Bruno Díaz es mejor artista de la teatralidad que Batman

Bruno Díaz es mejor artista de la teatralidad que Batman

"Un actor y político en declive, como si estuviera en un casting, hace una gala de sus capacidades histriónicas para aniquilar verbalmente al antagonista"

Por: Julián Hernández Romero
agosto 11, 2021
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Bruno Díaz es mejor artista de la teatralidad que Batman

 

 

«La teatralidad y el engaño son armas poderosas»

Batman

 

El video infamatorio de Bruno Díaz contra Gustavo Bolívar demuestra la naturaleza del colombiano que elige, por suspicacia o ignorancia, hacer justicia por mano propia en vez de recurrir a las instancias judiciales para hacer valer sus derechos.

Una deuda comercial impaga que se soluciona en los tribunales legalmente constituidos para ello se convierte en motivo y patente de corso para injuriar y calumniar al deudor en mora o, en el peor de los casos, cometer crímenes mayores o generar tragedias absurdas, porque de la misma familia de "usted no sabe quién soy yo", existe los primos de honor "de mí no se burla nadie" y "se va a acordar de mí, hp, va a ver".

El video kirsch de Bruno Díaz es una muestra indeterminada de mamagallismo, patetismo y acaso dolor adecuadamente impostado. Unas veces lúgubre y macabro y, otras, colorido y sabroso. Todo en uno. Un actor y político en declive, como si estuviera en un casting, hace toda una gala de sus capacidades histriónicas para aniquilar verbalmente al supuesto antagonista: ora se esfuerza por conmover mediante el llanto, ora ríe y baila desaforadamente como un orate.

En sí mismo, el video es una inmensa contradicción de principios, pues propone el intérprete, al inicio de su ensayo teatral, el respeto como norma de conducta: "Hoy necesitamos más que nunca que el respeto al otro sea un valor arraigado en nuestras almas". Pero dicho este apotegma, pasa a llamar a Gustavo Bolívar "excreto" y de allí en adelante, destina 24 minutos y 31 segundos que dura el video a descuartizar, ridiculizar y denigrar la vida, honra y bienes de otra alma. A ritmo de metralleta dispara a razón promedio de un insulto o una injuria cada 12,5 segundos contra el contendor ausente.

Se cuentan, por lo menos, 118 epítetos injuriosos justificados en el incumplimiento de un contrato. Van desde las 25 veces de falsario, pasando por atarván, avaro, blandito, bribón, cachupe, cañería, carece de cojones, cleptómano, corrupto, coscorria, de varón muy poco, embaucador, faltón, felón, goloso, gurrupleta, mamarracho, mentiroso, morrongo, pícaro, y así ad nauseam. Se salvaron los insultos de las letras H, J, K, Ñ, O P, Q, U, W, X y Y… Eso ni Paquita la del Barrio (rata inmunda, animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho, infrahumano, espectro del infierno, maldita sabandija, alimaña, culebra ponzoñosa, desecho de la vida, maldita sanguijuela, te odio y te desprecio… ¿Me estás oyendo, inútil?).

Tres meses de realización audiovisual y una considerable inversión económica para su puesta en escena: ¿no hubiera sido mejor demandar a Gustavo Bolívar y reclamarle judicialmente una indemnización por daños y perjuicios, con embargos y todo?

La filípica digital parece más encaminado a vengar la muerte de un ser querido o a demoler con sevicia verbal al otro que a cobrar una obligación en mora. Un contrato comercial incumplido, uno más del millón de demandas que atiborran los juzgados por deudores tramposos o insolventes.

Parte del duelo consiste en proyectar la culpa hacia otra persona u objeto; es una manera de encubrir el propio sentimiento de culpa que se tiene hacia la persona que ya no está. Pero una cosa es tramitar el duelo y otra no recurrir a la autoridad para ejercer un derecho, y en su lugar hacerse "justicia" arbitrariamente.

Una cosa es pastar en el campo del dolor por la muerte de un ser querido ꟷen el cual todos hemos pasado largas nochesꟷ y otra es pasarse la cerca y solazarse en los terrenos del código penal. Hasta donde se sabe, la injuria es un delito (el que haga a otra persona imputaciones deshonrosas) y la amenaza también (el que por cualquier medio atemorice o amenace a una persona): "Te desmentiré a trompazos".

El pendenciero video deja serias dudas sobre la verdadera intencionalidad del resultado. ¿Acaso Bruno Díaz atribuye a su adversario motivaciones más viles que las suyas? No se sabe.

Hoy, más que nunca, es hora de hacer un llamado para que el respeto al otro sea un valor arraigado en nuestras almas.

 

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