Diez mitos y realidades sobre el COVID-19

Diez mitos y realidades sobre el COVID-19

No cesa la especulación con desinformación que confunde a la ciudadanía, por lo que se han seleccionado 10 temas esenciales relacionados con la evolución de la pandemia

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mayo 04, 2020
Diez mitos y realidades sobre el COVID-19

No cesa la enorme especulación a través de redes sociales y de mensajería sobre la Covid 19 y su agente viral el SARS CoV 2., con desinformación que confunde a la ciudadanía y a la opinión pública. Al respecto, se han seleccionado 10 temas esenciales relacionados con la evolución de la pandemia, revisando de manera objetiva la evidencia científica, para lograr el máximo de certeza. Veamos:

1. El aplanamiento de la Curva. Un periodista criticaba el no aplanamiento de la curva, mostrando con simpleza como crece el número de positivos diarios. Debe entenderse que es la curva la que permite interpretar y monitorear el poder nocivo de una pandemia, así como el potencial de contagio de los infectados. Para ello, se valora el porcentaje de nuevos infectados frente al número de pruebas realizadas, con variables ajustadas. En Colombia esta evolución ha estado en márgenes aceptables de menos del 10%. Otro seguimiento a la curva es el la del día de inicio de síntomas en los positivos, que permite determinar el momento de la infección para tener precisión en el tipo de prueba diagnóstica. En síntesis, el aplanamiento de la curva depende de la variable que desea estudiarse y pueden ser: nuevos contagios diarios, contagios acumulados, nuevas muertes diarias, muertes acumuladas.

Cuando se estudia nuevos eventos diarios, hay aplanamiento cuando los casos nuevos se mantienen constantes y luego hay disminución de los mismos. En eventos acumulados hay aplanamiento cuando disminuye la pendiente de crecimiento; en estos casos la curva nunca descenderá y cuando los nuevos casos sean cero, se mantendrá la recta horizontal. Ver a continuación gráfico didáctico adjunto. (Ej de aplanamiento de la curva) Y más abajo curva de inicio de síntomas, con tendencia a aplanamiento.

Un ejemplo de aplanamiento de curva. No es el acumulado de casos, sino la aparición de nuevos casos que debe mantenerse o disminuir. Curva roja (superior): casos acumulados. Curva azul (inferior): casos nuevos diarios.

2. La capacidad de contagio. De todos los coronavirus conocidos hasta hoy, siete, el C19 es bioquímicamente el más reactivo y de mayor afinidad por las células del aparato respiratorio. Por tanto, se concluye que su mayor cualidad es su elevada capacidad de diseminación, contagio y difícil control. Al contrario del SARS 1 (2002), la versión actual puede ser menos letal, pero mucho más contagiosa con riesgo de agravar las enfermedades preexistentes (comorbilidades).

3. El poder de reinfección. En estos momentos no existen suficientes pruebas para afirmar que sea posible la reinfección con el SARS–CoV–2. Los datos indirectos disponibles de otros coronavirus (SARS) y de modelos animales sugieren que es posible la generación de inmunidad (al menos al corto plazo), tras la recuperación del C19. Se ha informado de algunos casos de pacientes que han tenido nuevamente un resultado positivo a SARS–CoV–2 tras ser dados de alta. Es probable que se deba a errores en la toma de las muestras o, en algunos casos, a una recuperación prolongada, aunque asintomática, con positividad oscilante al virus. La reinfección es aún muy dudosa.

4. El origen del virus, ¿en laboratorio? Esta es tal vez una de las aseveraciones más absurdas ya que nada indica que haya sido creación o diseño de laboratorio. Su comportamiento bioquímico expresa naturalidad, lo demuestra un artículo de la revista Science: ‘el análisis de los datos públicos de la secuencia del genoma del COVID-19 y virus relacionados no encontró evidencia de producción en laboratorio o que haya sido diseñado de otro modo’. La prestigiosa revista Nature publicó que la unión de alta afinidad de la proteína de pico COVID-19 a ACE2 de humano es probablemente el resultado de la selección natural en un ACE2 de humano o especies parecidas, que permite que surja otra solución óptima. Una prueba concluyente que confirma que este virus no es producto de la manipulación en laboratorio. Se trata de especulaciones ‘políticas’, no científicas.

5. Producción de la vacuna. La posibilidad de una vacuna va muy bien, aunque no significa que esté tan próxima. Los pasos más largos (de los 6 mínimos necesarios) se han superado. Estamos en fase de pruebas en humanos, en la llamada inmunidad inducida. Esto exige un tiempo prudencial a pesar de tener listo el biológico en su diseño de pruebas. Se debe evaluar la seguridad, riesgo de efectos colaterales y eficacia inmunitaria. Esto último es el nivel de significancia que en medicina es del 0.01 (99% de efectividad), y en otros casos es del 0.05 (95%).

No estamos muy cerca dado que las pruebas humanas exigen tiempos de control y valoración, primero con grupos pequeños (fases 1 y 2), luego con grupos masivos (fases 3 y 4); posteriormente los trámites burocráticos para producción y comercialización masiva. Esto último llevaría al menos unos seis meses, siempre y cuando se logre el nivel de significancia médica, que es tal vez lo más difícil de alcanzar en el momento. No es tan simple como diseñar un biológico, empaquetarlo y distribuirlo. Tener la vacuna efectiva y definitiva con posibilidad de aplicación y disposición masiva para el mundo, llevaría al menos un año.

6. La letalidad y mortalidad. La letalidad es el número de fallecimientos sobre el número de casos positivos. En Colombia está alrededor del 4 %, aunque deja dudas y evidencia inconsistencias. La gran mayoría de fallecidos con el C19, no murieron por causa directa del virus sino de complicaciones de sus patologías asociadas. Revisando la estadística es factible afirmar con alto nivel de certeza que por acción directa del C19 podría ser máximo un 30% de muertes (tasa de letalidad del 1,2%), teniendo en cuenta que en Colombia solo menos del 10% de las víctimas no tenían patologías de base. Por otro lado, el posible subregistro enorme de infectados, reduce a una mínima expresión ese porcentaje que podría llevar esa tasa de letalidad a menos del 1%. La mortalidad se refiere al número de fallecimientos con respecto a la población total, lo cual es muy bajo y similar a otras enfermedades infecciosas. Se concluye entonces que la amenaza del C19 no es su letalidad, sino su trasmisibilidad casi incontrolable que complica a todos los enfermos que acomete.

7. Efectos del aislamiento preventivo. Así se tenga el mejor servicio sanitario, este es obligatorio en estas circunstancias por el enorme poder de contagio del C19, que está por encima de los parámetros conocidos para su control. El aislamiento no erradica el germen, pero si retrasa su evolución que, si se hace a tiempo como en Colombia, se evita el crecimiento exponencial como está ocurriendo en las grandes potencias con una catástrofe peor que la de una guerra. Sus secuelas socioeconómicas son duras, sin embargo, con estas medidas se previene la pérdida de miles de vidas humanas, lo que es mucho más importante.

8. Las pruebas de detección. Son dos tipos básicos de pruebas de análisis para ayuda diagnóstica: las serológicas o pruebas rápidas en sangre con resultados en 20 minutos o menos, de gran sensibilidad, y las PCR de alta especificidad en el diagnóstico que se toma en muestras de secreciones respiratorias (aunque puede ser en heces). Su procesamiento lleva más tiempo y son de alto valor diagnóstico al validar la certeza de la presencia de la infección. También existen pruebas rápidas que detectan la presencia de anticuerpos IgM/IgG específicos contra el SARS-CoV-2 como respuesta inmune durante las diferentes fases de la infección

En toda prueba diagnóstica empleada para establecer enfermedad o contagio debe definirse los siguientes estimadores de variable discreta: sensibilidad y especificidad, ya sean:

VP = verdaderos positivos.

FP = falsos positivos.

VN = verdaderos negativos

FN = falsos negativos

La Sensibilidad se refiere a la capacidad de la prueba para detectar a contagiados de un grupo de personas que realmente lo están: Sensibilidad = VP /(VP + FN).

La Especificidad es la capacidad de la prueba para detectar personas no contagiadas de un grupo de personas que realmente no lo están:   Especificidad = VN/(VN +FP).

Una prueba con sensibilidad baja tiene el inconveniente que declara muchas personas como no contagiadas al incluir gran número de falsos negativos, privando del tratamiento y las medidas de aislamiento extremo a personas que lo ameritan. Una prueba con especificidad baja tiene el inconveniente que declara muchas personas como contagiadas sin estarlo, al incluir gran número de falsos positivos, causando preocupación innecesaria, con tratamiento y medidas extremas a personas que no lo ameritan. Según lineamientos del INS, las llamadas pruebas rápidas deben tener una sensibilidad superior al 85%; además la tasa de coincidencia con la prueba PCR debe ser superior al 80%. La prueba PCR tiene una sensibilidad de 96% y una especificidad del 98%.

9. ¿Segunda oleada más fuerte? La historia diría que el riesgo es muy alto si hay aceleración en la liberación del aislamiento preventivo. En la pandemia de la gripe española ocurrió una breve laxitud de la cuarentena y la pandemia arreció. Fue justamente esa segunda oleada la responsable de millones de muertes. Aquí es donde se entiende las preocupaciones de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que si le teme realmente a ese riesgo y con razón. De allí que acabar con el aislamiento preventivo el 11 de mayo sería peligroso por el avance de la pandemia en número de infectados que podrían multiplicarse con suma facilidad, llevando a una alta mortalidad o contagio.

10. ¿Existe la inmunidad colectiva? (Inmunidad de rebaño). Esta arriesgada estrategia seguida por Suecia plantea que la mayor parte de las personas menores de 65 años que contraigan el coronavirus -si no tienen enfermedades preexistentes importantes-, lo vivirán como una gripe normal o fuerte, o de manera asintomática, y las que se enfermen al grado de requerir hospitalización o cuidados de urgencia sean con seguridad menos que la cantidad de camas para atenderlas.

La estrategia sería proteger a las personas mayores de 65 y a quienes tienen principalmente enfermedades respiratorias, cardíacas y diabetes, dejando que gran parte de la población se exponga para que desarrolle inmunidad natural. Cuando un 60% de la población lo haya hecho, habría inmunidad de rebaño, evitando la transmisión del virus. El gran objetivo es la inmunidad colectiva, sea por medio de una vacuna o debido a que suficientes personas hayan desarrollado inmunidad natural ya que “ha sido, a lo largo de la historia, la forma que tiene la naturaleza de acabar con las pandemias”, pero el costo ha sido enorme al posibilitar la pérdida de millones de vidas humanas. Allí está el gran dilema.

Hoy, Suecia pierde la batalla porque ya tiene unos 23 mil contagiados, alcanzando cerca de 3000 muertes, (mayo 3) con una tasa de letalidad del 13%, el triple de Colombia, y 270 muertos por millón que es uno de los más altos del mundo. Vecinos como Dinamarca tienen 78 muertes por millón, Noruega 38, Finlandia 37. Un estudio de Bergstrom y Dean (1) explica por qué la inmunidad de rebaño "natural" es inaceptable como estrategia de control de la pandemia: millones morirían (0,5 a 1% de los infectados estarían condenados inevitablemente a muerte). Un costo que nada lo justifica.

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