Con flautas y tambores, Puracé (Cauca) resistió a la guerra en el 2001

Con flautas y tambores, Puracé (Cauca) resistió a la guerra en el 2001

Después de casi 20 años, el país conocerá lo ocurrido en la toma guerrillera que marcó un antes y un después en la historia de esta comunidad indígena

Por: Lisbeth Adriana Pizo Manquillo
octubre 19, 2020
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Con flautas y tambores, Puracé (Cauca) resistió a la guerra en el 2001

El resguardo indígena de Puracé, al oriente del departamento del Cauca, no ha sido ajeno a las inclemencias de la guerra. El 31 de diciembre del 2001 marca un antes y un después en la historia de este corregimiento, luego de que el octavo frente de las Farc acabara con la tranquilidad de fin de año de esta comunidad, que hoy todavía mira los estragos de una guerra que no concluye en la región. 

Desde el año 2017, el Consejo Regional Indígena del Cauca viene realizando acompañamiento a los acuerdos de paz con el fin de que se esclarezca la verdad de hechos violentos ocurridos en los territorios indígenas del Cauca, y de esa manera se escuche y se repare a las víctimas del conflicto armado. 

El próximo 30 de octubre por primera vez después de casi 20 años el país conocerá desde la voz de los habitantes del corregimiento de Puracé lo que ocurrió en la toma guerrillera de 2001 y el proceso de resistencia que hicieron más de cien personas en el parque principal con tambores y flautas. La historia será transmitida por las plataformas virtuales de la Comisión de la Verdad a las 4 de la tarde. 

“Hemos tenido unos logros significativos, el primero es un informe que va hacer el Cric para la Comisión de la Verdad, que se inició el 6 de octubre, también gestionamos para que el pueblo kokonuko pueda hacer un informe que va a tener un equipo propio para los nueve resguardos y en ese trabajo también logramos que la historia del resguardo de Puracé saliera priorizada en uno de los diálogos sociales de la comisión, que tiene un ciclo de foros denominado, Historias para cambiar la Historia, lo que queremos mostrar en este foro es el proceso de resistencia”, mencionó Aldemar Bolaños jurista indígena que ha acompañado este proceso. 

Hay heridas que aún están abiertas para los habitantes de este resguardo, recordar ese trágico día para muchos aún genera impotencia, dolor, miedo y lágrimas. 

“La toma guerrillera nos dejó desolación, tristeza, miedo, todo lo negativo que se puede describir, desolación porque hubo mucho desplazamiento y fue mucho el daño que hicieron. Después de eso eran constantes las emboscadas, cada 15 días, cada mes, eche bala; como Puracé está situado en una parte baja, rodeada por cordilleras no lejanas, desde esos cerros tiraban bala hacia el cuartel de la policía, hacia quien cayera”, expresó en su relato Evelio Hernán Caldón, gobernador del Cabildo Indígena de Puracé en el año 2001. 

Un fin de año marcado por la violencia 

Pasadas las cinco de la tarde del 31 de diciembre del 2001, empezaron a retumbar las balas y cilindros bomba en el poblado de Puracé, ubicado a una hora de la capital caucana, en un primer momento sus habitantes creyeron que era pólvora por las celebraciones decembrina, finalmente era el último día del año. 

“El 31 de diciembre se acostumbra hacer los tradicionales taitapuros para despedir el año nuevo y pero ese día fue desesperante, tuvimos que quedarnos encerrados en las casas por temor, algunos decidimos salir a hacer el proceso de resistencia, aunque quedan afectaciones psicológicas al ver que asesinaron a uno de nuestros compañeros y no pudimos salvarlo y después dos policías fue acribillados”, señaló José Bonilla, habitante de Puracé. 

En esa época la situación de orden público en la zona fue bastante crítica según lo relatan sus habitantes, pues estaban a merced de lo que definían los actores armados, “nadie podía salir a la calle antes de las seis de la mañana, ni después de las nueve de la noche”. 

El día después de la toma guerrillera al corregimiento de Puracé llegaron entes gubernamentales a hacer promesas que hasta hoy no se han hecho reales. 

“Han transcurrido casi veinte años y de esas supuestas ayudas y obras no hemos visto nada, salvo algunas personas que sí las indemnizaron, yo no sé por qué a unas pocas y al resto del poblado nada”, mencionó el gobernador de la época, Hernán Caldón. 

Después del hecho se creó una comisión de paz, que buscaba reparar los daños materiales ocasionados entre ellos casas de habitación, negocios, el colegio cooperativo, la casa cural, la iglesia, sin embargo, “pasaron los meses, la comisión por alguna razón se desbarató", " llegamos hasta tal punto que un empleado municipal llegó a decir que en Puracé no había ocurrido absolutamente nada, cuando eso fue totalmente falso porque en Puracé y principalmente en el centro del poblado todo quedó patas arriba y después de eso todo se acabó”, señaló Caldón. 

La chirimía, signo de resistencia civil 

Desde hace más de treinta años, el docente Hugo Armando Orozco Certuche trabaja en Puracé impulsando la cultura y la tradición a través de expresiones musicales como lo es la chirimía, representativa de esta zona y la cual ha estado presente en todas las festividades, la misma que impidió en el 2001 la guerra destruyera todo lo que se encontraba a su paso. 

“En Puracé hay mucho talento, comunidad sin chirimía no es comunidad, hace parte de la cultura de lo que nosotros llamamos la resistencia y por eso se debe fortalecer, qué es lo que no pasa aquí, se invierte dinero en otras cosas, pero en la parte cultural no hay apoyos”, mencionó. 

En cuanto a la resistencia en el 2001 el docente mencionó que, “en ese momento la chirimía resistió, pero no con armas sino con música, al sonido de las flautas, las tamboras lo que hizo la gente fue agruparse y decirle que no queríamos que ellos estuvieran aquí, que nosotros no hacíamos parte de ese conflicto, no queríamos que nuestro pueblo lo acabarán, principalmente las vidas”.

Por su parte, el gobernador suplente Olman Mazabuel resaltó la importancia de visibilizar estos hechos de violencia ante el país.

“Es importante para nosotros porque en este ejercicio visibilizamos lo que realmente ocurrió en nuestra comunidad y todo lo que se ha sufrido al interior de ella. Porque no sólo hemos sido violentados por actores armados ilegales sino también por parte del Estado colombiano”, expresó el gobernador.

En este espacio donde se dará a conocer los hechos de violencia que han marcado este territorio ante la Comisión de la Verdad también se mencionó el asesinato de 9 personas en febrero del año 2001 en el Parque Nacional Natural de Puracé a manos de la guerrillera y el asesinato del exgobernador indígena Alfredo Bolaños, en octubre del 2015 por parte del Ejército Nacional.

“Ante estos hechos nos hemos organizado con la Guardia para proteger y salvaguardar nuestro territorio. Es bastante doloroso revivir esos momentos, porque es recordar la destrucción del pueblo y la pérdida de integrantes de la comunidad”, concluyó Mazabuel. 

Sin presencia del Estado 

En Puracé desde hace varios años no se ha vuelto a sentir la violencia como hace dos décadas, pero sí se ha vuelto común el abandono estatal. 

En esta localidad no hay un buen servicio de salud, la economía ha ido decayendo con el cierre de la Mina de Azufre, y la falta de inversión en las vías de comunicación, que con el pasar del tiempo desmejoran. 

“Tenemos un hospital, del cual solo queda la edificación porque poco a poco el mismo gobierno, las mismas ESE encargadas de la salud en el Cauca lo han ido desmantelando y en este momento a tirones alcanza hacer un puesto de salud. Si miramos las vías de comunicación, se han dedicado a las grandes transversales, la vía de esta zona es prácticamente una trocha, nadie puede transitar por aquí. El gobierno está desconociendo el potencial turístico y agrícola de este territorio. Pedimos que el gobierno nos voltee a mirar porque Puracé está sumido en el abandono y de allí viene la violencia”, concluyó el mayor indígena Evelio Hernán Caldón. 

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