Vicky Dávila, le da duro a Robledo y Petro, pero nada con el Centro Democrático y el resto de partidos

Ver los debates de los precandidatos presidenciales tiene todo para ser enriquecedor, pero nunca podrá ser imparcial si lo maneja Vicky Dávila. Mientras sea de ella, será un micrófono para unos, con garrote para otros. Se pasaron 40 minutos hablando de corrupción, y Vicky Dávila solo hizo una contrapregunta: A Robledo y para tirarle en cara el Carrusel de la Contratación. De resto, cuando habló Fajardo no lo increpó por el informe de la Auditoría General por los contratos, o a Galán y Viviane porque el jefe de su partido haya liderado la campaña de Santos, y a Paloma solo le preguntó "¿y Óscar Iván?" cuando hablaban de la financiación de las campañas, y dejó que Paloma dijera que eso no había sido un aporte a la campaña, sino a un publicista, y que el Centro Democrático se había portado a la altura y que por eso Zuluaga no estaba como precandidato. El cinismo acompañado de cinismo. Ni una sola vez mencionó a Odebrecht ni Reficar, ni los Juegos Nacionales ni nada.

Pero cuando Robledo intervino en este tema, el de la corrupción, no había terminado la última palabra para decirle que su partido tenía la cruz, que la tiene y es inmensa, del carrusel que se robó a Bogotá. De una, sin disimular, a la yugular. Afortunadamente el senador la capoteó, pero solo porque no es la primera vez que tienen ese encontrón, y le recordó las medidas que había tomado el Polo: fue Petro, en ese tiempo del Polo, el que denunció a Samuel Moreno; el partido lo expulsó de inmediato y además salió a pedir disculpas públicas al país. Tan contundente fue, que Vicky tuvo que confesar entre risas, "Sí, usted me mandó un dossier así de grande (y con las manos hizo un gesto de inmenso)".

¿Cual es la obsesión? Ya se ha peleado con Petro en el micrófono de La W, pero al entrevistar a Musa Besaile, que confesó pagar $2,000 millones de pesos para que cerraran una investigación por la que si no pagaba igual no lo condenaban (sin sentido, uno paga porque si no, paila), lo trató como a un martir. Robledo, uno de los hombres impolutos contra la corrupción (yo lo odio y no lo votaría por prepotente), tuvo que aguantarse las recriminaciones de Vicky, que en realidad debería ser su trabajo, mientras los otros con todo el cinismo se mostraban como los adalides contra la corrupción. Paloma tuvo el descaro de decir que su partido no tendría problemas de financiación porque el suyo era un voto de opinión.

Ya es hora de que ella coja seriedad, porque cada día es más poderosa; se entronó en La W, así que tendremos de ella para rato. Pero si le pedimos que sea imparcial.

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