La incoherencia y negociar los principios parecieran ser la norma para gobernar y ejercer la política desde cualquier orilla. Así nos lo demuestran las “bodegas” informativas que cumplen su cometido sin compasión, develando cada momento severas contradicciones propias del juego sucio de la politiquería. Presenciamos entonces una sociedad muy cerca a la resignación que observa con poca o ninguna indignación el espectáculo transaccional de politiqueros que en público se comportan de una forma y en privado se confabulan para esconder el mugre debajo de la alfombra, pues allí, la ideología no cuenta, y la vanidad y el caudillismo son el torbellino cotidiano para reivindicarse.
Así de simple, en un gobierno que no es el mío, se critica vehementemente la designación de funcionarios sin escrúpulos, el nepotismo, el excesivo gasto público, la corrupción incesante, la compra de aviones de guerra, los bombardeos, el uso de glifosato, la militarización de territorios, el uso del Esmad y la financiación de buses y tamales con el erario público para movilizaciones sociales e indígenas. Solo basta con revisar los Twitter del pasado y contrastarlos con los trinos y hechos del presente.
Son posiciones alucinógenas y camaleónicas, propias de una desgastada dirigencia política que hábilmente y con cinismo levita sobre una falsa coherencia atropellada inexorablemente por la realidad. Su tozudez y desprecio hacia la gente, avanza “Sin Afán” sin brújula y sin fondo, como el planchón turístico del mismo nombre “Sin Afán” en el municipio de Guatapé, que junto a muchos otros de la misma especie, navegan en la diversión y los negocios de jíbaros, drogadictos y turistas sexuales, transportándolos durante dos horas en un viaje de alucinaciones con abundante alcohol, marihuana, cocaína y Tusi(Tussi, tusilini o tucibi), y donde el DJ cumple un rol indignante. En este caso, ocurrido el 28 de febrero, gracias a una oportuna y efectiva respuesta de la Policía, se tomaron medidas correctivas, decomisando las pocas sustancias alucinógenas que quedaban.
Avanzan “Sin Afán” lanzando globos al aire, como la reciente propuesta de la canciller y la embajadora de Colombia ante la Convención contra las Drogas de la ONU en Viena y replicada a los colombianos como un gran logro, supuestamente orientado a humanizar el problema de las drogas. Expertos presentes en la Convención, coinciden en señalar que fuimos el hazmerreír del evento, no solo por la vaguedad de los argumentos, la falta de rigurosidad científica, y particularmente por el reencauche de sugerencias pasadas que seguirán represadas en los anaqueles de la ONU.
Avanzan “Sin Afán” en la insólita e impracticable propuesta de comprar los cultivos ilícitos a los cultivadores y nuevamente repitiendo errores del pasado, con cifras inalcanzables, incentivos perversos, resiembra asegurada y aumento previsible de áreas cultivadas y claro de las economías criminales.
Avanza “Sin Afán” el sistema de justicia colombiano, que no resuelve el fallido modelo y sigue impávido con un hacinamiento del 80 %. Una justicia que solo esclarece 4 de cada 10 homicidios, que deja en libertad a reincidentes al no ser considerados un peligro para la sociedad, como el reciente caso de la banda criminal Rolex en Bogotá. Y lo peor, con unas decisiones que siguen coartando las atribuciones de las autoridades para arrestar a jíbaros y cabecillas del microtráfico; pues la sentencia 41-760 del 9 de Marzo de la Corte Suprema de Justicia, prohíbe incautar el estupefaciente y judicializar a la persona que lo porta, si se declara adicta y sin importar la cantidad; prácticamente la legalización del microtráfico.
Avanzamos “Sin Afán” al abismo de la perdición a causa del aumento del consumo de drogas ilícitas
Avanzamos “Sin Afán” al abismo de la perdición a causa del aumento del consumo de drogas ilícitas que ya supera en un 22 % el promedio global y que según las últimas encuestas se ha incrementado en adolescentes desde los 13 años. Así atónitamente lo presenciamos en los planchones de la diversión. Avanzamos “Sin Afán” siendo los campeones en la producción de cocaína y estando adportas de ser descertificados por el gobierno de los Estados Unidos y avanzamos “Sin Afán” y muy cómodos, en el deshonroso segundo lugar del ranking global de criminalidad y corrupción.
Finalmente, avanzamos
“Sin afán” proliferando mensajes y campañas engañosas, como por ejemplo, que ¡el whisky es peor que la cocaína! y con excesiva e indolente tolerancia observando el grave deterioro de la seguridad y la vida de jóvenes y niños consumidores de drogas alucinógenas. Así lo demostró el estudio de mortalidad asociado al abuso del consumo de sustancias psicotrópicas que arrojó 28.541 defunciones en el periodo 2013-2020. Así será muy complejo derrotar la hidra de mil cabezas, pero mantengamos el optimismo.
Del mismo autor: Los “confites” de Papá Pitufo