Tres criterios pragmáticos para votar bien

Tres criterios pragmáticos para votar bien

Por: Camilo Acosta
enero 30, 2014
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Nuestra historia está repleta de ejemplos de malas decisiones que aquí se han venido tomando, y que explican en parte la desventura de nuestra actualidad. Pero no estoy acusando, como es costumbre, únicamente al gobernante. Los gobernados, la nación, tenemos mucho que ver con esta desgracia. El 2014, año electoral, es un año de decidir. Y aquí, con su permiso, se aventura el autor a expresarle tres ideas para que decida, al menos, de manera informada:

1- ¿Votar o no votar? Votar. Es una falacia la idea aquella que dice que quien vota se convierte en un instrumento del sistema, y que si ha depositado su voto en las urnas, sin importar por quién sea, no tiene ya derecho a quejarse, pues ha sido con su consentimiento que se ha fraguado la desgracia. Pura retórica. Si queremos un país mejor, necesitaremos un mejor gobierno. Y si queremos un mejor gobierno necesitaremos una mejor sociedad. Basta ya de abulia colectiva. Hay que votar por el mejor candidato, o al menos por el menos peor. Actuemos pragmáticamente, siempre. Si no le gusta la democracia, si no cree en ella, no importa, le tocó nacer aquí, tan de malas usted, pero las decisiones que toma el gobierno le competen tanto como nos competen a todos, y se ve muy mal uno dejándose llevar así, sin más, como las manchas negras que arrastra el (ya no) tan hermoso mar de Santa Marta.

2- ¿Votar por alguien o votar por nadie? Votar por alguien. Ya se ha expuesto a profundidad en otros escritos (http://goo.gl/QcX4C3) la idea de que votar en blanco en Colombia, por las particularidades (léase trampillas premeditadas) de nuestro ordenamiento jurídico, es inútil. ¿Inútil para qué? Bueno, inútil para cambiar esta vaina, que para qué más va uno a votar.

3- ¿Qué tipo de propuestas considerar como prioritarias? Es tal vez el criterio fundamental que le expongo al lector, y tiene que partir, por supuesto, de los problemas que aquejan a nuestra sociedad. Desigualdad económica, social y política, violencia generalizada y grupos armados, corrupción y clientelismo, son, a mi humilde parecer, los tres peores de tantos males que sufrimos en Colombia. Sin un antídoto, este país seguirá agonizando en la miseria y la injusticia.

Entonces, primero, busque un candidato cuyas propuestas no pongan en peligro la economía del país. No es simplemente favorecer la inversión extranjera, sino que ésta se traduzca en mejores condiciones de vida para los ciudadanos. No es simplemente propiciar el crecimiento del PIB, es hacerlo para distribuir adecuadamente el ingreso, y sobre unas bases industriales y agrícolas sólidas. No es simplemente comerciar con todas las naciones del mundo, es hacerlo en condiciones de equidad y de mutuo beneficio para las partes. Busque un candidato que no rechace la participación política de las guerrillas, no repita el ciclo macabro del silencio y la violencia. Fíjese por ejemplo que su candidato no sea de aquellos que piensan que es preferible un guerrillero en el monte, echando bala, que un congresista de izquierda disparando ideas. Reitero mi llamado al pragmatismo y a pensar siempre qué es lo mejor para la sociedad. Tenga en cuenta que su candidato promueva causas en pro de la salud, la educación, el empleo, la justicia, la alimentación, la vivienda, de los millones de colombianos pobres y en condición de indigencia. El disfrute de estos derechos, en apariencia tan abstractos, es precisamente la negación del subdesarrollo.

Sobre el problema de la inseguridad y la violencia, hay que tener cuidado. Hay en el imaginario de la gente, por decirlo de manera simplista, dos caminos. El camino de la represión estatal a los grupos delincuenciales, con todo el rigor de la ley y la fuerza, o el camino de la justicia social para extender una solución estructural y no solo estética a los problemas del país. Lo importante es buscar un candidato que no le tiemble la mano para utilizar la fuerza cuando sea necesario, pero que también promueva programas de inclusión laboral y educativa para la juventud. Como quien dice, hay que buscar un candidato que vaya por el camino del medio.

Sobre la corrupción y el clientelismo la cosa es un poco menos enredada. Primero que todo, no venda el voto. Segundo, asegúrese que su candidato no tenga por ahí escándalos de corrupción o clientelismo. Tenga especial cuidado con que la mamá, o el tío, o el suegro, o el padrino de su candidato no sea de esos que están en la cárcel y aún conservan el poder político en sus regiones por intermedio de sus parientes. Cuando marque el tarjetón que sea porque está convencido de las cualidades políticas, y especialmente éticas, de su candidato.

Así, ya el abanico electoral se va cerrando, y el lector, por simple ejercicio de descarte, tendrá una baraja más pequeña de posibles candidatos, tanto para las legislativas como para las presidenciales. Restaría solamente que el elector ponderara entre propuestas específicas más o menos acordes con su propia inclinación ideológica, y ya está. Esperemos entonces que nuestra gente tenga en este 2014, sobre todo, un criterio pragmático que lleve a este país por la senda del desarrollo y la equidad.

[email protected]

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
¿Otro golpe a La Guajira? ¡Por favor!

¿Otro golpe a La Guajira? ¡Por favor!

Nota Ciudadana
¿De visita en el Festival Vallenato 2024? Estos son los 20 restaurantes imperdibles en Valledupar

¿De visita en el Festival Vallenato 2024? Estos son los 20 restaurantes imperdibles en Valledupar

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--