Rafael Colón: el general que desmina corazones

Rafael Colón: el general que desmina corazones

Nació en Honda, Tolima y después de pasar por la Infantería Marina se ha dedicado a trabajar por la paz de Colombia

Por: Charly Michael
julio 21, 2016
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Rafael Colón: el general que desmina corazones

No es raro que en Colombia todo se vuelva polaridad. Desde temas sentimentales hasta políticos. A todos nos encajan en un lado desde nuestra tierna edad --izquierda o derecha-- y crecemos con la idea firme que nuestros padres nos enseñaron. En el caso de quienes en algún momento portamos un uniforme, nuestra orilla es democrática, cumplidora de leyes, elegante al vestir,  pegada a la academia y resistente a toda manifestación revolucionaria contraria a nuestra escala de valores. Pero por supuesto que existen otras orillas y maneras de entender la sociedad. Este es el caso de las personas que crecieron con las ideas de izquierda y de otro modelo de sociedad, en algunos casos utópicos. Nos enseñaron a chocar, a calentarnos en el debate y a defender cada uno su ideología hasta con la fuerza de las armas;  ideologías que ni los unos ni los otros crearon sino que recibimos como herencia cada uno a nuestro lado.

El proceso de paz en Colombia ha tenido ese matiz de mostrarnos que se puede negociar y llegar a acuerdos. Que el valor de la paz es más importante que el de la dignidad. Es posible que algunos no nos guste la forma como se ha hecho la negociación por el tratamiento que se les da a las FARC como estado y a Timonchenko como si fuera un presidente. Es posible que nuestra dignidad se vea ocultada por una negociación hecha sobre un enemigo al que se tenía diezmado y replegado.

Todo lo anterior es el preámbulo para describir la tarea del señor Brigadier General de la Infantería de Marina, Rafael Colón, quien fue en servicio activo uno de los generales que en verdad estuvo en la línea de combate y que es recordado por su campaña en los Montes de María; un oficial tropero y de resultados operacionales. Este hondano, después de pasar a la reserva, se ha dedicado a trabajar por la paz de una manera incondicional y muy entregada, desempeñando un importante papel en la dirección del desminado humanitario.

Para mi tristeza, he visto cómo otros generales, almirantes, seguidores de Jaime Restrepo y otras personas se han dedicado a desprestigiar su labor y a ponerle etiquetas como si el general Colón fuera un apátrida. Lo digo porque de alguna manera en su momento lo vi desde esa misma óptica. Pero, debo decir, que a través de sus artículos, de sus actuaciones al frente del desminado humanitario, Rafael Colón ha logrado su cometido conmigo: ha desminado mi corazón arrogante al hacerme entender que la paz es un valor que requiere sacrificios y romper algunos esquemas a los que nos arraigamos. Y es que no es solo por sus artículos, también por el trato a los demás y sus modales. Rafael Colón siempre se comporta como una persona altruista, amable, su humildad es de admirar, responde cada mensaje y siempre está atento a servir. No se parece mucho a quienes han logrado los soles en sus hombros o posiciones ministeriales que por lo general despliegan una barrera de arrogancia y superioridad.

Esas calidades humanas del General Colon y su deseo en la búsqueda de la paz, nos hace pensar a los más radicales en que debemos replantear algunos conceptos y buscar la paz por medios diferentes a la imposición de una ideología. A mi modo de ver los Colombianos toman partido sobre un tema político dependiendo de  la participación que tengan en el momento histórico, es decir, aquellos que no están en las negociaciones de la Habana, la atacan, pero si estuvieran dentro del proceso, no lo harían.

Para poner un ejemplo recuerdo un curso de ascenso al grado de Teniente Coronel en el Ejercito, es un curso muy exigente que requiere estado físico, académico y desempeño destacado, porque no es secreto que es uno de los grandes filtros de la carrera del oficial en Colombia. Los Mayores antes del curso reniegan y dicen que para que ese curso, que con la experiencia basta…pero una vez se culmina el curso y se obtiene el grado, esos mismos hombres hablan del curso como indispensable (porque ya lo superaron).

A veces con este proceso de paz la analogía citada me parece que es así, los colombianos estamos juzgando desde el escenario de la participación dignataria en el proceso y no como una vía para por lo menos desarmar la principal guerrilla que tiene el país, con ello lograr una cadena de acciones que desemboque a tener un país en paz.

Recordemos que la paz tiene sus sacrificios, las lecciones del General Álvaro  Valencia Tovar sobre  ver al enemigo como adversario y su amistad con Camilo Torres. Recordemos que en el Gobierno del General Rojas Pinilla se hicieron procesos de paz y que algunos de los guerrilleros desmovilizados entraron a engrosar las filas del DAS. Esto que está pasando no tiene nada de nuevo…así son los procesos de paz, en los que habrá que perdonar y reintegrar estas personas a la sociedad.

Personas como el General Rafael Colon son guías para estos procesos que requieren desminar corazones y construir entre todos realidades distintas. No es posible que la intolerancia de unos pocos atenten contra la expresión de las personas que buscan la paz. Queremos seguir leyendo los artículos y los trinos del General Colón y de tantos colombianos que trabajan y quieren la paz. Este General debe seguir en su tarea de desminar corazones como lo hizo con el mío. ¡Que viva la paz!

 

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