Juan Carlos Ramírez, alias Chupeta, ya es un hombre libre en Estados Unidos a donde fue extraditado en 2007 desde Brasil por narcotráfico y lavado de dinero. Le dieron una condena de 55 años adicional, sin embargo, su abogado Paul Nalven tenía un haz bajo la manga: el juicio contra Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, jefe del Cartel de Sinaloa.
Vea también: Chupeta, el narco colombiano que convirtió al Chapo en un gran Capo
Chupeta no es su único cliente colombiano, en la lista está Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna y Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, jefe del Clan del Golfo.
Paul Nalven estuvo detrás de la negociación de Chupeta con la justicia norteamericana para convertirlo en el testigo estrella contra El Chapo con quien su cliente hizo negocios desde 1990 hasta el 2007, para transportar cocaína desde Colombia a México y luego trasladarla a Estados Unidos.
En el 2019 empezó el juicio contra El Chapo y el testimonio de Chupeta fue definitivo para que la justicia lo condenara a cadena perpetua más 30 años de prisión.
En el juicio, Chupeta, quien se realizó múltiples cirugías plásticas para cambiar su rostro y no ser identificado cuando vivía en Brasil, reveló los nombres de los socios y cuales eran las rutas de El Chapo. También dio nombres de políticos, periodistas, mandatarios colombianos y agentes de la DEA a los que tuvo que sobornar para que no lo pusieron en evidencia cuando hacía negocios con coca en Colombia. Entre sus macabras confesiones estaba la de haber mandado matar a 36 amigos, colaboradores y familiares del narco Víctor Patiño Fómeque porque constituía una amenaza para él. Pagó, para perpetrar la masacre, USD$ 400.000. Confesó además haber dado USD$ 10 millones al Congreso de Colombia para hundir la extradición con Estados Unidos y haber donado USD$ 500 mil a la Campaña de Ernesto Samper.
Lea esta historia: La gran vida de los hijos de Chupeta
A cambio de su testimonio, Chupeta logró ingresar al programa de protección de testigos junto con su familia que fue trasladada a Estados Unidos. El abogado Paul Nalven logró que la condena de Chupeta termina siendo 20 años frente a los 50 años a los que había sido condenado.
Con alias Don Berna, su cliente desde el 2008 y condenado a 30 años de cárcel, Nalven tiene como estrategia hacerlo testigo clave en el paramilitarismo. Por su parte, Otoniel, su cliente desde el 2021 y a quien considera una víctima del conflicto armado, intentará negociar con la justicia norteamericana para que delate rutas de drogas y personajes implicados, como lo hizo Chupeta.
