Cervantes y Shakespeare: dos grandes que murieron en la misma fecha

Cervantes y Shakespeare: dos grandes que murieron en la misma fecha

"Estos dos escritores por poco agotan la literatura universal"

Por: Guillermo Maldonado Pérez
abril 15, 2016
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Cervantes y Shakespeare: dos grandes que murieron en la misma fecha

“Murieron el mismo día: 23 de abril de 1616”. Así lo ha convenido  el mundo cultural que hoy lo  conmemora, a  cuatrocientos años de la  fecha final que unió a los dos grandes de las letras, que  no se conocieron pero, entre ellos hubo tanta afinidad que no faltó quien dijera que los dos eran uno y el mismo. Es sabido que Shakespeare leyó la primera parte del Quijote, donde está la historia de Cardenio que el bardo inglés retomó para uno de sus dramas. Crearon, cada uno, un género propio: la novela y el teatro moderno, nada más y nada menos.

Dos escritores que por poco agotan la literatura universal; incluso uno podría pensar que  lo que vino después fue el intento cifrado de escribir un Quijote, un Hamlet o un Falstaff...  De lo que no cabe duda es que las parejas de ficción que se inventaron luego y se hicieron célebres en la novela, el cine, el comic, la televisión, etc., provienen todas de Quijote y Sancho. (Incluyendo Batman y Robin).

Pero hubo en aquel tiempo otra cosa nueva, extraordinaria: la invención del ensayo, género literario que se debe a don Michel de Montaigne ( López por su  madre), genio casi contemporáneo de los otros dos; se sabe que Shakespeare fue lector  de Montaigne; una de las seis firmas manuscritas conocidas del poeta de Stratford-on-Avon quedó estampada en un ejemplar de la edición inglesa de los Essais.

Borges afirma que tanto Cervantes como Shakespeare fueron hijos de Montaigne; <<Cervantes –dice  Borges- fue el hombre comprensivo, indulgente, irónico y sin hiel, que Grussac, que no lo quería, pudo equiparar a Montaigne>>. Género feliz  el del ensayo; tardío entre nosotros, Borges lo supo llevar a cimas muy altas del arte, con los signos imprescindibles en su carácter de literatura, pensamiento y ficción.

Y es Borges, justamente, quien nos dice en un ensayo sobre Quevedo que este “no es inferior a nadie, pero no ha dado con un símbolo que se apodere de la imaginación de la gente. Homero tiene a Príamo que besa las  homicidas manos  de Aquiles; Sófocles tiene un rey que descifra enigmas y a quien los hados harán descifrar el horror de su propio destino; Lucrecio tiene el infinito abismo estelar y las discordias de los átomos; Dante, los nueves círculos  infernales y la Rosa paradisíaca; Shakespeare, sus orbes de violencia y de música; Cervantes, el afortunado vaivén de Sancho y de Quijote…”

Así, pues, las obras que perduran, según el gran maestro de El Sur, son aquellas que lograron idear un símbolo que los hombres no olvidan. Es el caso de los dos inmortales que hoy nos ocupan; aunque  ninguno de ellos, bueno es decirlo,  se propuso la inmortalidad.

Sin embargo, sus nombres  padecieron  más que  nadie los embates de la gloria. A Shakespeare le fue negada la autoría  de su obra,   su  propia existencia fue puesta en duda;  la envidia, universal, suprema,  anónima, también  arremetió contra Cervantes,  esta vez personificada en  Avellaneda,  autor de una segunda parte falsa del Quijote. A su debido tiempo Cervantes  dio  cuenta del apócrifo en su obra, incluso supo   su verdadero nombre  y  no  lo dijo  para que este que no pasara a la posteridad.

La existencia de  Miguel de Cervantes también fue puesta en duda; pero gracias a  Quijote,  que lo  lee y comenta en sus propias páginas (“ de un tal Cervantes”),   este pudo sobrevivir; caso único de un autor que llegó a parecer  menos real que su criatura; ironía o gracia  de la ficción que  la realidad no impugna.

Guiseppe Tomasi di Lampedusa, en un bello ensayo,     anota sobre   Shakespeare y Montaigne algo que  vale también para Cervantes, y los define a los tres:

“El espíritu del Renacimiento destilado hasta su última esencia y vertido en un vino todavía áspero y de rústico aroma, preparó el licor embriagador con que estos   escritores nos regalan.

“Sus artes difieren; pero las ideas, en cambio, son las mismas; en ambos encontramos la misma   a-religiosidad unida a una común emoción ante las vivencias religiosas de los otros,  la misma conmiseración universal teñida de un  algo de desprecio, el mismo propósito encarnizado de desmontar el mecanismo de la psique humana, el mismo escepticismo sereno: me refiero a ese escepticismo que no rechaza nada con un <no> apriorístico, sino que acepta más bien todas las opiniones con un <si> de irónica condescendencia. Tanto uno como otro observan  el hormigueo humano con una mirada penetrante, y se confiesan incapaces de sacar ninguna conclusión concreta (<La vida es un cuento  contado por un idiota, lleno de bulla y furia, que no tiene ningún sentido>)  salvo la necesidad de mostrarse piadosos: a menudo, para distraerse de tan amarga contemplación, ríen con las muecas y volteretas de estos pobres simios apaleados.

“Ambos son enemigos acérrimos de los sistemas prefabricados”.

Nada mejor, creo,   que las  palabras del  autor de El Gatopardo para incitar   a una lectura  de celebración de  estos grandes autores, nuestros contemporáneos - qué duda cabe -.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
¿Otro golpe a La Guajira? ¡Por favor!

¿Otro golpe a La Guajira? ¡Por favor!

Nota Ciudadana
¿De visita en el Festival Vallenato 2024? Estos son los 20 restaurantes imperdibles en Valledupar

¿De visita en el Festival Vallenato 2024? Estos son los 20 restaurantes imperdibles en Valledupar

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--