¡Señor, libra a nuestros hijos de los malos padres!

¡Señor, libra a nuestros hijos de los malos padres!

El proyecto de ley para despenalizar delitos como inasistencia alimentaria prende las alarmas de quienes luchan para que sus hijos reciban lo que merecen

Por: Diana Carolina Abril Giraldo
julio 26, 2017
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¡Señor, libra a nuestros hijos de los malos padres!

Para comenzar, y a propósito del revuelo que ha tenido la última noticia del proyecto de ley para despenalizar la inasistencia alimentaria y otros delitos más: quisiera contarles dos historias; la primera empieza hace casi 17 años, cuando nace una niña llamada Linda, producto del gran amor de su madre adolescente por su padre un poco mayor. A partir de su nacimiento, el padre de Linda nunca estuvo presente, ni afectivamente, ni económicamente, solo apareció de manera efímera e intermitente. Su madre le colocó varias denuncias en la Fiscalía, que resultaron en varios acuerdos que nunca se cumplieron. De igual manera, eran tan engorrosos los trámites, por lo que en varias oportunidades desistió, y decidió sacar a su hija adelante con la ayuda de su abuela.

El "vil personaje" del que les hablo en el anterior relato es de apellido Castillo, y menciono tan solo el apellido del sujeto por los efectos legales que pudiera ocasionar el indicar el nombre completo de este mal hombre. La madre adolescente soy yo, ¡bueno! (ya no tan adolescente), y la autora del presente artículo. Desafortunadamente, lo único que le quedó a mi hija de ese horrible hombre fue el apellido. Cuánto ruego yo para que cumpla 18 años y pueda ella misma ir y quitarse de encima ese "Castillo", que se derrumbó a partir de la primera vez que este mal padre le destrozó el corazón por lo desprecios afectivos y económicos que le causó, y todos los traumas que, a su vez, le ocasionó.

Así pues, esta no es la única historia de personajillos irresponsables que les quiero contar. Tengo más de diez mujeres conocidas que han pasado por lo mismo, en contraste con tan solo dos hombres, que la mamá de sus hijos los dejó y nunca más volvió. Dichos padres nunca interpusieron ninguna denuncia o demanda, y andan presumiendo en redes sociales, viajando por Colombia y fuera de ella, con vehículos nuevos, estudios, fotos con sus parejas actuales, con otros hijos menores propios y ajenos (según lo que me cuentan). Debo anotar que contrario a estos casos, conozco dos padres que se hicieron cargo de dos hijas que no eran suyas de sangre, pero si de corazón.

La siguiente historia, inicia hace unos meses, cuando haciendo una diligencia personal en la Fiscalía me abordó una mujer, pensando que yo era abogada. Le dije que no, pese a eso, me empezó a contar que estaba en una audiencia con el padre de sus tres hijos, dos gemelos de 8 años y una niña de 5 años. Uno de sus gemelos nació con una masa protuberante en el costado izquierdo del brazo (fibrosarcoma toracoabdominal), es un tipo de cáncer que el gemelo padeció por dos años. Posteriormente, estuvo en urgencias al sufrir de una fibrosis en los intestinos, por lo que el niño debió ser operado por esos dos motivos. Actualmente presenta complicaciones en uno de sus riñones.

Por lo tanto, a esta mujer, llamada Jenny, le ha tocado cargar con este flagelo sola, y, además, sacar plata de donde no tiene para cubrir los costos que se derivan del hecho de tener un hijo en esas condiciones de salud. Fuera de todo, Jenny se encuentra desempleada. Por otro lado, y afortunadamente cuenta con régimen subsidiado, que le han cubierto la mayoría de costos que conlleva una enfermedad tan grave como esa.

Aquel personaje malvado y padre de los hijos de Jenny es de profesión taxista, por lo mismo, no se le ha podido embargar sueldo alguno, y ningún tipo de bien o de ingreso. ¡Este hombre nunca le ha dado un peso! Quedé muy asombrada de saber ¿cómo era posible que aquella mujer hubiese tenido tres hijos con tan irresponsable ser? De cualquier modo, la mujer lleva cuatro años en diligencias para que este hombre le pague la deuda que le reclama por 30 millones de pesos, o en su defecto, ¡se vaya a la cárcel! Me parece muy poco lo que Jenny le está exigiendo, toda vez que según un artículo de Portafolio de septiembre de 2016 tener un hijo cuesta hasta 750 millones de pesos los primeros veinte años. A mi parecer, y de igual forma, la cárcel sería un castigo muy laxo para un personaje de estos. Por lo mismo, le supliqué a Jenny que no le perdone la deuda. Muchas personas lo hacen por presiones de los funcionarios de la misma Fiscalía, y se arrepienten toda su vida (yo lo hice). Actualmente Jenny está a la espera de las dos últimas audiencias. Le envío toda mi energía para que por fin se haga justicia (si es que alcanza).

Un ejemplo de verdadera justicia aplica para países como Estados Unidos, puesto que a las personas que no cumplen con sus obligaciones se les reporta en una central de riesgo similar al Datacrédito colombiano, allá se llama Credit Bureau. Además, según el portal ThoughtCo se les embarga los sueldos si tienen empleo, si no lo tienen se les embarga el seguro de desempleo, y adicional a ello las devoluciones que obtiene el Gobierno Federal o el Estado de las planillas de impuestos. De la misma forma, la Agencia Estatal, quien es la encargada de la pensión de alimentos o por una Corte, les impone diferentes multas según cada caso. Existe pena de prisión cuando hay desacato a la Corte o cuando el padre irresponsable ha incumplido en más de una ocasión, dice en el portal ThoughtCo. Igualmente, son muy raras las penas de prisión superior a seis meses y para terminar a los militares que incumplen se les expulsa del ejército.

En otras palabras, esta es la gran diferencia de un país a otro, aunque yo ya me fui muy lejos (comparando el sistema judicial de Estados Unidos con el de Colombia). Si bien las leyes pueden tener algunas similitudes, la diferencia radica en que aquí en nuestro país en vez de avanzar en favor de los niños y niñas, va en desmejora de los derechos de ellos y a favor de los padres irresponsables.

Como se ha dicho, lo preocupante de este incumplimiento por parte de algunos padres en Colombia es como les mencioné al inicio que este martes pasado se presentó un proyecto de ley, auspiciado por la Fiscalía y el Ministerio de Justicia, con el fin de despenalizar el delito por inasistencia alimentaria y otros más, para la descongestión de las cárceles colombianas y el sistema judicial. Si es así en este momento, no me imagino la cantidad de niños y niñas a los que NO se les pueda reclamar su derecho de alimentos penalmente, pues en muchas ocasiones estos padres irresponsables esconden sus bienes y acuden a diferentes artificios para no cumplir con sus obligaciones, o se escudan en el hecho de no tener empleo.

En efecto, si no se les puede exigir a estos padres irresponsables por la vía civil, ni por la vía penal, no puedo comprender cuál podría ser el castigo para esta clase de personas que esquivan la responsabilidad hacia sus hijos con una habilidad sorprendente. Por otra parte, y coincidiendo con el sistema judicial de Estados Unidos, según un artículo de la Revista Semana de mayo de 2017, la senadora Maritza Martínez del Partido de La U radicó un proyecto de ley que buscará implementar sanciones administrativas para que haya un castigo contra quienes evadan sus responsabilidades como padres, sin cárcel, pero con reporte a una nueva central de riesgo. ¡Amanecerá y veremos!

Para finalizar, a ustedes malos padres, ausentes e irresponsables (y a padres me he referido en todo el escrito; al conjunto del padre y de la madre), no entiendo ¿cómo pueden estar tranquilos sin saber si sus hijos tienen todas sus necesidades básicas satisfechas, si están enfermos, o están muriéndose? Un hijo es lo mejor de nuestra vida, nuestra copia fiel, en ocasiones nuestra versión mejorada, nuestro más grande orgullo, nuestra gran motivación para salir adelante, un hijo lleva nuestro ADN en un 99,9%.

Un hijo es todo para muchos buenos padres y desgraciadamente ¡nada para algunos de ustedes!

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