El primer accidente que tuvo mi padre en la mina de carbón en Battá en la vereda de Morca en Boyacá le quedó colgando media oreja. Un año duró la recuperación. Cuando pudo volver a trabajar cayó de una clavada de la mina de veinte metros, en Beteitiva. Creíamos que iba a morir: las costillas, las piernas, los brazos y la cabeza, se habían hecho astillas. Aunque sobrevivió ya no pudo volver a trabajar por eso nos tocó trabajar a los cinco hermanos. Ya no trabajaríamos en la mina ayudando a mi papá, ahora nos dedicaríamos a hacer carbón de leña. Yo tenía 14 años y mis hermanos gemelos, Neider y Edinson, tenían 10 años, y mis hermanos mayores Fredy y Alexander 15 y 17. Trabajamos 6 horas al día. Seis horas estudiamos, nunca nos queda mucho tiempo para jugar. Quemábamos carbón de leña. Los gemelos sufren de los pulmones por todo el humo que se tragaron. Mi madre, Luz Marina González, también. A sus 40 años sufre de una migraña terrible que la hace revolcar de dolor. Hay noches en los que mi papá no puede dormir por el dolor que le da en el brazo. Vivimos siete personas en una casa de tres piezas.
Hacemos poca plata. Cada quema nos da 50 bultos, 500 mil pesos. Sacamos tres quemas al mes: 1.500.000. Cuando llega el billete ya lo debemos todo. Llevamos dos años pagando el computador a crédito en el Éxito. Son 80 mil pesos mensuales. El Éxito nos ha sacado el triple. Estamos pagando una cuota de 150 mil pesos en el banco. Y el resto para el mercado, la ropa, el transporte, las onces con lo que sobra. Además mi hermano se ganó una beca en la universidad en la UPTC para estudiar electrónica e ingeniería de sistemas. Es una pepa. Él va a ser un genio, estoy seguro de eso.
Yo sueño con ser periodista y comunicador social, éste es mi primer intento. Quiero escribir. Mi profesora Yaneth Guerrero me dijo que yo iba a ser el próximo gran escritor de Colombia. Mi papá una vez se endeudó comprando unas enciclopedias y unos atlas que les costó 700 mil pesos. El libro que más leía era el de historia. Todos nosotros somos buenos estudiantes sin embargo el estado nunca nos ha ayudado en nada. Ni siquiera estamos metidos en Familias en Acción. Con todo lo que ha hecho mi mamá para afiliarnos y nunca nos han dado nada. Mi mamá es mi héroe.
Pronto voy a dejar de quemar leña. Nos estamos buscando una casa para venirnos a vivir a Sogamoso. Tengo 17 años y en el 2017 voy a ser bachiller. Ya soy líder de colegio y voy a ser el próximo personero. La jornada de 6 horas de trabajo no me impide ser el mejor. El único camino que me queda para enterrar para siempre la tristeza es la lectura, la escritura y la capacidad de trabajo que me ha dejado el ambiente opresivo de la mina, llevar sobre la espada bultos de leña, me dará la fortaleza para vencer todos los obstáculos.
Mi vida empezó a cambiar para bien cuando conocí a Carolina Bonilla, ya que ella me ha formado como una persona responsable, respetuosa y con toda su sabiduría y emprendimiento nos ganamos un proyecto en el cual realizamos muchas actividades para ayudar a nuestra comunidad y con las cuales disfrutamos del arte, la música, la danza, el teatro y el deporte que nos motiva a seguir luchando en este arduo camino para construir un futuro mejor.