Así mataron al último de los Cárdenas

Así mataron al último de los Cárdenas

En los 70 y a comienzos de los 80, esta familia guajira sostuvo una guerra a muerte con los Valdeblánquez. Fueron 13 años de enfrentamientos. Esta es la historia

Por: Álvaro Cotes Córdoba
marzo 17, 2021
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Así mataron al último de los Cárdenas

El escenario de esa vendetta fue Santa Marta. Todos los miembros varones de esa familia fueron asesinados durante esa guerra, incluso: después de acabarlos a todos, desde el padre hasta el último hijo, siguieron con los hijos de los hijos. No obstante, hoy les traigo el recuento del último miembro varón de los Cárdenas asesinado, hecho que no sucedió en Santa Marta sino en otra ciudad del interior del país. Aquí la crónica:

Jorge Humberto Forero Pinilla, Ariel Ramiro Garzón Franco (alias Care-gancho), Campo Elías Rosero Tumbe (alias Manos de Yeso), quienes estuvieron vinculados al Ejército Nacional, alcanzando los dos primeros el grado de cabo primero y el último mencionado el rango de sargento primero, además de Luis Alberto Rodríguez y los sujetos apodados El Gordo y El Flaco o Cara de Gamín, el 27 de diciembre de 1982, emprendieron desde Barranquilla un viaje con destino a Sogamoso, Boyacá, cuyo propósito era exterminar al último varón de la familia Cárdenas Ducat, a Alcibiades Ulises Cárdenas Ducat.

Cibia, como sus hermanos, madre, padre, primos y cercanos a la familia le decían cariñosamente a Alcibiades Ulises Cárdenas Ducat, para el entonces, tenía unos 17 años de edad y se había ido hacia esas tierras del interior del país, huyéndole a la persecución de exterminio total de la familia que sus enemigos, los Valdeblánquez, habían continuado tras asesinar a todos sus hermanos mayores e incluso al padre, el señor Alcibiades Cárdenas Meriño. Con él se habían trasladado también para esas tierras de bajas temperaturas, sus primos hermanos Alcibiades Antonio Cárdenas, José Manuel Cárdenas Moscote y Carlos Camilo Cárdenas, al igual que un amigo de nombre Orlando Quintero.

Los esbirros de los Valdeblánquez llegaron a Sogamoso a las cuatro de la tarde del 29 de diciembre de ese año y de inmediato buscaron alojamiento en un hotel de nombre Santander, en donde se negaron a registrar sus datos personales de identificación. No obstante, el administrador del hotel tuvo que darle hospedaje, tal vez porque: O lo amenazaron o le dieron alguna fuerte suma de dinero para que guardara silencio. A la postre, no se iban a demorar mucho en esa población fría.

Al día siguiente, 30 de diciembre, en horas de la mañana, los asesinos acudieron a un taller de mecánica, para hacerles arreglos a uno de los vehículos con los que habían viajado: un campero Toyota. Luego, localizaron a su víctima y en horas de la tarde, cerca de las cuatro y media, apostados en sitios estratégicos y presumiendo ser autoridades, retuvieron a Alcibiades Ulises Cárdenas Ducat, quien en esos momentos estaba con su amigo Orlando Quintero y sus primos Alcibiades Antonio Cardenas, José Manuel Cárdenas Moscote y Carlos Camilo Cárdenas. No obstante, los dos últimos mencionados lograron escapar a esa retención ilegal de los falsos policías.

Cibia, su primo hermano y su amigo Orlando Quintero, fueron obligados con pistolas en manos, a subirse en el campero Toyota, en el que después los transportaron por la vía Sogamoso-Aquitania. Cuando llegaron a un sitio conocido como Los Corales, en jurisdicción todavía de Sogamoso, se detuvieron, bajaron de los vehículos, abrieron la puerta trasera del Toyota y acto seguido empezaron a dispararles a sangre fría. A lo que terminaron de acribillarlos, movieron el automotor hasta el borde de un abismo y luego lo arrojaron hacia el mismo.

Unos campesinos de la región que a la distancia escucharon los tiros y observaron después cuando arrojaban el vehículo al abismo, acudieron luego al lugar de los hechos, encontrando todavía vivo a una de las víctimas, al primo de Cibia, es decir, a Alcibiades Antonio, a quien trasladaron luego a un hospital y en donde más tarde los médicos le salvaron la vida.

Fuga extraña

Los autores del hecho se dividieron en grupos para huir del lugar. Cuatro de ellos se fueron en el otro vehículo y los otros restantes abordaron un bus que regresaba a Sogamoso. El vehículo de pasajeros era conducido por un señor de nombre Fermín Martín Rojas, quien al pasar por donde ocurrió el triple asesinato, se detuvo para observar lo acontecido y hasta dialogó con algunos moradores de la región que se encontraban allí y quienes les alcanzaron a contar hasta de cómo estaban vestidos los asesinos. Al relacionar la ropa descrita con las de uno de los pasajeros que acababa de recoger, aquel chofer de bus sospechó entonces que llevaba en su automotor a los asesinos, por lo que pensó rápido y de una forma disimulada, volvió en silencio al volante del bus y retomó su ruta.

Al llegar a Sogamoso, cuando pasaba por la estación policial de esa localidad, se detuvo de nuevo, bajó del bus y se dirigió hasta donde estaba un piquete de uniformados y les advirtió de sus sospechas. Acto seguido los policías abordaron el autobús y les pidieron requisas e identificaciones a los pasajeros, encontrándole a uno de ellos, a Jorge Humberto Forero Pinilla, una pistola Browing con dos cargadores. Los otros tres no fueron detenidos en esos momentos tal vez porque se confundieron con el resto de los pasajeros, ya que en la requisa a los pasajeros de seguro no les encontraron nada sospechoso, como sí le hallaron a Jorge Humberto Forero Pinilla, quien fue el único detenido ese día por el triple crimen. No obstante, los que participaron en aquellos asesinatos, después fueron vinculados y enjuiciados como reos ausentes, luego de que el detenido los delatara.

Jorge Humberto Forero Pinilla fue sentenciado, 13 años después, por el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Sogamoso, más exactamente el 8 de agosto de 1995, a una condena de 25 años de prisión, al igual que a sus cómplices, juzgados como reos ausentes: Ariel Ramiro Garzón Franco, Campo Elías Rosero Tumbe y Álvaro Carrero Pérez, como coautores de los delitos de homicidio en Alcibiades Ulises Cárdenas Ducat y Orlando Quintero (conocido también como Orlando Rojas), y en concurso con el delito de tentativa de homicidio en Alcibiades Antonio Cárdenas, quien logró sobrevivir ese día en que mataron al último varón de la familia Cárdenas Ducat.

Fin

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