No tengo nada contra la gente de fe, y me refiero, por supuesto, no solo a los que profesan su fe por una o varias deidades, sino también a los que creen ciegamente en todo lo que oyen y lo que ven, aunque ello no implique necesariamente una fe religiosa.
¿Por qué digo esto? Porque me parece inaudito que a estas alturas sean tantos los que se siguen creyendo el cuento de "cadenas"; en especial aquellas que empezaron a circular hace algunos años con las ediciones recientes del Samsumg Galaxy S-6 y el iPhone 6, en la que una página creada por algún troll desocupado (o alguien muy carente de estima que anda mendigando likes a toda costa) prometía entregar no sé cuántos de estos equipos tan solo por darle "me gusta" a la página, compartir la foto y comentar el color del dispositivo.
Esta cadena surgió varias veces, hasta que muchos se dieron cuenta de la farsa y la dejaron de compartir. Ahora, la misma cadena vuelve circulando, pero esta vez con la promesa de que se ganarán una camionera Range Rover.
¡Por favor! ¿No se dan cuenta que es la misma estúpida cadena con un artículo diferente?
Y la gente acude a llenar de spam el inicio de Facebook con sus publicaciones de la presunta rifa, y van y comentan con estúpida ingenuidad el color en el que la quieren, y sólo dos o tres comentarios sensatos en medio de los miles, naufragan entre ellos tratando de persuadir a la gente del engaño.
La foto que les adjunto en este texto es una captura de la supuesta página oficial de Range Rover, donde se anda promocionando el supuesto sorteo. Solo basta un conocimiento mínimo de inglés, algo de comprensión lectora y cinco dedos de frente, para darse cuenta que en la parte superior dice que la página es "administrada por fans, con todo el amor por RR" (Range Rover); y que en la parte inferior invita a preguntar por el sitio oficial. Por no mencionar que la propia página oficial de la compañía ha salido a desmentir dicho concurso, así como varios portales de noticias.
Curiosamente, me viene a la mente una frase sacada nada menos que de un libro (creo), que es usado por un pueblo que precisamente profesa una milenaria fe. Y me refiero al Talmud, donde se le sugiere al hombre "tener una fe sencilla para aceptar la creencia en Dios; pero al mismo tiempo una fe inteligente para no terminar creyendo en estupideces".
