Con referencia al escrito de Iván Gallo, el cual expone ante la opinión pública 10 razones para no volver a Cúcuta, degrinando de la ciudad que lo vio nacer y criarse, hablando pestes de sus mujeres, hablando mal de la ciudad donde vive su familia, cabe decir que es normal que una persona de su talante lo haga, además que la Constitución le permite expresarse libremente, pero así como él lo hace, también debe aceptar que la gente dolida, que el cucuteño insolado (dicho popular), reaccione ante dicho artículo.
Como cucuteño le pregunto al señor Gallo lo siguiente: ¿la cultura traqueta de la que tanto habla, la drogadicción, la prostitución, el calor, entre otros, son solo problema en Cúcuta? Me gustaría que escribiera, por ejemplo, sobre la cultura megatraqueta de Medellín (ojo: adoro Medellín, pero no hablo mal de ella) o por qué no de los bares recontrafinos de prepagos en Bogotá (donde van políticos, artistas y demás famosos) o de las zonas como el Bronx, donde las personas se pierden en ese mundo de drogadicción... Sí, hablamos de la ciudad fría en donde usted vive, aunque lastimosamente lo vemos escribiendo de la ciudad caliente y abrigadora que lo vio nacer. Y si algún dia decide escribir sobre lo que le sugiero, lo invito a que pasee por las calles de Bogotá o Medellín, y si la gente lo reconoce asuma sus consecuencias (ya que el regionalismo paisa y rolo es el doble del cucuteño).
Si bien es cierto nuestra quería ciudad, nuestra Perla del Norte, está pasando por momentos difíciles de inseguridad, de corrupción, de inmigración, entre otros, es bueno saber que eso ocurre en todas las ciudades principales del país y que tratamos cada dia de salir adelante aprendiendo a vivir con esas falencias que nos agobian cada dia. Existen mil razones para vivir en Cúcuta... Somos casi más de 700 mil habitantes, sumado a eso más de 300 mil hermanos venezolanos, que poco a poco hemos tratado de ayudarlos en su crisis humanitaria y cada cucuteño con sentido de pertenencia lo sabe, y sería redundante decirlo, pero le voy a ilustrar lo que está corriendo por redes sociales sobre Cúcuta debido a su irresponsable publicación:
" Para los que no conocen a Cúcuta, aquí les presento mi ciudad, donde se puede ir almorzar a la casa al medio día, donde se puede hacer la siesta de 20 minutos, donde en cada esquina se consigue un calentador con pasteles y ají, donde los domingos las familias preparan Mute y carne asada para vender, la ciudad donde el sol inclemente es opacado por el viento, donde sabemos que nuestra ciudad se divide en 4 grandes zonas, Atalaya, Libertad, centro y Guaimaral, donde la avenida cero nos lleva a donde queramos, del Zulia a San Mateo o de La Zona Industrial al Club tennis, donde los trancones no duran más de 15 minutos, donde no se ve gente dormida en buses por que el calor no colabora para conciliar el sueño, donde en el Centro lo conseguimos todo, en la AV 8 tenemos papelerías, cacharrerías y piñaterías, en la calle 11 almacenes de tela y ropa, calle 12 ferreterías, AV 9 tipografías, donde se desaburre un domingo comprando una película en la AV 5 con calle 9, la ciudad donde los domingos encierran el malecón por la ciclo vía, donde nos podemos dar el lujo en semana Santa de recorrer las 7 iglesias a pie, donde podemos ver hacia el oriente las montañas de Venezuela, donde los Domingos después de comernos el Mute robamos aire en el Ventura o en Unicentro, la ciudad donde por $1.600 la buseta nos lleva a donde queramos, donde la fuente luminosa es el punto de encuentro de más de uno, donde se rumbea los fines de semana en el comercial Bolívar, Caobos, natilan, libertad, Av. 0, entre otros! aquí donde somos orgullosos del pastel de garbanzo y gozamos de toda las variedades de dulces como el cortado de leche de cabra, aquí hay crisis pero son más las cosas buenas que tenemos, por eso quiero a Cúcuta porque un motoso de 20 minutos no se cambia por ninguna metrópoli!" (tomado de las redes sociales).
Por todo lo anterior, señor Gallo, lo invito a un debate conciliador, a realizar criticas constructivas y no destructivas, a resaltar las cosas buenas de nuestra amada ciudad.
