Según datos de Naturgas y XM, la generación eléctrica en Colombia está dominada en un 84% por la hidroelectricidad, seguida por un 11% de gas natural, un 4% de carbón, y aproximadamente un 1% de energías renovables y combustibles líquidos.
El petróleo y sus derivados como el diésel y la gasolina, aunque no son una fuente de generación eléctrica significativa en el país, son fundamentales en la economía y el funcionamiento diario de diversas actividades industriales y de transporte.
En tal sentido, la transición hacia una matriz energética más sostenible requiere no solo de la coexistencia de las fuentes de energía actuales, la expansión de energías renovables como la eólica y la solar, sino también de la implementación de tecnologías que garanticen la confiabilidad del suministro.
A pesar de que los costos de operación y mantenimiento de las energías renovables suelen ser bajos en comparación con las fuentes de energía convencionales, la inversión inicial para la construcción de plantas y equipos puede ser significativa. Además, los procesos de licenciamiento y los requisitos interinstitucionales pueden agregar complejidad y tiempo al desarrollo de proyectos de energías renovables.
Estas limitaciones en la implementación de energías renovables podrían afectar su capacidad para cubrir completamente la demanda energética del país, generando preocupaciones sobre la seguridad energética a nivel nacional. Por lo tanto, uno de los principales desafíos radica en avanzar tecnológicamente y desarrollar políticas y marcos regulatorios adecuados que permitan una mayor integración de las energías renovables en la matriz energética de Colombia.
Además, otro desafío importante es la inversión en infraestructura. Colombia necesita realizar inversiones significativas en la modernización y expansión de su infraestructura energética para asegurar un suministro confiable y eficiente de energía.
Lo anterior, implica la coexistencia de las actuales soluciones energéticas, la construcción de nuevas plantas de generación, la mejora de las redes de transmisión y distribución, así como el desarrollo de sistemas de almacenamiento de energía para gestionar la intermitencia de las fuentes de energía renovable. Inversiones fundamentales para garantizar la seguridad energética del país y promover su desarrollo económico y social a largo plazo.
“El llamado es que se generen estructuras y estrategias consolidadas a mediano plazo optimizando los sistemas existentes en especial en el transporte al ser una variable relevante en la transición energética del país que por ejemplo puede implementar el gas” señaló Mario Zamora, presidente de Mompos Oil Company.