Mientras el paro avanza, en nuestro país se siguen presentando violaciones de los derechos humanos y las personas ven cada vez más lejos un acuerdo con el gobierno. El Estado colombiano ha respondido históricamente de esa forma a quienes se oponen a sus ideales, teniendo como ejemplo la masacre de la UP.
Este es un gobierno que no ve o no quiere ver las constantes violaciones de las fuerzas armadas a los civiles y por lo tanto no pretende detenerlas, sino que las respalda constantemente. Este es un mandatario que no escucha las peticiones de quienes protestan y que se encierra en sí mismo escuchando solamente sus propias palabras y halagos. Duque pretende solucionar un profundo problema social con ideas superficiales como un semestre gratuito, olvidando que hay quienes mueren de hambre diariamente.
Estos problemas se disfrazan en un falso diálogo con los manifestantes a quienes se sigue disparando, no solo con balas de fuego sino con desinterés e indiferencia. Esto hace que el futuro para la juventud y sus deseos de salir adelante no se vean muy cercanos. El gobierno y su gabinete no solo ponen en riesgo la vida de sus jóvenes con esta actitud, sino del resto del país que espera que su representante cumpla con su papel de presidente, no de dictador.