Dos indígenas y un campesino del Putumayo listos a enfrentar la política de Trump y Duque

Dos indígenas y un campesino del Putumayo listos a enfrentar la política de Trump y Duque

Apoyados por el político Conservador John Molina lograron echar a andar la Consulta contra la fumigación de glifosato en contravia al gobierno presionado por EEUU

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junio 05, 2019
Dos indígenas y un campesino del Putumayo listos a enfrentar la política de Trump y Duque

Los indígenas Vicente Mueses, dirigente de la comunidad Awá de San Miguel, Manuel Obando, del cabildo  Kamsá del Valle del Guamez y Marco Rivadeneira, presidente de una asociación campesina de Puerto Asís, crecieron con la coca como el paisaje de buena parte de su departamento del Putumayo.  Los  tres municipios de donde son oriundos que están entre los diez con más cultivos de coca en el país. Han sentido el vuelo de las avionetas roseando glifosato arrasando con cuanto cultivo se les atraviesa a su paso y han visto cuatro años después, reverdecer nuevamente la coca pero no las siembras de los campesinos. Han visto a los narcotraficantes recorrer rios y carreteables de su departamento en sus camionetas de vidrios oscuros, bafles potentes y luego enloquecerse de borrachera en los pueblos, financiar prostíbulos  y abusar de las niñas y mujeres indígenas Awa. Como en la época del caucho los que financian los grandes cultivos, los que se lucran con el trabajo de los campesinos, encienden sus cigarros con billetes de cien dólares en llamas.

Han vivido en el infierno de la inútil guerra por la coca ordenada por el gobierno de Estados Uniods y obedecida sistemáticamente por todos los gobiernos y ahora revitalizada por Ivan Duque y por esto se oponen a ésta. Los tres, apoyados por el politico consevador John Molina candidato a la gobernación, buscan oponerse a que arranque un nuevo ciclo de fumigaciones de glifosato a través de las vias legales. Lideran la Consulta Popular que por la via de la participacion de la gente frente la politica gubernamental para que invierta los recursos en apoyar las 19 mil familias en el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, a las que no les están cumpliendo. Y han avanzado. La Registraduría ya les dio de acá a octubre para que presentaran sus firmas que esperan serán más de 42 mil y antes de agosto, más que suficiente para aprobar la consulta.

Con 32 John Molina, ingeniero de sistemas, es el representante del comité de Consulta ante la Registraduría, con una particularidad: milita en el  Partido Conservador, el mismo de la Vicepresidente Martha Lucía Ramírez, una de las más férreas apoyadoras de la fumigación con glifosato. Mientras Molina se pone la camiseta contra la fumigación, Ramírez está de gira en Estados Unidos para convencer al congreso de que esta es la única forma de combatir el narcotráfico.

Los organizadores de la consulta no la tienen fácil. No sólo deben recoger 22 mil firmas que exige mínimo la Consulta para ser tenida en cuenta. Una campaña que deberá ser financiada con recursos propios y tienen en contra la férrea oposición del gobierno como lo dijo publicamente el Presidente en el taller Construyendo País el pasado 11 de mayo del 2019.

La historia de la coca en Putumayo comenzó a finales de la década del setenta. Heredada de la explotación cauchera del Siglo XIX en donde se enquistó la economía de enclave, sin planificación. Después de la estela de horror que generó la presencia de la casa Arana en el departamento, llegaron otras formas de explotación: la quina, el caucho, la madera, todo se lo llevaron, nada quedó para la región.

Ninguna de estas iniciativas logró enriquecer a nadie, por eso, cuando llegó la coca, la gran mayoría de cultivadores se volcaron a ella. En 1997 habían 13 mil familias dedicadas a este cultivo y habían más de 40 mil hectáreas. Dos décadas después el fantasma de la coca sigue más vivo que nunca. Las familias han crecido hasta 19 mil pero están comprometidas a mirar una forma para sustituir lo que ha sido su sustento.

Los impactos del glifosato en esa región aún no han sido cuantificados. Lo que sí es seguro es que no es lo que quiere la gente en el Putumayo. Desde el 2000 no han parado de fumigar con glifosato en la zona. Los Awa han sido pioneros en sustitución y han podido implementar pimienta, cacao y otros cultivos alternativos en la región. El glifosato, tal y como lo ha expuesto el líder Vicente Mueses, solo ha traído desgracias reflejadas en cientos de cultivos chamuscados. Para pasar la consulta tendrán hasta octubre pero ellos están confiados a que esto llegue en agosto. Todos están firmes en que el glifosato nunca más les lloverá del cielo.

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