Destrezas de un almojarife bifronte
Opinión

Destrezas de un almojarife bifronte

Lo que reveló Besaile que él y el Minhacienda hicieron en la Comisión de Presupuesto del Senado cuando aquél la presidió, produce, al tiempo, admiración y espanto

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julio 13, 2018
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En el funcionamiento de nuestro Estado hay dos realidades: la formal, que se ve, y la infamante, que no se ve, aunque ahora encontró un resquicio para desnudar la verdadera condición de nuestros flamantes “servidores públicos” del momento, artífices de la ola corruptora que nos arrolla. Por gentileza de uno de los actores del cartel de la toga, el senador Musa Besaile, supimos pormenores acerca de cómo se recorre la “ruta de la mermelada”, es decir, la realidad infamante que Juan Manuel Santos y sus dos ministros de Hacienda, especialmente Mauricio Cárdenas, instituyeron a lo largo de ocho años de saraos presupuestales.

La trama es sombría en la patética versión de Besaile, que resolvió confesar todo lo que hubo detrás del volumen de mermelada que recibió para pasar a la final de los mimados del Gobierno en el campeonato electoral de 2014, todo bajo un deletéreo manto de “prosperidad democrática” y “unidad nacional”. Los partidos que integraron esta última componenda de pomposa apariencia patriótica, y sus jefes más conspicuos, fueron enumerados, con sus nombres, por el senador y reo a quien comenzaron a llamar en su departamento “el árabe mitológico”.

Cárdenas mostró una faceta de actor inmejorable: destrezas de un almojarife bifronte, pero que usaba la misma cara tanto en la realidad formal como en la infamante, hablando ex cáthedra, siempre como personaje, nunca como ejecutor obsecuente del reparto vitando de los cupos indicativos y de la cuota burocrática adscrita a su cartera. Ya no será más prócer que comediante, sino al contrario. Besaile mostró todo el barro que el ídolo de la oligarquía vernácula tapaba con sus trajes de marca y el cuello blanco de sus camisas importadas. Lo que reveló Besaile que él y el ministro hicieron en la Comisión de Presupuesto del Senado cuando aquél la presidió, produce, al tiempo, admiración y espanto.

El corpulento Colbert de dos metros de estatura quedó como un liliputiense con un brazo largo y otro corto. Al menos Yerry Mina cabecea para meter goles y celebrar danzando lo que agrada y no lo que avergüenza. Sí, esa es la huella que un Cárdenas Santamaría deja de su paso por un ministerio con otras sombras que aún no se aclaran, como la del affaire Reficar, sobre cuyo sendero de sesgos y maromas ha guardado un silencio de mudo sin malicia.  Ojalá que allí no haya comprometidos de primera y de segunda, como sucedió con Dragacol, y brille, por fin, la justicia, bastante más allá del rigor contra los chivos expiatorios. Y ¿qué decir de Fonade, el ICBF, el Incoder, Invías, el Banco Agrario y tantos otros  criaderos de artimañas dolosas y punibles?

 

El expediente de la mermelada tóxica, después de la versión de Besaile, requerirá nuevos tentáculos,
en la Corte Suprema y la Fiscalía, para detectar otros responsables

 

El expediente de la mermelada tóxica, después de la versión de Besaile, requerirá nuevos tentáculos, en la Corte Suprema y la Fiscalía, para detectar otros responsables, sin exclusiones bendecidas por el estatus de algunos de ellos. O todos en la cama, o todos en el suelo. Por ahí debería comenzar la restauración de la Justicia.

En su entrevista con Yamid en domingo anterior, el señor Cárdenas Santamaría le sugirió caminos al nuevo gobierno. Presiento que, como se propuso la venta de Ecopetrol, el señorito predilecto de la oligarquía quiere aterrizar en la presidencia ejecutiva del fondo que se crearía para administrar los 130 0 160 billones que costaría la gigantesca operación. Con qué fin: ¿manejarlo como manejó “la ruta de la mermelada”, o para pasar a la historia como el propulsor de la estabilidad macroeconómica del país? Duque recordará que las escuelas penales clásica (Becaría), penitenciaria (Howard) y positiva (Ferri), coinciden en la valoración de los antecedentes para clasificar las personalidades y fijar la tipificación de algunos rasgos de su comportamiento social. Métodos de observación hay muchos y eficaces.

Valerosa y acertada Vicky Dávila al difundir, con pelos y señales, la longitud y anchura de la confesión de Musa Besaile ante la Sala Penal de la Corte. Verán sus honorables magistrados si obran en concordancia con sus competencias y derivan del dicho de Besaile consecuencias que dignifiquen los deberes de su jerarquía.

 

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