Como “el hijo del Tricentenario”, refiriéndose a sus orígenes en un barrio popular de la comuna 5 de Castilla, así se vendió Daniel Quintero Calle. Posó de joven rebelde, humilde, “político emergente y alternativo”, y de esa forma, se popularizó en la campaña que lo condujo a la Alcaldía de Medellín en 2019. No es un secreto que sectores oscuros y de la rancia política antioqueña lo abrazaron en la sombra y le allanaron el camino. No es menos cierto que, muchas voces autorizadas, al son de “cambalache”, alcanzaron a profetizar la catástrofe que vendría de quedar elegido como burgomaestre este señor, y es verdad que pocos compraron las boletas. El tiempo les ha dado la razón a sus detractores en la contienda política. En lo que lleva de gobierno Quintero, se puede decir que se ha cumplido más de una estrofa del viejo tango: “el mundo fue y será una porquería”, “ha habido chorros, maquiavelos y estafados”, y si alguno “vive en la impostura, otro afana en su ambición”.
Si hay que reconocerle algo a Daniel Quintero Calle, es que supo timar al electorado paisa, como nadie. La memoria reciente le vincula al gobierno de Santos, sin embargo, es de recordar que, en el 2014, a Quintero Calle lo conocimos como fundador del Partido del Tomate, le vimos tirando tomates en las plazas públicas del país a todos los partidos políticos y sus presidentes, dizque “por corruptos”. Nadie se percató de que él era el mismo que en el 2007 había sido candidato al Concejo de Medellín por el Partido Conservador, o que fue a raíz de la “tomatina”, que se hizo al número 116 para la Cámara por el Partido Liberal. Pocos hilaron que, a manera de ancla en su estrategia política, lanzó a su hermano, el avivato, Miguel Quintero Calle, al Concejo de Medellín por el Partido Verde en el 2012 y 2015. Poco se dijo de su búsqueda de pista de aterrizaje en los partidos de la U y Cambio Radical. De manera que está claro que lo de Quintero no son los colores vivos y menos las ideologías, lo suyo es el color de la codicia, el grafito metálico, refractario y metamórfico.
Quieren algunos medios de comunicación, supuestos lideres de opinión y políticos, esconder el verdadero problema, tras el velo de un supuesto pulso entre Uribe y Petro en Medellín. No les quedará fácil. La verdad es del tamaño de una catedral y los medellinenses la padecen. La gestión Quintero se ha caracterizado por la mentira, manipulación mediática, nepotismo, clientelismo, burocratismo, autoritarismo, ataques a la libertad de prensa y corrupción, factores que, sumados a la incompetencia, constituyen un verdadero aparato mafioso y depredador de recursos públicos, al servicio de fines oscuros, en detrimento de la democracia. Entidades de servicios públicos y programas sociales preciados y reconocidos por más de una década han caído en el fango. "Buen Comienzo", EPM, Inder, Jardín Botánico, Bomberos, la Biblioteca Pública Piloto de Medellín y Telemedellín, por mencionar unos pocos proyectos y entidades, que, antaño se habían destacado por buena gestión sin importar el alcalde de turno,
y hoy han caído en la red clientelar y las garras corruptas, expertas en cobros de coimas y elusión de la aplicación de las leyes de la contratación pública.
El caso más escandaloso es lo que ocurre con EPM. El alcalde provocó la renuncia de la Junta Directiva, hizo nombrar 4 gerentes hasta encontrar el más abyecto a sus propósitos. Forzó la perdida de apoyo del BID, lo que conllevó el pago anticipado de deuda, liquidada con el valor histórico del dólar. Demandó a los contratistas de Hidroituango, con lo cual las aseguradoras se estaban reusando a pagar el siniestro y de no ser por la intervención magistral del presidente Duque, habría logrado salirse con la suya y meter a los contratistas de su interés.
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Como plato caliente en la mesa se sirven las recientes irregularidades en Afinia
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Como plato caliente en la mesa se sirven las recientes irregularidades en Afinia. Las denuncias sobre la mala calidad en el servicio de energía en los siete departamentos de la Costa Atlántica impulsaron en agosto de este año a la Procuraduría General de la Nación a iniciar acción preventiva de vigilancia superior, con lo cual instó a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios y a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), a adelantar cuanto antes acciones para evitar posibles detrimentos al erario público.
Con la designación de Javier Lastra Fuscaldo como el nuevo gerente de Afinia, parece que Quintero consolida su plan de intervenir el negocio de energía de la Costa, para ponerlo al servicio de la candidatura de Petro y de la corruptela que lo apalanca, a fin de contrarrestar la influencia de Char. Recordemos que el último partido en el que militó Lastra fue el Partido Verde Opción Centro, impulsado por Carlos Ramón González Merchán, antiguo representante legal del partido Alianza Democrática M-19. A la mano también está la sentencia del Consejo de Estado que ratificó la pérdida de la investidura Lastra, tras comprobar que fue contratista de entidades estatales, 12 meses antes de las elecciones que le permitieron llegar al Cabildo Distrital.
No hay que dudar en la relación de causalidad existente entre el problema de corrupción y mal servicio de energía en la Costa, con todos los movimientos y jugaditas del alcalde, quien en realidad es el que controla a la actual junta directiva de EPM, y a Afinia. Muchas conclusiones quedan de este experimento depredador.
Las garras de Quintero llegaron a la Costa, la revocatoria no solo debe interesar a los medellinenses. La dirigencia del caribe, junto a los antioqueños, debe estar alerta y dispuestos a denunciar cualquier traba a la revocatoria en el CNE. Le corresponde al congreso expedir una Ley que salvaguarde con eficacia a las empresas de servicios públicos, para evitar que se conviertan en tenaza electorera e impedir corruptas tomas politiqueras de filigrana como la que ha diseñado y empieza a ejecutar Quintero.
Los entes de control, a cuya cabeza están personas que entienden la sofisticación de una operación política expansiva de tal dimensión, deben agilizar las investigaciones que cursan y poner a raya las pretensiones del truhan...
@sergioaraujoc
