Las elecciones municipales y autonómicas han dado un gran revolcón al mapa político español: el Partido Popular (PP) sigue siendo el más votado, seguido por el Partido Socialista Obrero Español (Psoe), pero ahora, las dos fuerzas que representaban el 80 % de los sufragios, solo lograron el 50 % de los votos. Un golpe al bipartidismo con la irrupción de los nuevos partidos Podemos y Ciudadanos que se convierten en los grandes protagonistas de las coaliciones que están por venir y que definirán buena parte de las capitales de provincia y las comunidades.
El PP pierde en dos grandes bastiones: Barcelona y Madrid. La primera a manos de Ada Colau que desbancó al CiU de Xavier Trías, a través de la coalición de izquierdas Barcelona en Comú de la que hace parte fundamental Podemos. Y está a punto de perder Madrid después de 24 años en el poder porque su candidata Esperanza Aguirre ganó en votos, pero al no obtener la mayoría absoluta tendría que cederla a Manuela Carmena de Ahora Madrid, ante un pacto de Podemos y Psoe.
Eso mismo podría ocurrir en Valencia y Valladolid, aunque el PP sea el más votado, y en las comunidades de Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Valencia y Extremadura, si la izquierda logra los pactos. El PP tendría que aliarse con Ciudadanos para quedarse con las comunidades de Madrid, Castilla y León, La Rioja y Murcia.
El PP de Mariano Rajoy obtiene el 27 % de la votación, pierde 11 puntos y 2,5 millones de votos en relación con la elecciones del 2011, y el Psoe del recién llegado Pedro Sánchez, con el 25 % bajó 3 puntos y solo es el más votado en Asturias y Extremadura. Al PP ha resentido los escándalos de corrupción en la comunidad valenciana, pero el Psoe no ha podido aprovecharse de ellos. Podemos, que respalda a una gran cantidad de movimientos municipales tiene hoy la llave de muchas coaliciones. Mientras Ciudadanos logra el 6,45 % de los votos, Izquierda Unida baja a un mínimo 4,78 % y UPyD queda al borde de la desaparición con el 1 %.
De las urnas, la política española pasa ahora a la mesa de las coaliciones, donde puede haber más de una sorpresa.