Así fue como los Gilinski se quedaron sin Bancolombia 3 años después de comprarlo

Así fue como los Gilinski se quedaron sin Bancolombia 3 años después de comprarlo

Le fue expropiado a Jaime Michelsen, en una subasta pública Jaime Gilinski lo compró, pero terminó en manos del GEA, un pleito que se revivió con la toma de Nutresa

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enero 27, 2025
Así fue como los Gilinski se quedaron sin Bancolombia 3 años después de comprarlo

En enero de 1875, cuando Medellín apenas despertaba como ciudad, nació el Banco de Colombia. En la casa del empresario Ramón del Corral, él y un grupo de comerciantes se propusieron crear una entidad financiera con dos objetivos: construir una institución que le quitara a la iglesia y a los empresarios usureros el control de entregar préstamos y poner al servicio de los colombianos un banco aliado a ellos.

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El emblema del nuevo banco fue un águila imponente que comenzó a desplegar sus alas y a hacerse conocer, primero en Medellín y luego en el resto del país simbolizando poder y altura. El Banco de Colombia, junto al Banco de Bogotá, que había sido fundado en 1870, eran los pilares del sistema financiero.

Aun siendo un banco pequeño, el banquero Jaime Michelsen Uribe compró la mayoría del Banco de Colombia en 1962 y lo tuvo en su poder por un poco más de dos décadas, hasta que por malos manejos, como autopréstamos entre sus empresas que tenía bajo la sombrilla del Grupo Grancolombiano, el presidente Belisario Betancur lo intervino y lo nacionalizó en 1984. La reconstrucción financiera del banco tardó 10 años, hasta que llegó el momento de ponerlo en subasta pública. En 1994, el águila del Banco de Colombia estaba lista para volar nuevamente, pero ahora estaba buscando nuevos dueños en el sector privado.

El golpe del martillo

En 1994, en medio de una agitada jornada en la Bolsa de Bogotá en la que había políticos, banqueros, corredores y varios periodistas esperando a ver qué pasaba con el Banco de Colombia, la familia Gilinski, en cabeza de don Isaac y su hijo Jaime, entonces un joven que se formaba en los negocios bajo el ala de su padre, vio una oportunidad que no podía desperdiciar y participaron de la subasta pública abierta por el gobierno del presidente César Gaviria. Cuando el martillo del rematador cerró la jornada, el banco tenía nuevos dueños. Los Gilinsk pagaron $ 401 mil millones y se quedaron con el 75% de las acciones del Banco de Colombia.

Sin embargo, el triunfo de la familia, dueña de empresas emblemáticas como Rimax, Yupi y otras más, no estuvo exento de críticas. El Banco Ganadero, que también iba detrás del Banco de Colombia, y que fue excluido de la segunda ronda de la subasta por un problema aritmético, denunció irregularidades en la transacción. Sus reclamos no prosperaron. La denuncia dejó una sombra sobre la compra, pero el entonces ministro de Hacienda, Rudolf Hommes, defendió la operación y la calificó como un proceso transparente.

La metamorfosis del águila del Banco de Colombia

En manos de la familia Gilinski el banco entró en una nueva era de modernización, expansión y lo llevaron a competir con las gigantes entidades financieras de la región. Los Gilinski implementaron cambios importantes como el modelo de banca universal, modernizaron procesos y priorizaron la experiencia del cliente, lo que llevó al Banco de Colombia a escalar posiciones en el mercado financiero.

Pero Jaime Gilinski tenía una ambición mayor: consolidar una posición dominante en el mercado y la oportunidad le llegó en 1997, cuando el Banco Industrial Colombiano (BIC), fundado en 1945 y controlado por el poderoso Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), les planteó una alianza.

La negociación con el BIC culminó en la venta de la participación mayoritaria de los Gilinski, vendieron el 51% por 418 millones de dólares. Fue el nacimiento Bancolombia y fue el día en el que los Gilinski perdieron el control del banco más grande del país. Y aunque los Gilinski habían tomado la decisión sin presión, detrás del buen negocio quedó una relación tensa con el GEA porque a posteriori consideraron que el precio pagado era menor por una supuesta manipulación de cifras que se había hecho al valorar el banco. Demandaron la transacción en Nueva York.

La batalla en los tribunales

La batalla jurídica que empezó en 1999 fue titánica, con costosos equipos jurídicos de lado y lado, igual que ocurrió con la toma hostil de Nutresa quince años después. Nombres como Fernando Londoño Hoyos y César Ucrós con Gilinski y Ricardo Calvete por Bancolombia, además de muchos otros que entraban y salían.

Las demandas internacionales que los Gilinski promovieron en Estados Unidos no prosperaron, y las decisiones finales quedaron en manos de la justicia colombiana, que resolvió en 2006 la pelea que llevaba once años. Jaime Gilinski, como representante del Banco de Colombia fue condenado a pagarle $63.000 millones de pesos al banco por perjuicios, pero un mes después el Tribunal de Bogotá anuló ese fallo y a su vez condenó a Bancolombia a pagarle a la familia Gilinski un poco más de 43 mil millones.

En 2008 la Corte Constitucional también tumbó el fallo del Tribunal y al final Bancolombia tampoco le tuvo que pagar el dineral a Gilinski. Todo llegó a su final en 2008. Las dos partes pactaron un acuerdo del que no se supo públicamente mucho. Quitaron las demandas civiles de lado y lado y según lo dijeron ninguno perdió y ninguno ganó.  Quedaron en tablas.

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Pero los Gilinski han querido siempre sacarse el clavo por su fuerza en el sector financiero con el Banco Sudameris como cascarón de proa y hubo un intento que finalmente no resultó con la toma hostil de Nutresa con la OPA del 2021 que terminó rompiendo el enroque del Grupo Empresarial Antioqueño. La estrategia parecía estar dirigida a buscar el control de Suramericana pero Gilinski terminó desistiendo en un acuerdo de caballeros que se firmó en Madrid, España. Cuatro años después en la asamblea de Nutresa consolidaron su control administrativo de la multilatina de alimentos con el retiro de Carlos Ignacio Gallego de su presidencia y la toma de las riendas por parte de Jaime Gilinski.

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