Hasta hoy 15 de diciembre se vencen los términos de las reuniones formales de la Comisión tripartita de gobierno, empresarios y trabajadores para determinar un posible acuerdo sobre el incremento del salario mínimo.
De no haber acuerdo en la comisión, quedará en manos del presidente Gustavo Petro, hasta el 30 de diciembre, definir la cuantía del salario mínimo para el año 2023.
Todo parece indicar que no habrá acuerdo.
Y a eso se puede llegar, pues en esta negociación o concertación de este año, la atraviesa un hecho extraordinario al que han recurrido los empresarios del Consejo Gremial Nacional, cual es el de no presentar ninguna propuesta en la mesa de la Comisión de Concertación.
Se había previsto en el calendario de las conversaciones, que el día 9 de diciembre pasado los empresarios y los trabajadores destaparían sus cartas.
Así lo hizo la bancada de los trabajadores integrada por las tres centrales obreras, CUT, CGT y CTC y las dos confederaciones de pensionados, CPC y CDP, y propusieron de manera unificada que el incremento debería ser del 20%, dada la alta inflación, la productividad y la pérdida de poder adquisitivo en el año corrido.
La respuesta del empresariado por primera vez en los 25 años de existencia de la comisión, es que ellos no presentarían propuesta.
Esta decisión del Consejo Gremial equivale a no querer negociar, pues en cualquier negociación o concertación, por lo demás pública, de cara al país y no en conciliábulos, cada sector debe mostrar sus propuestas, y asi poder tener la oportunidad de construir un acuerdo, o por lo menos que se evalúen en las diferentes instancias y sectores de la población dichas propuestas.
Sin propuestas de los empresarios es evidente que lo que se esconde detrás de eso, es hacerle trampa al país y desencadenar unas responsabilidades sobre el nuevo gobierno del cambio.
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Sin propuestas de los empresarios es evidente que lo que se esconde detrás de eso, es hacerle trampa al país y desencadenar unas responsabilidades sobre el nuevo gobierno del cambio
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En las anteriores oportunidades donde el gobierno de turno siempre estaba del lado de los patronos, no dudaban en poner sus cifras, que en la mayoría de las veces dichos gobiernos plutocráticos terminaban, cuando no había acuerdo, decretando unilateralmente cuantías siempre cercanas a las que los empresarios decían.
Ésta nueva versión del empresariado, a más de irresponsable y de engañosa, pues de dientes para afuera dicen que ellos quieren dialogar y concertar, es la total negativa a negociar.
Que quede constancia de esta atravesada opción del empresariado.
Se resistieron a la reforma tributaria, pues no quieren ni pagar impuestos ni que se reduzca la extrema desigualdad que existe en el país. Así mismo se niegan a buscar acuerdos en una variable que también contribuye a disminuir la desigualdad como es elevar la cuantía en el pago de los salarios.
Señalemos acá, que mientras el empresariado mexicano se aviene a un acuerdo tripartito con los trabajadores y el gobierno de Manuel López Obrador de un incremento para el 2023 del salario mínimo de un 20 %, cuando allí la inflación no ha llegado al 9 %, en Colombia lo que se ve es que tenemos el más troglodita de la representación empresarial, pues no presentan propuestas, se niegan a negociar y además aducen que las propuestas de los trabajadores son muy altas.
Pero además ya vienen señalando que no están de acuerdo con la reforma laboral que persigue derogar la uribista ley 789 de 2002 que eliminó el pago de horas nocturnas, redujo en un 25 % los dominicales y festivos, eliminó el carácter laboral del contrato de aprendizaje y redujo la sanción por despido sin justa causa. Tampoco les gusta la reforma que viene anunciando el gobierno a la salud y a las pensiones, pues les quitaría los privilegios al sistema financiero de las EPS y de los fondos privados. Es decir, su renuencia obedece a mantener sus altísimos privilegios y exacerbar las desigualdades. Empresarios que miserabilizan y profundizan la pobreza y la desigualdad.
Dadas estas circunstancias será el gobierno de Gustavo Petro, el gobierno del cambio que necesita el país, el que determine un incremento salarial significativo y que por primera vez en los 32 años del fracasado modelo neoliberal, se atiendan las demandas y esperanzas, tantas veces aplazadas por la tecnocracia, y se despeje un camino que reconozca al trabajo como la fuente generadora de riqueza y por tal a los trabajadores sus derechos, entre otros a un salario y una vida digna.
Posdata: felices fiestas de Navidad y Año Nuevo y en especial un próspero y venturoso año 2023. Allá nos veremos para persistir en la paz, la justicia social y ambiental.
Twitter: fabioariascut
