Sin clase media no hay emprendimiento

Sin clase media no hay emprendimiento

Lo que más necesitan los emprendimientos es poder adquisitivo en la sociedad y para eso es vital que la clase media esté fortalecida. Una perspectiva

Por: Juan Fernando Céspedes
mayo 12, 2021
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Sin clase media no hay emprendimiento
Foto: Leonel Cordero - Las2orillas.co

Todo el mundo parece creer que es de clase media, y a la vez me atrevo a pensar que nadie es de clase media en este país. Si le dejamos la definición al Dane o al DNP salen con algo así como que un hogar con un ingreso de un millón de pesos es clase media; error fundamental, no solo desde la perspectiva humana, sino desde lo que eso implica en el diseño de políticas públicas y el impacto económico general, de lo que hablaré.

La realidad es que con ese ingreso (un millón de COP, o para los lectores extranjeros 3.340 USD de ingreso anual —sí, anual—) nadie vive en Colombia con las condiciones que le permitan "buscar su felicidad". ¿Buscar su felicidad? Eso suena rarísimo para un colombiano —¿no que éramos el país más feliz del mundo?—. Los gringos tienen un concepto muy interesante que es el de the pursuit of happiness o búsqueda de la felicidad, que se define como el derecho fundamental, mencionado en la declaración de independencia, de cada individuo de perseguir libremente la alegría y vivir la vida de una manera que le haga feliz. Ah, ¿entonces este cuento es político?, ¿idealista? No, es fundamentalmente económico.

La búsqueda de la felicidad la podemos romantizar todo lo que queramos, o podemos traducirla a términos concretos: las personas deben tener satisfechas sus necesidades y tener las condiciones dadas para explorar sus intereses (les recomiendo buscar qué es la pirámide de Maslow). Los dos puntos que mencioné requieren, primero: un Estado que sepa bien entregar los elementos básicos (salud, educación, seguridad, artes, deporte y ciencia —los últimos tres los agregué de puro gusto), y segundo: ingreso discrecional—nuestro santo grial. Como me propuse escribir esto en términos no políticos, y específicamente desde la mirada del emprendedor, voy a hablar únicamente de lo segundo: ingreso discrecional y su importancia para la sociedad y el emprendedor.

La cosa es sencilla, si una persona se gana un millón de pesos al mes (prácticamente el salario mínimo), no le alcanza ni para la canasta familiar. Pongamos cosas en la bolsa: arriendo, servicios (agua, luz, gas), mercado, transporte, celular, ¿internet? —¡pues claro que internet!—, vestimenta, ollas, electrodomésticos y enceres del hogar (asumamos pago de la cuota o depreciación), y útiles escolares (voy a asumir que el colegio lo puso el Estado, y ni me meto en la discusión de la calidad). ¿Me hace falta algo? El caso es meter lo realmente básico. ¿Alcanza con un millón de pesos? No. Y si dos personas del hogar trabajan, ¿alcanza con dos millones de pesos? ¡De vaina!

Bueno, después de pagar todo lo básico, lo que queda es el ingreso discrecional, los pesitos que sobran —¿sobran?—.

Pues con el ingreso discrecional, ese que sobra, es que un hogar puede comprar: una decoración para la casa, un regalo, un mejor champú o una crema corporal o facial, un postre, una empanada o pizza en la calle, salir a cine, entretenerse, un mueble nuevo, restaurante, hotel, vacaciones, una mascota, cosas para la mascota, herramientas, un producto por internet, Netflix, Rappi, Uber, Cabify, software. ¿Se entiende para dónde voy?, ¿no? Fresco, aquí le cuento: para que haya quien compre emprendimiento, los hogares tienen que tener ingreso discrecional; para que la economía crezca, debe haber ingreso discrecional. Y si queremos oportunidades grandes para el emprendimiento y para la economía, el ingreso discrecional tiene que estar desde la clase media, no solo en la clase alta.

Una clase media con poder adquisitivo (o ingreso discrecional) es lo que ha hecho la economía estadounidense lo que es. Dejando de lado todos los juicios que igual podríamos hacer (consumismo, deterioro ambiental, por ejemplo), la realidad es que Estados Unidos es la meca para el emprendimiento; un negocio en Estados Unidos nace con probabilidades muchísimo más altas que en Colombia de triunfar, y si triunfa, lo puede hacer muy en grande. Y no es porque los emprendedores sean mejores, o porque los programadores son más capaces, triunfan porque hay un mercado (gente con ingreso discrecional) listo para comprar. La búsqueda de la felicidad es un concepto económico.

Quiero que no se quede teórico o retórico, léase bien: un hogar en Colombia con dos millones de pesos de ingreso bruto no va a poder comprar el gran producto o innovación del emprendedor, si no le queda ingreso discrecional. Usemos los estratos como proxy del ingreso: en Colombia el estrato 5 y 6 suman el 4% de los hogares, si le sumamos el estrato 4 es el 12% de los hogares, ¡y ahí está el ingreso discrecional! O visto desde la otra cara (misma moneda), con una economía donde el 76% de la población tiene un ingreso alrededor de los 3.340 USD al año (estratos 2 y 3) ¡es muy difícil ser el Silicon Valley latinoamericano!

Entonces, o los emprendimientos dirigidos a consumidor se quedan pequeños atendiendo solo al ingreso muy alto y poniendo su apuesta en más frecuencia y más ‘share of pocket’ (2% de los hogares es el ingreso alto, en Colombia hay 14 millones de hogares, calcule el TAM), y/o les toca prácticamente nacer al mismo tiempo en México, Brasil y Argentina. Y que por qué toca buscar fondos de capital de riesgo extranjeros. Pues porque el mercado Colombiano muchas veces no es suficiente, no por la oferta de capital, si no por la limitada demanda que tiene un startup que solo nace en Colombia.

Para que los emprendimientos colombianos puedan ser realmente gigantes en Colombia, necesitan que haya una clase media poderosa, que tenga un buen ingreso discrecional y que no se gane un millón de pesos (ni dos). Aquí tenemos tremendos programadores, fantásticas ideas, emprendedores natos, buenas aceleradoras —como en California—, pero mientras no tengamos demanda, mercado, ingreso discrecional en la clase media, el techo está bajito.

Pero el propósito no es lanzarnos al pesimismo, si algo tiene un emprendedor es la capacidad de encontrar soluciones. El mensaje es, si queremos que el ambiente emprendedor en Colombia realmente se desarrolle de forma sustancial (decenas de unicornios) —y es algo que se puede— tenemos que entender que debemos apostar por el aumento del ingreso de la clase media. Como emprendedores no podemos pensar que no nos importan las decisiones políticas, por el contrario, deberían importarnos más que a nadie. Toda medida en contra de la clase media nos afecta de forma negativa, y cada medida que favorezca al crecimiento y al aumento del ingreso de la clase media nos favorece.

En una discusión sobre reforma tributaria SI debemos participar. Con el cuento del Silicon Valley latinoamericano escuché a varios emprendedores decir que no necesitan al gobierno, que solo necesitan ponerse a trabajar. No es así, una reforma que pretenda financiarse con los ingresos de la clase media (como la que acaba de tumbar el paro) no le sirve a los emprendedores de este país. El país necesita un modelo tributario que deje más dinero en las manos de los individuos para que estos puedan consumir más. Es tremendamente miope el argumento de disminuir impuestos a las empresas y subirlas a los individuos. - ¿cómo así? ¡si al final un emprendimiento es una empresa! - ¡Pues si! muy bonitas quedan las empresas con poquitos impuestos y nadie que les compre.

Y es que se entiende porqué a la gran industria tradicional le gusta la fórmula de ‘impuestos a los individuos y no a las empresas’, porque sus ganancias no dependen del ingreso discrecional, si no del básico. Cemento, básico; aceite, básico; azúcar, básico; gaseosas, básico; leche, básico. Entonces con el primer millón, ellos están asegurados; a la gente le clavan impuestos, pero no pueden dejar de consumirlos, y las empresas mejoran su retorno sobre el capital. Y lo peor, invitan a todo espíritu emprendedor a que comulgue con su lema: “salarios bajitos y pocos impuestos a la empresa para poder desarrollar la industria” —fabuloso para los gigantes tradicionales pero son los emprendedores los que pierden (que no se lea como que no debería haber exención de impuestos para el emprendimiento, ¡claro que si!)—.

¿Se entiende por qué la gran industria de este país es básica? ¿Por qué no tenemos alta tecnología? Pues porque no existe clase media con ingreso discrecional que consuma todo lo que podríamos estarnos inventando, y el modelo ha estado orientado para que las mismas industrias básicas tengan menos impuestos y los posibles consumidores tengan más. Y olvidémonos un segundo de emprendimiento de base tecnológica, hablo de todo emprendimiento: el restaurante, el hotel, el servicio turístico, el artista, el de los postres, el de los muebles, los adornos, las mascotas, las cosas de bebé, el que usted quiera: necesita una clase media con mejor poder adquisitivo (si no se quedan todos peleándose un pedacito del share of pocket del 12%).

El Estado sin duda debe salir a buscar recursos para que su mismo gasto sirva como redistribuidor de la riqueza, le conviene al país, le conviene a los emprendedores; pero no puede financiarlo con la clase media, debe hacerlo con los hogares de más ingresos y/o con mayor capital. ¡Un momento! Pero gran parte de los emprendedores vienen de esos hogares de alto ingreso... ¡obviamente! Hace sentido con todo lo que acabamos de hablar, con un millón de ingreso es MUY difícil emprender. La cosa es, tenemos que dar el paso y poner a rodar la pelota. A los emprendimientos les va a ir mejor si hay una plata que no está en los bolsillos de hogares de alto ingreso, pero si está haciendo a la clase media más pudiente. Ahora, esto no es solo de menos impuestos, también lo es de mejores salarios.

Posibles políticas que incentiven el emprendimiento puede haber muchísimas más allá de lo tributario, pero sin duda nada fomentará más el emprendimiento que una clase media con poder adquisitivo. Para nuevos emprendimientos si podría haber exención de impuestos (es más, ¡debe!), recuerde que el emprendedor y el industrial de siempre no es el mismo animal. También pienso, para alinear intereses, podría haber exención de impuestos sobre el capital que de la gran industria pase al emprendimiento como inversión, ¿se entiende? Es decir, una empresa, conglomerado económico u oficina familiar, podría deducir de sus impuestos lo que ponga en un fondo de capital de riesgo que vaya a financiar emprendimientos.

Fomentar el desarrollo de nueva industria (emprendimientos) es clave para el desarrollo del país, trae nuevos empleos, tecnología, valor agregado y ventajas competitivas; y lo que más necesitan estos emprendimientos es poder adquisitivo en la sociedad.

Mientras usted pueda convencer al que tiene la posibilidad, convénzalo de que pague mejores salarios; si hay una reforma tributaria en la mesa, solo apóyela si se financia de los ingresos más altos y los capitales más altos (sí, impuestos al capital pueden afectar la inversión en emprendimiento —dele la vuelta con la propuesta arriba—); si usted puede pagarle más a la empleada o al portero, hágalo; si puede influir en política pública, ponga toda su capacidad en que la clase media esté mejor (no en bajarse sus impuestos); si lo invitan a un foro o a que opine sobre como fortalecer el emprendimiento en Colombia, hable de como fortalecer la clase media. ¡Ese es el camino real para que aquí construyamos el Sillicon Valle latinoamericano! (y a ver si le llamamos de otra forma, eso de ser la versión local de algo extranjero me siento segundón).

La búsqueda de la felicidad de su negocio va de la mano de la búsqueda de la felicidad de la clase media. Mejor dicho, para el emprendimiento colombiano, sin clase media no hay paraíso.

Notas

Una idea sobre mejores salarios. Forzar un aumento drástico en el salario mínimo es muy peligroso, ¿dije peligroso? Puede ser nefasto. Países que lo han hecho, han visto consecuencias muy graves. Pero se puede hacer de forma gradual y económica. El salario debe estar alineado con oferta y demanda; y solo mas capacidades y mayor demanda agregada, los salarios van a subir; pero ¿qué tal si incentivamos a las empresas a pagar más? Inventémonos el sello Colombia. Este sello lo podrían llevar en sus empaques, marcas, comerciales, etc, todos los productos de la empresa donde el empleado que menos gane, gane por lo menos 2 veces el mínimo. Versión bronce: empleados directos; versión plata: empleados directos y tercerizados; versión oro: directos, tercerizado y proveedores nacionales. De esta forma queda en las manos de los consumidores premiar a las empresas que le apuestan por una clase media mas fuerte: si el consumidor ve un producto sin ‘sello Colombia’ y otro con ‘sello Colombia’, sabrá que el segundo, así sea un poquito mas caro, redistribuye mejor el ingreso y promueve la clase media. Así con todos los productos de la industria tradicional. En paralelo, las empresas que no puedan subir drásticamente su salario mas bajo, podrán no hacerlo (eso sí, subiendo todos los años el salario mínimo como se hace hoy), y la competencia los llevará con el tiempo a replantear la forma de hacerlo que se ajuste a su negocio.

Para una perspectiva mas amplia, hoy escuché que en Colombia 21 millones de personas tienen un ingreso de 331.688 pesos mensuales, o menos. Por eso para el DANE y el DNP la matemática da que la clase media existe con 1 millón de pesos. Como lo mencioné en el artículo, la clase media no debe ser el resultado de una ecuación, si no mas bien uno de los factores. La reforma tributaria que acaba de caer, pretendía por medio de la devolución al IVA entregarle $160.000 a los mas pobres de estos hogares, ¿el problema? Pretende financiarlo con la clase media. ¿No será que si la clase media tiene ingreso discrecional, es mucho mas apto por medio de su consumo para redistribuir la riqueza a los mas pobres que una persona de ingreso alto? En qué se gastaría el ingreso discrecional la clase media y en qué se lo gasta hoy la clase alta? y finalmente, por un momento piense, ¿Cómo viviría usted con $331.000 mensuales?

* Fundador y director ejecutivo de la aceleradora de comercio electrónico de Unilever ULeX, y gerente de comercio electrónico Unilever Colombia. MBA de la Universidad de Columbia en Nueva York y profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales del Externado de Colombia. Más de 15 años de experiencia en marketing, ventas y emprendimiento, gerencia de marketing y gerencia general. Emprendedor serial con 5 empresas, 3 de base tecnológica. Arquitecto de producto y desarrollador de software y hardware. Fundador de Canastto.com

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