Como es bien sabido, en el arte no existen restricciones para la creación pero sí reglas de uso para la técnica. ¿Y qué es la técnica si no el procedimiento empleado para lograr una finalidad?. Entre los materiales utilizados para llevar a cabo la obra se encuentran: Óleo, pastel, temple, acuarela, gouache, acrílico, entre muchos otros.
Es por esto que el arte, en particular, siempre ha sido motivo de debate para todos, pues se abren una gran cantidad de interrogantes a lo que debe ser juzgado como una creación artística y lo que no. Es así como en los últimos tiempos nos encontramos ante obras de arte que, pasando por reglas técnicas, buscan ser interpretadas con lo que está más allá de ellas. Es entonces cuando nos encontramos inmersos en la complejidad de una época que impone interpretaciones correctas, ideas claras y usos adecuados.
Gran prueba de esto es la controversia que últimamente se ha generado por la exposición de trajes de alta costura en el Museo de Arte de Nueva York debido a que, usualmente, lo que impacta son las nuevas maneras de llevar a cabo técnicas de creación artísticas.
Por lo general, la exhibición de nuevas obras es el espacio para la contemplación de un público interesado por las muestras artísticas. Hasta el 28 de Octubre en el Museo de Arte del Banco de la república de la ciudad de Bogotá, estará expuesta la colección “más acá de la imagen” de Vik Muniz.
Una exposición en la cual, por medio de múltiples técnicas de composición, se ha tenido como objetivo final el acercamiento con la simplicidad, la sencillez y el dulce toque de lo infantil; Contando así con un gran número de espectadores interesados por este tipo de muestras artísticas.
Obras de papel, tierra, mermelada, mantequilla de maní e incluso esmeraldas llevan a la audiencia a un divertido acercamiento con el arte y a una particular manera de juzgar lo que significa ser artista. Es entonces cuando la relación Obra-espectador se hace completamente fascinante para el autor , pues por medio de juegos de perspectiva se genera un vínculo entre la obra, el artista y el público.
De esto se genera una narración, un relato y una memoria que, en este caso, ha sido absolutamente afirmativa. Más aún por los niños que, luego de relacionarse con las obras, nos dicen: “ Uno puede ser artista cuando uno quiere y construir figuras con cualquier cosa”.
Siendo así, podemos ver como el artista brasilero levanta una voz de protesta y rebeldía con lo que impone nuestro tiempo, mostrando que no todo se encuentra más allá de la imagen, sino qué, por el contrario, nos propone verla con lo que está cerca de nosotros, con lo que nos rodea cotidianamente.
Es así como, una vez más, se nos abre la puerta a los interrogantes de lo que es juzgado como arte y artista.
