En la actualidad, el mundo emocional y el comportamiento ético están en crisis. Muchos jóvenes actúan sin considerar a los demás, mostrando intolerancia y egocentrismo. Esta falta de manejo emocional ha llevado al aumento de la violencia y la incapacidad de resolver conflictos de manera saludable.
El bullying o matoneo es un fenómeno en ascenso, caracterizado por la crueldad sistemática hacia un compañero. A la vez, hay más niños y jóvenes que, por su vulnerabilidad emocional, se convierten en víctimas fáciles de este maltrato. Esta situación es, en parte, el resultado de una disciplina permisiva y basada en la culpa, que no ha sabido equilibrar la autoridad con la empatía. Además, el avance tecnológico ha terminado por aislar a los niños y jóvenes, privándolos de un adecuado desarrollo psicosocial. Aunque saben interactuar a través de pantallas, han perdido la capacidad de relacionarse cara a cara con los demás.
Fomentando la empatía en la crianza
Los padres cuyos hijos desarrollan una buena inteligencia socioemocional no solo les enseñan a ser empáticos, sino también la importancia de escuchar con atención y validar las emociones ajenas. La investigación demuestra que incluso al sentir empatía por un personaje de televisión, las personas experimentan mayor conexión y seguridad. Entonces, ¿cómo podemos ser más efectivos al demostrar empatía con nuestros hijos?
- Manténgase calmado y vea las emociones como oportunidades de conexión. Los momentos difíciles, como la pandemia, nos han dado la posibilidad de ejercitar la paciencia y la compasión. Si su hijo está alterado o llora, acompáñelo con ecuanimidad y permítale desahogarse. Esto fortalece su seguridad emocional.
- Entienda, valide y acepte en lugar de juzgar. Si su hijo está molesto o triste, trate de comprender en vez de criticar. Todos buscamos sentirnos bien, y si un niño no lo está, algo le sucede. Tenga paciencia, eventualmente compartirá lo que le pasa.
- Refleje lo escuchado y valore sus sentimientos. Frases como "Veo que estás muy enojado" o "Debe ser difícil para ti" ayudan a que el niño se sienta comprendido. No intente arreglar la situación de inmediato; primero demuestre que cree en sus emociones y las valida. La escucha activa y la validación son claves antes de buscar soluciones.
Criar con diálogos emocionales
El estilo de crianza tiene un impacto crucial en el desarrollo de los hijos. Los niños imitan lo que ven más que lo que se les dice. Si usted establece reglas claras en el hogar y modela un comportamiento respetuoso y compasivo, sus hijos seguirán ese ejemplo.
Aprender a escuchar es fundamental. Validar lo que el niño siente y ayudarlo a manejar sus emociones le permitirá desarrollar habilidades socioemocionales sólidas. Como padre o maestro, también es importante expresar abiertamente sus propios sentimientos. Frases como "Hoy me puse triste por algo que escuché" o "Me molestó la actitud de mi jefe" ayudan a los niños a conectar con las emociones ajenas y a sentirse cómodos expresando las suyas.
Las expresiones de amor también deben ser claras y constantes para que el niño las reciba y luego las reproduzca en sus relaciones. Si usted es compasivo, amable y respetuoso, su hijo aprenderá a serlo también.
El uso responsable de la tecnología
Los padres no deben permitir que sus hijos pasen demasiado tiempo frente a las pantallas. Es fundamental establecer límites y enseñarles que los dispositivos tienen un uso limitado. La tecnología, aunque puede ser beneficiosa, también puede convertirse en un obstáculo para el desarrollo social y emocional de los niños si no se maneja con moderación.
Criar con empatía, diálogo y límites claros ayuda a los niños a desarrollar la inteligencia emocional necesaria para una vida equilibrada y sana. La comunicación emocional efectiva es una herramienta poderosa para fortalecer el vínculo entre padres e hijos y preparar a los niños para enfrentar el mundo con resiliencia y compasión.
¿Está preparando a sus hijos para enfrentar el mundo con empatía e inteligencia emocional?