Gustavo Petro es un líder político por naturaleza que a sus 17 años ingreso a las filas del Movimiento 19 de abril M – 19, organización político militar en la cual forjó su ideología y concepción nacionalista, siendo concejal de Zipaquirá fue detenido y torturado en la escuela de Caballería como lo hicieron con cientos de militantes de esa misma organización que vivieron el terror y dolor de la tortura por parte de las Fuerzas Militares, de allí fue llevado a la cárcel bajo la acusación de porte ilegal de armas en el año de 1985, desde esa epoca a la fecha son muchas las situaciones que ha tenido que enfrentar, incluida la de vivir la dureza de las cárceles colombianas, el exilio y por supuesto cientos de amenazas por haber sido el congresista que dio grandes debates sobre el paramilitarismo y sus consecuencias nefastas para Colombia.
Ahora en un ambiente electoral enrarecido y en un país totalmente polarizado, se dan circunstancias que hacen pensar que aunque el candidato presidencial Gustavo Petro es indiscutiblemente un personaje que genera polémica, odios y amores, el país no se puede permitir que una posible presidencia de este hombre que una vez firmada la paz por el M – 19, se dedicó a formarse cultural y políticamente en la legalidad para ir creando todo el ambiente para algún día ser el presidente de los colombianos, se vea truncada por alguna acción criminal venga de donde venga para atentar contra su vida y cometer una vez más un magnicidio en Colombia, o por un ruido de sables que propiciado por algunos sectores que no quisieran perder el poder instiguen para que se dé un golpe de Estado en una eventual presidencia del candidato del Pacto Histórico.
Y es que aunque puedan parecer fantasías, especulaciones o líneas para un libreto de una película, no se puede olvidar que en Colombia los magnicidios se han presentado para aniquilar al político que se proyectaba como presidenciable y era considerado un peligro para las familias o políticos que por décadas han manejado el país a su antojo pero sienten perder el control y el poder.
Vale recordar a hombres como Jorge Eliecer Gaitán, Luis Carlos Galán Sarmiento, Carlos Pizarro León Gómez y Bernardo Jaramillo entre otros, que su único delito fue querer construir una Colombia con justicia social e incluyente y ganarse el cariño de las masas que hastiadas de ser gobernadas siempre por los mismos buscan un cambio.
Pero hoy a pocos días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales existe un ambiente caldeado porque por primera vez en la historia se ve la posibilidad real que alguien de tendencia de izquierda llegue al poder y realice en la medida de las circunstancias cambios sustanciales que aquellos que han gobernado o mal gobernado históricamente a Colombia ven como amenaza a sus intereses.
Por eso es tan peligroso que al candidato Petro los enemigos del cambio y quienes ven en él un agente del comunismo lo intenten asesinar antes del 19 de junio día de la segunda vuelta presidencial, o porque no, una vez sea elegido presidente si así lo vota la mayoría de los colombianos.
Y es que las hipótesis de que se pueda atentar contra el candidato o presidente Petro cada día van siendo más y en algunos casos se van consolidando informaciones que pueden presagiar que de no asumirse estas versiones con responsabilidad por parte de las autoridades, de los organismos de inteligencia e incluso de la misma campaña del candidato, Colombia se vería avocada a repetir la historia negra del magnicidio, así no sea conveniente para el país y esto pueda generar un caos mucho peor que el vivido tras la muerte de Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948, conocido como “El Bogotazo”.
Pero por qué pensar en que se pueda cometer un magnicidio o golpe militar.
Primero, porque la situación de polarización que se vive en Colombia es supremamente complicada y al parecer muchos no elegirán presidente por conciencia o porque conozcan a profundidad los programas de gobierno de Fico Gutiérrez o Gustavo Petro, sino porque en ellos dos se marcan las tendencias de derecha e izquierda y por supuesto uno refleja el continuismo de la política del expresidente Álvaro Uribe, mientras que el otro representa la posibilidad de hacer realidad el sueño de una Colombia más justa e incluyente.
Segundo, porque existen sectores legales e ilegales que no estarían dispuestos a perder sus privilegios y poder político y económico adquirido durante la historia de desgobiernos en Colombia.
Tercero, porque se ha visto la participación en política contrariando la Constitución de sectores y políticos que no estarían dispuestos a dejar que un candidato como Petro asuma la presidencia del país, ya que lo señalan de guerrillero e inculpan de que entregará el país al comunismo o socialismo del Siglo XXI adelantado en Venezuela desde que Hugo Chávez llegó al poder de su país.
Cuarto, Aunque Gustavo Petro ha sido claro que no expropiara, se ha adelantado en su contra una campaña que lo liga a la expropiación de riquezas y esto ha logrado generar temor en algunos empresarios e incluso en sectores populares que de hecho ni siquiera tienen propiedades pero que sienten el temor de perder incluso la pensión a la que ni siquiera tienen derecho por los tipos de contratos laborales que se ha manejado en Colombia.
Obviamente depende quién haga el análisis podría encontrar muchas causas más de por qué puede llegarse a cometer magnicidio y justificarlo o no, ya que aquí se puede utilizar el proverbio popular que “La nieve es del color del lente de las gafas que se llevan puestas”
De hecho, el mismo candidato suspendió la primera semana de mayo la visita programada a la zona del Eje Cafetero, anunciando que había recibido información confiable de un posible atentado en su contra por parte de la organización al margen de la ley conocida como “La Cordillera” grupo paramilitar al que se le señala de tener poder político y militar en la zona, al igual que de tener infiltrados a los organismos de seguridad de la región.
Por supuesto a esta denuncia del candidato Petro, la Policía Nacional, en cabeza de su director, general Jorge Luis Vargas, inmediatamente reaccionó y mediante declaraciones de prensa manifestó “La prioridad de la Policía Nacional es esclarecer las informaciones sobre un presunto plan criminal en contra del candidato Gustavo Petro, y garantizar su seguridad y la de los demás candidatos” y a continuación señaló “Todavía no hay una hipótesis investigativa sobre las personas que estarían detrás de estos hechos”
Pero a pesar de las declaraciones del general Vargas, frente a este hecho puntual, sobrevienen otras hipótesis que deberían encender las alarmas no sólo en el Eje Cafetero, sino en todo el país para proteger la vida de Gustavo Petro, antes y después de las elecciones, ya que de ser presidente su riesgo será mucho mayor y más si se tienen en cuenta versiones como donde se indica que en poblaciones cercanas a Bogotá se encuentran bandas criminales que estarían dispuestas a cometer cualquier acción criminal en su contra por encargo de los sectores interesados en que este hombre no gobierne a Colombia, bandas que también tienen influencia en la capital del país.
Y si por si fuera poco, se escuchan voces desde diferentes hombres activos y retirados de las Fuerzas Armadas que advierten que se vendrá una difícil situación para el país si Petro es presidente, pero a su vez anuncian revuelta social si la formula Petro – Márquez no llegarán a ganar, estas declaraciones mientras otros sectores de menos carácter militar pero con influencia en lo económico y social desde ya proyectan un no dejarlo gobernar para mostrarle a Colombia y al mundo que la izquierda no es la solución para un país.
Lo cierto es que un país como Colombia, que ha vivido más de medio siglo en conflicto armado interno y en el cual se asesinan líderes sociales constantemente, donde se generan comandos de mercenarios para asesinar presidentes en el extranjero y hasta se le quita la vida por medio de sicarios al fiscal uruguayo Marcelo Pecci, no se pueden pasar por alto o minimizar las amenazas o hipótesis que se tejen en torno al candidato Gustavo Petro, porque no sólo es él como persona la que sufriría las consecuencias de un delito de estas proporciones, sea un magnicidio o golpe militar, las condiciones políticas y sociales colombianas actuales y las tomas de las calles por parte de los jóvenes durante las jornadas del paro nacional nos deben hacer pensar ¿Qué pasaría en Colombia?
Consultado por la Agencia de Reporteros Sin Fronteras, sobre la posibilidad de que se diera un golpe militar o magnicidio, el Coronel retirado, John Marulanda, consultor internacional en seguridad y defensa, manifestó “Yo descarto un golpe de Estado o magnicidio si Petro Gana con las reglas impuestas por la Constitución. En caso Contrario preveo problemas, podríamos enfrentar un proceso legal largo y fatigoso, o eventualmente una revuelta civico-militar”
Por su parte el politólogo y analista, León Valencia, declaró “La situación sería muy difícil, aunque no veo claro que se diera un golpe militar, este hecho casi que tendría que contar con el apoyo de los Estados Unidos y no está el momento histórico para que esto suceda, sin embargo en el caso de un posible magnicidio no podemos olvidar la historia, acordémonos que en el siglo pasado Colombia vivió la crudeza de los magnicidios y no una sola vez, fueron asesinados hombres pertenecientes a diferentes partidos políticos, entonces esto sería mucho más posible, aunque por supuesto que la reacción del pueblo no se dejaría esperar y las juventudes al ver que se les cercena su esperanza, estoy seguro saldrán a las calles a hacerse sentir y la consecuencia podría ser mucho peor que la vivida tras el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán. Sí creo mucho más posible es que se trame un fraude electoral.
En las calles también logramos obtener el sentir de la gente de a pie, la que lógicamente opina más desde sus sentimientos.
“No puede ser que eso suceda, Petro nos representa y a pesar de que no va a cambiar el país en 4 años de su gobierno, puede ser un paso para que en Colombia se tengan más oportunidades para todos y no solamente para los que siempre nos han gobernado, un asesinato de Petro pondría al país en peores condiciones”, estudiante de sexto semestre economía, pidió no publicar su nombre.
De otro lado así se pronunció el Representante a la Cámara por el partido Comunes, Sergio Marín frente al tema “No es descartable una acción terrorista en caso de una victoria de Gustavo Petro, hay sectores poderosos en este país que insisten en impedir que se generen los cambios que el país reclama, están el narcotráfico, los sectores militaristas, los terratenientes, en fin el conjunto de fuerzas reaccionarias que han demostrado en la historia que están dispuesto hasta llegar al atentado personal. La respuesta del pueblo colombiano ante un magnicidio sería de incalculables proporciones, sería el detonante de un escenario de violencia que no sabemos en qué pueda concluir”
Mientras tanto y a pesar de que los exmilitantes del movimiento 19 de abril M – 19 no se encuentren solidificados como una sola estructura a nivel nacional, e incluso algunos militen en partidos tradicionales y hasta en el Centro Democrático, tuvimos acceso a la respuesta de un grupo de exmilitantes que manifiesta aun conservar la línea ideológica del m como se le llama popularmente y por su puesto de su máximo comandante Jaime Bateman Cayón, para ellos “El magnicidio de Gustavo Petro se suma a los planes de un golpe de Estado orquestado por personajes interesados en que la acción de la justicia nacional e internacional no los alcance y puedan ser juzgado por sus múltiples crímenes.
De llegarse a consumar cualquiera de estos dos eventos, la elite política y narco paramilitar estaría cruzando la línea roja, ante esto el M – 19 y estamos seguros el pueblo en sus mayorías no nos quedaremos de brazos cruzados ante otro magnicidio y máxime con otro de nuestros hombres, estamos preparados para cualquier circunstancia y estaremos a la altura de los desafíos que nos imponga la historia, porque estamos seguros que si dejan gobernar a Gustavo, él será un Gobierno del pueblo y para el pueblo”.
Sin importar la tendencia ideológica de cada quién, hay algo en lo que se coincide y es que un golpe militar no debe darse porque además de romper los lazos constitucionales y provocar un derramamiento de sangre de gran magnitud, pondría a Colombia como un país paria ante el mundo que durante las últimas décadas ha rechazado todo intento golpista en América Latina, y en cuanto a un posible magnicidio, la Colombia de hoy no es la misma del siglo pasado cuando vio caer por las balas asesinas a los pocos políticos que le ha generado esperanza, hoy un acto criminal de esta índole podría causar un alzamiento civil de magnitudes incalculables.