La marca antioqueña Agua Bendita fue la única de Latinoamérica y una de las ocho en todo el mundo seleccionada por la reconocida firma italiana Gucci de productos de lujo para ser parte de su colección de este verano de 2023, con su línea de lujo “Agua” que incluye ropa de playa y vestidos femeninos bordados a mano por artesanos colombianos.
Agua Bendita fue fundada hace veinte años en Medellín por Catalina Álvarez y Mariana Hinestrosa, una dupla cuya su principal característica es que se complementan perfectamente. La idea de hacer vestidos de baño se le ocurrió a Catalina cuando vio una caja de retazos de tela brillante y colorida en la basura de la fábrica de su padre Jaime Alberto Álvarez Pérez, y como estudiante de diseño se le ocurrió que podía con esas telas, para lo cual llamó a su amiga de toda la vida, Mariana. Juntas improvisaron un taller-oficina en la habitación de la casa de Catalina y se sentaron con la máquina de coser de su abuela, de unas pocas piezas fabricaban y vendían a amigas y familiares, arrancó un negocio que produce prendas que se venden en más de sesenta países.
Sin embargo, esta es solo una la serie de exitosas historias de confecciones de la familia Álvarez que se remonta al bisabuelo de Catalina, Pedro Álvarez.
Don Pedro era un comerciante de productos manufacturados que en los años veinte del siglo pasado a sus 22 años abrió en Medellín un almacén de venta paños y confección de vestidos de hombre, llamado Álvarez & Gómez. Su hijo Raúl, vio un mayor potencial en la confección y decidió montar una empresa en los años 50 con veinte sastres dedicados a la producción de ropa para hombre para lo cual contó con el apoyo económico de su padre y la selección del nombre: “El Cid”, basado en la imagen de invencibilidad del Cid Campeador.
A la muerte de su esposa, Don Pedro decidió retirarse y le cedió sus acciones a sus hijos, Raúl quedó como socio mayoritario con un 48 %, su hermano Jaime el abuelo de Catalina, con un 28 %, y cada una de las hermanas Ligia, Berta y Amparo con un 8 %, todos los hermanos de alguna manera siguieron involucrados en el negocio de la confección. Jaime el abuelo de Catalina, en los años 60s, creo junto con Raúl la empresa Álvarez y Cía., más tarde conocida como pantalones El Cid Álvarez y Cía. que durante varias décadas produjo los jeans de moda que usaba la juventud en Medellín.
Durante muchos años, Industrias e Inversiones El Cid bajo la dirección de Raúl Álvarez siguió produciendo línea masculina de sacos y pantalones, pero todo cambió con la vinculación a la empresa del cuñado de Raúl, Guillermo Valencia Jaramillo casado con Ligia Álvarez y con quién estableció una dupla que consiguió en 1972 adquirir en exclusividad la licencia para producir prendas femeninas de la marca Bobbie Brooks, un contrato de palabra que duró 36 años donde los norteamericanos aportaban el diseño, Coltejer las telas y El Cid la manufactura. Un éxito rotundo que los llevó a ser los pioneros del sistema de maquila colombianas para firmas comercializadoras de confecciones en Estados Unidos.
A partir de 1988, Industrias e Inversiones Cid se dedicó con exclusividad al mercado externo, apoyado en el incentivo gubernamental para la exportación del Plan Vallejo se convirtió en el mayor exportador de confecciones de Colombia durante varios años. Todos los productos de Oscar de la Renta vendidos en Estados Unidos se elaboraban en Medellín, lo mismo que parte de la producción de Donna Karan, Oleg Cassim y Calvin Klein, entre otras reconocidas firmas de diseñadores.
A Guillermo Valencia se le debe la creación del Instituto para la exportación y la moda más conocido como Inexmoda, desde la idea, hasta la redacción de los estatutos y como se iban a destinar los recursos. Reconocido en su época como uno de los hombres con mayor conocimiento en el ramo de la confección, supo ver que la caída en la demanda causada por la crisis del 2008 en Estados Unidos y la revaluación del peso era definitiva para El Cid, y cerró la empresa en septiembre de 2010 antes de ver comprometido su patrimonio.
Jaime Álvarez Pérez, el hijo de Jaime fundó a Estudio de Moda en septiembre de 1980 junto con Clara Restrepo, y fue su presidente hasta hace unos años, la empresa que llegó a tener presencia en Venezuela y Ecuador, cuenta con almacenes en 30 ciudades del país donde se comercializan las marcas europeas y norteamericanas Diesel, Superdry, Marithe + François Girbaud y Kipling, más la cadena multimarca Pilatos que distribuye marcas como Celio y New Balance.
En Estudio Moda fue donde Catalina encontró los retazos que darían inicio a la marca Agua Bendita. Actualmente bajo la dirección de su hermano Juan Camilo, la empresa que también confecciona alguna de las prendas que comercializa, ha involucrado inteligencia artificial israelí para que sus ventas en línea sean bajo tallas perfectas. Es la octava empresa por ventas del país en el comercio al por menor de prendas de vestir y accesorios, y en el 2021 registro ventas por $ 177.346 millones.
Agua Bendita por su parte, ha recorrido un amplio camino desde 2003 cuando ambas amigas con 22 años fundaron la empresa. El gran salto lo dieron cuatro años después, en 2007, cuando uno de su diseños apareció en la edición de la revista Sports Illustrated dedicada a vestidos de baño y se convirtieron en una de las primeras empresas colombianas en exportar moda local. Gracias a los diseños únicos de Mariana y Catalina hechos a mano por artesanas, y la atención que han sabido captar de supermodelos que lucen sus diseños, Agua Bendita se convirtió en una marca líder en Colombia con más de treinta tiendas.
A través de sus páginas web, una para las ventas nacionales y otra para las internacionales promociona sus diferentes colecciones de vestidos de baño, vestidos y pantalones inspirados en “la cultura y diversidad encantadora de Latinoamerica”. La marca goza del título de “marca notoria” ante la Supertintendencia de Industria y Comercio y registro en más de 20 países.
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