Una mirada al "Chip traqueto" que nos dejó Escobar

Una mirada al "Chip traqueto" que nos dejó Escobar

El legado arribista del patrón a la clase media colombiana

Por: Fabio Andrés Olarte Artunduaga.
agosto 06, 2014
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Una mirada al

La tarde del 1ero de diciembre de 1993, en Medellín, la figura más importante del narcotráfico alrededor del mundo moría acribillada en un tejado, pero a partir de ese momento nacía la leyenda. De hecho, muchas personas en nuestro país todavía lo mantienen vivo en su memoria y, al parecer, desean emular gran parte de sus acciones.

En la capital antioqueña, por ejemplo, no hay turista que no pregunte por la imagen del más grande símbolo de esa ciudad. Su hacienda, es uno de los museos más visitados del país. Hablar de su repercusión, en el mundo audiovisual, sería una redundancia. Estamos cansados de ver telenovelas, series, películas, documentales y demás, donde se busca exaltar la imagen de un hombre que desapareció hace más de dos décadas.

En Colombia nos dejó varios enormes hijos. Por supuesto no hago referencia a Juan Pablo y Manuela. Me refiero a hijos que viven actualmente en el pensamiento colectivo colombiano, de manera consciente e inconsciente, casi sin importar la posición social.

Aunque son muchos esos gérmenes que implantó en el pacto social de mi país, en esta oportunidad solamente haré hincapié en uno de ellos: la mentalidad del colombiano.

El colombiano, promedio, que creció con la presencia o recuerdo fresco de la imagen del capo es un ciudadano diferente a los demás del resto del planeta. Posiblemente sólo en México, en un poco más de 3 décadas, puedan vivir algo similar con la imagen del "chapo" Guzmán.

En gran medida, el responsable directo del pensamiento facilista de muchos de mis compatriotas es el ex Representante a la Cámara por Antioquia. Él, con su billetera llena, le enseñó al país que el dinero llega fácil y siguiendo al pie de la letra la ley del menor esfuerzo. No importa si es o no legal el negocio que queramos emprender. No importa si, como en su caso, es el responsable de más de 10 mil muertes en nuestro país. No importa nada. O bueno, lo único que importa es demostrar poder, a través del dinero, de diferentes formas.

La desviación de nuestras prioridades, también parece ser parte del legado de Escobar. Un ejemplo clarísimo de eso, lo viví la semana pasada mientras hablaba telefónicamente con un amigo que vive en Bogotá. Él tiene 28 años, es soltero, vive al norte de la ciudad (muy cerca de donde trabaja), es abogado y viaja a ver a su familia que reside en Cartagena en avión. Él, me comentaba que iba a adquirir un nuevo vehículo. Un hecho que, realmente, tenía sumamente entusiasmado a mi amigo. Cuando le pregunté, más por decencia que por algún indicio de interés real, sobre qué tipo de auto estaría a partir de ahora en su garaje, su respuesta fue: Una Toyota Prado. ¿Para qué necesita un hombre, con sus características, una camioneta en una ciudad como Bogotá? La respuesta es simple: para lo mismo que un León necesita un Rolex.

Otro día, dediqué parte de mi tiempo en pensar por qué en Colombia, siendo un país con un porcentaje tan reducido de la clase alta, tiene tan altas cifras de ventas de fincas con fines netamente recreativos. En Colombia, aunque sea difícil de creer, hay personas que tienen hasta 3 fincas de descanso y no tienen vivienda, fija, propia. Llegué a la conclusión de que, quiérase o no, tenemos en la mente ese "chip traqueto" que nos hace tener elecciones de ese tipo.

Pasa algo similar con algo tan simple como los prototipos de belleza. Mientras gran parte del mundo masculino occidental, por ejemplo, está volcando todas sus miradas a un tipo de belleza exótica, como las de las mujeres del Europa del Este, en Colombia seguimos con el ancla puesta en la típica "tetona y culona". Por supuesto estas mujeres tan nuestras son hermosas, pero es una imagen potenciada por las mujeres que rodeaban a los conocidos narcotraficantes del país.

Sin importar todo esto, realmente, yo veo algo positivo en el fondo de todo esto. Hemos pasado casi 4 décadas llenas de situaciones sociales, políticas, económicas y culturales complicadas. En algún momento tenemos que despertar y, en ese momento, vamos a tener como precedente el pasado oscuro que nos dejó el narcotráfico. Dudo que, en ese caso hipotético, queramos repetirlo. En definitiva, nuestra mentalidad está totalmente manipulada por la imagen que, de una u otra forma, tenemos de las personas más ricas que ha tenido nuestro país en los últimos años.

@andresolarte
#DESPIERTACOLOMBIA.

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