Antes de que me tilden de machista, neonazi, o retardado, los invito primero a leer el artículo completo, y luego, si aun lo quieren, debatan sobre lo que aquí les digo.
La semana pasada tuve la oportunidad de visitar un hotel muy reconocido y prestigioso de Barú-Cartagena. La playa es inigualable, el entorno es un tropical muy atractivo para los turistas y los cocteles ni de qué habar. Solo hay una cosa que me preocupó, y en su momento, llegó a molestar:
Justo tras una actividad dirigida a los niños huéspedes del hotel se llevó a cabo un show (que bajo unos lineamientos sanos puede llegar a ser muy bueno) muy cómico para algunos, pero retorcido para otros como yo: “La guerra de sexos”.
El programa consistía básicamente en esto: se realizaban una serie de pruebas en las cuales competían un grupo de hombres contra otro de mujeres, y el que fuese ganando sumaba puntos para una ponderación final. Las carcajadas no faltaron, la torpeza de algunos participantes hacía que cualquiera se riera. Pero lo perturbante no era esto, ni los retos que les pusieron, sino los comentarios del público. Tras acabar el segundo round de pruebas, una horda de mujeres empezó a vociferar (indiscriminadamente de la presencia de niños que todo lo ven, todo lo aprenden): “¡mujeres al poder!, ¡mujeres al poder!, ¡mujeres al poder!”. Acompañadas de un español –muy cómico por cierto- que le gritaba al presentador: “maricón, no seas ciego, fijate que las mujeres ganaron”.
¿Qué está sucediendo con nosotros? ¿Estamos pasando de ser una sociedad machista a una en la cual, si no se enaltece y privilegia a la mujer sobre el hombre somos enemigos de una falsa “igualdad”?
¿Por qué nadie dijo nada cuando la alcaldesa de Zapatoca (Santander) designó como secretarias municipales únicamente a mujeres? ¿Qué pasaría si hubiese sido al contrario? ¿No se alarmarían las ONGs argumentando la “igualdad de género” y el cumplimiento de la Ley de Cuotas?
¿Por qué las personas se burlan en las redes de un youtuber que tuvo la valentía de denunciar acoso sexual por parte de una mujer? ¿Es que cuando hablamos de violencia de género nos referimos exclusivamente hacia la mujer? ¿Qué pasa con los hombres que no denuncian por miedo a que la sociedad les haga lo mismo que le están haciendo a este joven?
Es hora de que nos detengamos a mirar a dónde vamos a parar si seguimos impulsando este falso feminismo. Necesitamos una equidad de género, no una sociedad gobernada por y para hombres, o incluso, algo igual de enfermizo, “mujeres al poder” como las únicas con derechos.