sentir popular, sino los cálculos de algunos administradores del autodenominado Comité Nacional de Paro.

Esta situación se repitió con los Comités Regionales de Paro [10], los cuales organizaban eventos para democratizar el movimiento, y donde se escuchaban posturas más decididas de los asistentes, pero que al final no quedaban en propuestas concretas, por las decisiones centralizadas del Comité Nacional de Paro y sus integrantes.

Ante la desdibujada actuación de quienes asumieron la representación del movimiento, al gobierno solo le quedaba lidiar con la indignación de la juventud que no conoce de componendas y que va para adelante, y el reflejo internacional de los movimientos paralelos que se mantenían firmes, sobre todo en los países vecinos de Chile y Ecuador.

En Chile, el presidente Sebastián Piñera se vio obligado a pedir perdón públicamente al pueblo chileno, suspender el aumento de los precios del transporte público, cambiar a parte de su equipo de gobierno, e iniciar el trámite para reformar la Constitución mediante una consulta popular, que inicialmente se tenía programada para abril, pero que por la pandemia del coronavirus fue aplazada para octubre [11].

Ecuador, por su parte, se movilizó en contra del desmonte del subsidio a los combustibles y logró la derogatoria de la medida, además el parlamento ecuatoriano procedió con el archivo de la Ley de Crecimiento Económico que proponía el gobierno de Lenin Moreno[12].

Colombia fiel a su tradición política, salió con anuncios de buenas intenciones, de planes y proyectos para atender muchas de las solicitudes surgidas de la conversación nacional, rotación y relevos de personas de su gabinete. En síntesis, anuncios y medidas que, con el tiempo y el retorno de la calma a las calles, solo serían la cortina de humo que había que extender, mientras llegaba la consagración en un deporte o algún tipo de entretención.

Y apareció. La llegada de la COVID-19 a Colombia terminó de diluir el movimiento de protesta del 21 de noviembre, confinando por decreto y por salud a las personas, dejando al gobierno libre para legislar y ayudar a quien a su parecer sea el más necesitado, tal como ha sucedido con el traslado de la carga de pensionados de los fondos privados de pensiones al fondo público Colpensiones, mediante el Decreto Legislativo 558 de 2020 [13].

O como con el manejo de los fondos de la Línea Especial de Crédito Colombia Agro Produce del Fondo para el Financiamiento del Sector Agrario FINAGRO, mediante el cual se debían otorgar 226 mil millones de pesos en créditos a pequeños y medianos productores, para garantizar la producción y sostenibilidad alimentaria en esta época de pandemia, y lo que encontró el órgano de control fiscal, la Contraloría General de la República, fue, que los dineros llegaron en un 90 por ciento a manos de grandes comercializadores y agroindustriales, quienes los utilizaron para otros fines [14].

Pero estos dos casos solo son una muestra, según la Procuraduría General de la Nación hay 1.286 procesos relacionados con presuntas irregularidades en el manejo de ayudas humanitarias para atender la emergencia derivada del COVID-19, el organismo de control disciplinario de los servidores públicos, informó además que se ordenó la suspensión del gobernador de Chocó, la suspensión del alcalde de Calarcá, Quindío, y que se adelantan 24 procesos disciplinarios contra 14 gobernaciones, 70 en 55 municipios y 24 entidades del orden nacional y territorial [15].

Y mientras la corrupción de la clase política aprovecha el coronavirus para recuperar lo que invirtieron en campaña [16], la atención de la ciudadanía está puesta en evitar contagiarse y enfermarse, o en la incertidumbre de saber cómo adquirir los alimentos para subsistir, menos en la posibilidad de lograr las transformaciones de equidad y justicia social, que se venían impulsando por vía de la protesta ciudadana. Por ahora el único antídoto contra el coronavirus es el distanciamiento social, que lleva implícito suspender la movilización en las calles, solo queda aprovechar el tiempo y reflexionar sobre el modelo económico, los sistemas de salud y seguridad social, la distribución de los presupuestos públicos, el gasto militar versus los recursos destinados a investigación y desarrollos tecnológicos y científicos, y tal vez lo más importante, el uso que se hace del derecho a elegir y ser elegidos.

***

[1] “Con la nueva reforma, el recaudo de impuestos al patrimonio, a la remisión de utilidades, a la sobretasa al sector financiero y a los dividendos se estima en solo 2,8 billones, de manera que el ministro de Hacienda se comporta como un empleado que gira a las megacorporaciones más dinero del que recibe, con una relación costo-beneficio para el Estado que profundiza el desequilibrio fiscal, el detrimento patrimonial y la inequidad”: Crecimiento económico, impuestos y empleo.

[2] “La contratación laboral por horas afecta pilares básicos del sistema de relaciones laborales, como la seguridad en el ingreso y la estabilidad laboral. El trabajo por horas vulnera los estándares constitucionales e internacionales de trabajo decente, digno y justo”: ¿Es conveniente la flexibilización laboral en Colombia?

[3] “La propuesta conocida de reforma pensional que se adscribe a la privatización del sistema pensional, resulta no solo contradictoria de los pilares del sistema de seguridad social, sino inconveniente por contraindicaciones técnicas, que derivan en suma en el desmantelamiento de las bases del estado de bienestar y la cobertura pública de riesgos socialmente relevantes”: ¿Por qué no conviene cambiar el sistema de Colpensiones?

[4] Declaración del Ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo a medios de comunicación.

[5] “El gobierno calcula en solo 253 mil personas las que salieron a las calles, en un intento de minimizar la magnitud de los ocurrido este 21N. Cálculos más reales se acercan a los 2 millones de personas”: El Paro Nacional: triunfo de la democracia y derrota del autoritarismo

[6] “La ministra de Trabajo, Alicia Arango, dijo de manera enfática que el Gobierno no ha presentado oficialmente una reforma laboral, la cual se busca concertar con diferentes sectores, y que tampoco se busca rebajar los salarios, ni el mínimo, ni el de los jóvenes, sobre lo cual afirmó que no tiene lógica pensar que se haya pensado en bajarle el salario a los colombianos”: “Sistema pensional requiere una reforma urgente”: ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.

[7] “Un total de 31 asistentes estuvieron en la reunión de la "gran conversación nacional" que convocó el presidente Iván Duque tras más multitudinarias protestas del paro nacional que mostraron un amplio descontento con algunas políticas económicas, sociales y medioambientales del gobierno”: Estos son los 18 líderes del Paro que se reunieron con Duque

[8] “Es así como los fondos de pensiones colombianos constituyen uno de los mejores negocios que hay: apropian las ganancias privadamente, pero en caso de dar perdidas las socializan:” Los fondos de pensiones y los riesgos.

[9] “Espacio de diálogo directo con la comunidad que permite conocer en tiempo real las necesidades específicas de la población a lo largo del territorio nacional”: Información Talleres Construyendo País.

[10] “Del otro lado están las organizaciones que le apuestan a decidir en asambleas, una estructura que hace más compleja la toma de decisiones, pero que consideran más legítima:” Al Comité del Paro le salió una disidencia.

[11] “El gobierno chileno anunció dos meses después de iniciada la crisis que el referéndum se realizaría el 26 de abril. Pero las autoridades estimaron que para esa fecha Chile sufriría el pico de contagios por la pandemia. Por esto, el Congreso decidió aplazar el escrutinio hasta el 25 de octubre, tras un transversal acuerdo de todas las bancadas políticas alcanzado el 19 de marzo”: Protestas en Chile luego de que se aplazara plebiscito constitucional para octubre.

[12] “Revés legislativo a Moreno. El pasado viernes, el presidente de la Asamblea Nacional, César Litardo, convocó para este domingo a las fracciones legislativas a fin de analizar y debatir el Proyecto de Ley enviado con carácter de urgente por el Ejecutivo. La sesión, que se mantuvo contra el tiempo ya que a la medianoche terminaba su plazo para aprobar o negar la propuesta, resolvió archivar dicha iniciativa”: Ecuador: Congreso vota en contra de la reforma de Lenin Moreno.

[13] “Durante más de 20 años los fondos privados ganaron billonarias utilidades por la inversión y administración de sus ahorros y ahora que debe cancelar sus pensiones se los devuelve para que sea Colpensiones la que se haga cargo de éstas. Descarado negocio en una Asociación Público Privada (gobierno - propietarios de los fondos), que en los momentos de angustia que vive el país favorece el capital de los grandes grupos financieros sobre la salud y la vida de los colombianos”: La rosca del gobierno con los fondos privados de pensiones.

[14] “La alerta la puso la Contraloría ya que en sus facultades constitucionales de control de los recursos públicos en tiempo real, otorgadas recientemente por el legislativo, encontró que a principios de abril, cerca del 90 % de los fondos de la Línea Especial de Crédito Colombia Agro Produce, destinados para garantizar la producción agraria y la sostenibilidad alimentaria durante esta época de pandemia, se estaban concentrando en manos de beneficiarios que los estarían utilizando en actividades no productivas”: Nuevo escándalo con créditos del agro.

[15] Procuraduría revela primeras decisiones frente a presunta corrupción con la contratación por la emergencia sanitaria por el COVID-19.

[16] “Frases como “los pobres están acostumbrados a aguantar hambre y por un mes no se van a morir, pero uno tiene que recuperar la plata de la campaña”, causaron una generalizada reacción de rechazo por parte de la comunidad”: Escándalo en Montería por posible robo de mercados entre concejales.

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