“Una persona con ubuntu es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazada cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está segura de sí misma ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos”.Desmond Tutu[1]
Soy porque nosotros somos.
Soy dolor e indignación, porque en Kenia somos asesinados 150 estudiantes en nombre de dioses y religiones que predican amor, justicia, bondad, hospitalidad.
Soy asco, porque los dirigentes políticos y económicos del mundo no estarán en el funeral ni dirán Yo soy Kenia, o Yo soy África, continente mancillado, cercenado, expropiado y humillado una y mil veces por el mercado y olvidado a su suerte en las hambrunas, guerras y enfermedades que occidente les ha dejado.
Soy memoria, porque en México aún nos faltan 43 y en Argentina 30.000 y en Colombia ya perdimos la cuenta.
Soy huella y legado de que la justicia y el derecho pueden ser rescatados de los sucios negocios y puestos al servicio del debate de ideas, de la defensa de la libertad, la justicia, los aprendizajes vitales y pendientes de una nación que Carlos Gaviria ayudó a soñar y perfilar como un espacio humano, civilizado, democrático, pluralista, deliberante y aprendiente.
Soy, porque somos, obstinación. No nos conformamos con ser destituidos una y otra vez de nuestro poder de ciudadanía, como dice William Ospina. Aunque los que se han adueñado del poder nos excluyan, nos impidan accesos, nos hagan sentir ajenos a los escenarios de la vida política, insistimos en participar, preparamos debates, propuestas, nos imaginamos la política como bien común, la paz con redistribución e inclusión, la justicia con honradez, la economía con solidaridad, el mundo sin discriminaciones.
Soy sospecha y censura, cuando los seguidores y seguidoras de la religión católica acuden en masa a adorar figuras de madera y cemento cada año, mientras dejan 14 toneladas de basura en los cerros tutelares de Cali y miles de toneladas más en los lugares de peregrinación del mundo. Miran al cielo implorando un paraíso, mientras envenenan el vientre fecundo de la Pachamama.
Soy derrota del amor, porque en su nombre las mujeres seguimos siendo incineradas, y mutiladas. Soy masculinidad fracasada, enferma, atascada en la obsesión y la violencia, en la posesión y la crueldad. Soy impotencia y desamor.
Soy porque somos una especie con el rumbo extraviado, condenada a siglos de soledad y que sin embargo, merece una segunda, tercera, cuarta y enésima oportunidad sobre la tierra.
Soy infinitamente pequeña, insignificante para el mundo y aun así, vital y poderosa, como cada ser que me acompaña en este suspiro de eternidad.
Soy terquedad, porque pertenezco a una especie llena de matices que ha inventado la desigualdad, la opresión, la dominación, el odio, la tortura, la sevicia, las violencias y humillaciones. También las resistencias, la dignidad, el respeto por las diferencias, la paz y el anhelo de libertad y justicia.
Por hoy, me fundo en la noción de totalidad, sabiendo que es agridulce, que no tiene nada de idílica ni es una fuente solo de orgullo, sino también de vergüenza y lástima.
Soy esperanza porque en todos los continentes y culturas hay una noción similar al ubuntu. Solidaridad, totalidad, reciprocidad, comunidad. Soy también eso que llevo en mis raíces y linajes, o mejor, estoy siendo.
@normaluber
[1]http://faculty.ccp.cc.pa.us/FACULTY/jhoward/southafrica/ubuntu.html
