La grosería de los directivos del futbol colombiano con Pacho Maturana, el mejor D.T de la historia

La grosería de los directivos del futbol colombiano con Pacho Maturana, el mejor D.T de la historia

No les importó que hubiera clasificado a un mundial y le hubiera dado su única Copa América. A Maturana nunca le reconocieron nada

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junio 18, 2017
La grosería de los directivos del futbol colombiano con Pacho Maturana, el mejor D.T de la historia

La última vez que Francisco Maturana dirigió un partido de la selección Colombia lo dejaron solo en el camerino, abandonado, sin que nadie de la Federación le diera la cara. Salió a las calles que rodean el Metropolitano a tomar un taxi por su propia cuenta e irse inmediatamente al aeropuerto. Era junio del 2003 y de los 12 puntos que había jugado en la eliminatoria mundialista hasta Alemania sólo había sumado 1. Periodistas como Carlos Antonio Vélez empezaron a hacer una campaña para sacarlos empellones de la Selección. Los resultados habían sido muy malos pero nada justificaba este abrupto abandono, esta sacada por la puerta de atrás. Pacho Maturana no sólo volvió a llevar a una selección a un mundial después de 28 años de ausencia, no sólo consiguió la primera Copa Libertadores para el país en 1989 y la primera y única Copa América, sino que puso a Colombia en la órbita mundial del fútbol.

Pacho nació en Quibdo en febrero de 1949 pero se siente paisa y de pura cepa. Llegó a Medellín a los siete años al barrio Los Alcázares. Después de hacer las tareas se sentaba durante horas en la puerta de la casa con un objetivo: ver a Oscar López y a Bernardo “Cunda” Valencia, los dos jugadores de Nacional que eran sus ídolos. Se hizo hincha del equipo verde porque su papá lo llevaba a ver los partidos en la antigua tribuna Korea, un lugar en donde se vivía el futbol con fervor. A los 10 años era tanta la fiebre por el Nacional que Pacho esperaba al frente de su casa a que saliera Julio “El Chonto” Gaviria, máxima estrella del equipo a comienzos de la década del sesenta para llevarle el maletín hasta el estadio. Pero no todo era fútbol, su papá reunía a su familia todas las noches a leerle cuentos de las Mil y una noches y ahí el jovencito empezó a soltar su imaginación y a cultivar su otra gran pasión: los libros.

Los papás de Francisco detestaban esa fiebre de su hijo por el futbol. Doña Hilda, su mamá, le revisaba los zapatos para comprobar que no se habían gastado en una de esas polvorosas canchas en donde Pacho comenzó su carrera. Aprendió a jugar descalzo y dejaba los zapatos a un lado de la portería, costumbre que tuvo hasta que un domingo le robaron los zapatos. Duró todo el día pensando en cómo iba a regresar a la casa descalzo. Nada lo salvó de la pela.

Los cuidados que tuvieron los papás de Pacho para salvarlo del fútbol no sirvieron para nada. A los 13 años, mientras estudiaba en el Liceo Antioqueño, un señor llamado Julio Ulises Terra, quien era el Técnico de las divisiones inferiores de Nacional empezó a preguntar por él. Convenció a sus papás de que el muchacho era bueno y ellos aceptaron que Pacho se probara solo con una condición: que nunca abandonara los estudios. Pacho cumplió. El estudio siempre fue su prioridad. Cuando se graduó de bachiller se matriculó en la facultad de odontología. En esa época, principios de la década del setenta, los muchachos debutaban en el fútbol profesional a los 21 años. Pacho pospuso su debut hasta los 23. El Presidente del Nacional, Hernán Botero, lo supo esperar y entender. No decepcionó. Pacho fue un defensa central aplicado y rendidor que incluso llegó a vestir en seis ocasiones la camiseta de la Selección Colombia. Eso sí, le gustaba la noche. Tenía un parche de amigos de la Universidad con los que le gustaba tomarse los traguitos los jueves en la noche mientras escuchaban a los ídolos del momento: Charles Aznavour, Raphael, Roberto Carlos. Su amigo de tragos en el Nacional era el defensa argentino Miguel Ángel El Zurdo López quien había sido bandoneista en su primera juventud y del que Pacho le aprendió la pasión por el tango y por los caballos de paso fino.  El futbolista vivía con su mamá quien lo regañaba en cada trasnochada. Para tener un poco más de independencia decidió aceptar una oferta del Bucaramanga y poder vivir solo. Sí, eran otros tiempos.

Un día, a sus 32 años, después de regresar a Nacional empezó a darle pereza levantarse de la cama para ir a los entrenamientos. Montó un consultorio en la Avenida Orienta en donde tenía una clientela que era una locura, ahí iba Raúl Ramón Navarro, Hugo Horacio Londero, el Alemán Moncada y hasta Oswaldo Juan Zubeldía, el mítico técnico de Nacional que había salido campeón del mundo con Estudiantes de La Plata. Todos los niños de Medellín quería que los atendiera Pacho, el jugador, la estrella del Nacional. Y a eso se iba dedicar sino es por que otro técnico suyo, la leyenda uruguaya Luis Cubillas, lo convenció de que dirigiera el equipo sub 16 de Nacional. Ahí, a comienzos de los ochenta se encontró con un grupo de jugadores, liderados por René Higuita, que serían los campeones de La Copa Libertadores en 1989. Por intermedio de su amigo, el periodista Ubeimar Muñoz, Maturana se va a dirigir al Caldas y empezó una carrera que cambió la historia del fútbol colombiano.

Él fue el primero y único técnico colombiano que ha dirigido un equipo europeo. Después de la buena actuación de Colombia en Italia 90 lo contrata el Valladolid. La temporada no es buena pero su manera de jugar deslumbró a los directivos del Real Madrid. Con la Selección Maturana logró un record que pocos saben: en el partido contra Yugoslavia en pleno mundial, Colombia se convirtió en el equipo que más veces tocó la pelota en un partido consecutivamente, un record que tumbaría España en el 2010 en el mundial que ganó. Maturana incluso llegó a firmar un preacuerdo para dirigir el Madrid pero al final las cosas no se dieron.

Con la Selección logró el 5-0 en el Monumental, una hazaña que se la recuerdan los niños hasta cuando va a Nigeria y la Copa América del 2001. Todos esos logros se empañaron cuando, después del partido que empató 1-1 con Argentina por la eliminatoria al mundial de Alemania, lo dejaron solo en el camerino. Juan Pablo Angel lo acompañó en esa soledad.Tener que tomar su maletín y salir del Metropolitano, el mismo estadio que lo consagró como un ídolo nacional. El dolor era tan grande que pensó en no volver a dirigir. Sin embargo a un técnico como él le llueven siempre las ofertas: dirigió la selección costarricense, la peruana y hasta un equipo en Arabia. Fue nombrado del panel técnico de la Fifa en Zurich y hasta trabajó en una reconocida EPS colombiana. Nueve años duró sin dirigir hasta que los directivos del Caldas, el equipo en donde empezó a labrarse el camino que lo llevaría a ser el mejor técnico en la historia de este país. Es una alegría que Pacho vuelva al banquillo. El próximo semestre, los que no tenemos equipo, seremos hinchas del Once Caldas.

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