La salsa no es solo música: es una pasión

La salsa no es solo música: es una pasión

Los melómanos son una cofradía, que no tiene reparos con otros afines a sus gustos

Por: Manuel Tiberio Bermúdez
septiembre 06, 2015
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La salsa no es solo música: es una pasión

A los melómanos y coleccionistas les gusta “botar corriente” sobre su pasión. Si usted le hace la más mínima pregunta sobre el tema, motor de su cotidianidad, inmediatamente se despachan en historias, definiciones, recuerdos, fechas, nombres, disparan palabras sin siquiera tomar aire para respirar.

Son verdaderos amantes de su ejercicio de cultores de la música o guardianes de las colecciones que reposan en su cabeza o en sus discotecas, a las que miman, cuidan y les invierten tiempo y dinero.

Diego Enrique Echeverri, es uno de esas personas con las cuales uno se “emboba” escuchándolo. Sabe, comparte, cuenta, enseña, opina, pero sobre todo, le gusta el tema y de él habla con entusiasmo. Aprovechamos su ímpetu para conocer un poco más sobre ese mundo al que solo se acercan los iniciados y que tendrá un espacio especial durante el X Festival Mundial de Salsa, Cali 2005 que se realizará en Cali del 28 de septiembre al 4 de octubre.

El diccionario tiene una corta definición de melómano: Apasionado por la música. Pero para un caleño amante de la Salsa, un melómano es un “chicludo” o “gomoso” que no cesa de hablar de música, de artistas, orquestas y que sabe como el que más de ritmos, fechas de grabación, y son para él tan importantes los cantantes como los músicos que acompañaron al intérprete.

Para Diego Enrique, “un melómano es una persona a la que la Salsa lo descubre porque la salsa siempre estuvo ahí. Lo que lo define también, es su especial gusto por las músicas afrocaribeñas, y que en el fondo, para el caso de Cali, es un Salsero que está totalmente convencido que la mejor música del mundo es la Salsa”.

¿Y tienen algún aspecto especial para identificarlo, le pregunto.

“Tiene algunas características que lo distinguen: no siempre es coleccionista” –dice,  y es aquí donde uno empieza a enredarse. “El melómano, explica,  puede ser coleccionista o no. El melómano, no necesariamente se adhiere al objeto. El melómano es un ser extraño: puede tener casettes y es feliz, puede tener archivos digitales y es feliz; puede escuchar la radio…y es feliz. En definitiva el espíritu del melómano es el gusto por la música. Se ha ido especializando, refinando y tiene en su haber una serie de conocimientos que maneja a la perfección: saberes, conocimiento, historias, como por ejemplo, la historia de la orquesta y los hay especializados que defienden sus razones sin miramientos”.

“Para algunos de ellos, la buena música llegó hasta la época del 60 y de ahí para acá no ha pasado nada según su criterio. Hay quienes aseguran que la vieja guardia es música de dinosaurios, es decir, hay especialistas que sustentan todas sus argumentaciones en el conocimiento y en los saberes y esto es lo que le da prestigio al melómano”.

Los melómanos son una cofradía, que no tiene reparos con otros afines a sus gustos, se diferencian en el conocimiento, pero en donde uno si encuentra diferencias marcadas es en los coleccionistas que es otra categoría en este mundo de la Salsa.

“El coleccionista, -según nuestro entrevistado-, se diferencia  del melómano, porque éste ultimo sí rinde culto al objeto. El coleccionista se precia, por ejemplo, de tener el disco más raro, o la mayor cantidad de discos, o ser propietario de toda la colección de un determinado artista, porque hay unos coleccionistas que no tienen mucha música pero se dedicaron por ejemplo a tener todo sobre Daniel Santos, o la de Eddie Palmieri, es decir, se han especializado en determinado cantante. En este caso si hay categorías ya que se mezcla, la melomanía con el coleccionismo y entonces hay otra categorización que es la del que más tiene y que lo hace sentirse diferente”.

¿Hay pavos reales entre ellos?

“Por supuesto que los hay y eso finalmente no es malo porque es lo que mantiene el movimiento y la dinámica. Esto es un tema de prestigio porque nunca se ganan premios o nada especial y esto es lo que hace que se den encuentros, como el que se realiza durante la Feria de Cali, hasta los encuentros de amigos que cada 8 días en barrios u otros espacios, tipo salsoteca se están haciendo en todos los rincones de Cali”.

¿Para qué le sirve a la Salsa un coleccionista y un melómano?

“Dicen músicos e investigadores que el tesoro musical del Caribe está guardado en Cali y está guardado no en un solo punto o en un museo. Está guardado en las colecciones y en las cabezas, en el conocimiento de melómanos y coleccionistas. En ese sentido la posibilidad de que el tema salsero perviva en el tiempo y que Cali siga manteniendo la vigencia de conocimiento, saberes es importante. El  objeto también tiene importancia  ya que hay que pensar en el disco como un documento que se ha vuelto tesoro patrimonialmente significativo”.

Con esta pasión de coleccionistas y melómanos, Cali se está encargando de ser resguardo de un tesoro musical importante y de unos saberes que aseguran la supervivencia de este movimiento por mucho tiempo y más cuando las nuevas generaciones se están interesando en el asunto, y que le ratifica el titulo de La Capital Mundial de la Salsa.

El tema de la Web ha sido también importante porque han empezado a surgir espacios de difusión como las emisoras virtuales y los blog, en los que circula mucho conocimiento y esto ha seducido a mucho joven.

¿Esto de melómanos y coleccionistas es un círculo muy cerrado?

“No, por el contrario, a nivel de los barrios en el mundo de los universitarios, hay mucho interés por las músicas y se están circulando tanto la música como los conocimientos”.

En Cali se da algo interesante y es que cuando se activaron los encuentros de melómanos y coleccionistas se dio el fenómeno de la democratización de la música. “En Cali, dice Diego, existió una práctica muy particular y era que los dueños de la música, que eran por lo regular los empresarios de los bailaderos; en la época de los 60 cogían la música que entraba por el puerto de Buenaventura y llegaba a Cali por tren. La música venía regularmente de New York y había algunos acaparadores, personas que sabían de música y compraban lotes grandes de lo que llegaba nuevo y la vendían en sitios específicos, bailaderos de moda etc. Para tener la exclusividad de la canción, lo que hacían los dueños del negocio, era que le borraban el sello para que no se supiera la casa disquera o alguna información que diera pistas para que otros lo tuvieran”.

No se pude dejar de preguntar a un coleccionista y melómano cual es el tema que lo apasiona.

“Tengo una canción que yo llamaría del promedio. Ha sonado en radio, se ha oído mucho, pero cuando yo la escucho, es para mí un tema extremadamente salsero, conserva la esencia del barrio y demás, y a pesar de no ser un tema súper exclusivo o súper extraño, es para mí un tema que yo siempre lo referencio como que recoge toda la esencia de la Salsa, y se llama, “Te están buscando” de Rubén Blades. Habla del barrio, de la esquina, de la vida, de los temas sociales pero que por su musicalidad, sonoridad es para mí muy particular”.

“Y el músico que a mí personalmente me movió esquemas y que me hizo coleccionista, porque puedo decir que tengo el 95% de lo que ha grabado, es el señor Eddie Palmieri, un pianista de New York”.

Quiero saber por qué su gusto por el músico a lo que Diego precisa: “Porque él ha estado en todos los momentos: algo de la vieja guardia, en la Pachanga, en el Bugalu, y terminó siendo salsero. Además tuvo una orquesta con un formato muy particular (en la que finalmente quedan) con dos trombones y una flauta, una mezcla de orquesta salsera, pero la flauta metía unos elementos charangueros”.

“Yo no soy músico pero hablando con músicos profesionales, me han contado que él introdujo nuevos elementos a nivel de la armonía que rompieron esquemas y él finalmente transita por muchos ritmos, ha hecho unos boleros maravillosos y en lo referido a la Salsa dura, los temas más duros de la Salsa, entre otros, los ha hecho él. Hizo por algún tiempo latin jazz y del 2000 hacia acá volvió a retomar su orquesta salsera y está tan vigente que muy pronto estará en Cali”.

Agradezco a Diego Enrique su amabilidad y siento tanto entusiasmo en sus palabras, noto que tiene tanta historia para compartir que me doy cuenta que otra charla con el amerita que haya de por medio “algo para la garganta”, no tanto la mía como la de él y prometemos encontrarnos nuevamente para hablar de lo que le gusta: la Salsa, una  pasión de los que habitan Cali.

Foto archivo de Diego Echeverri

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