En la Coalición Centro Esperanza celebran triunfales lo que en realidad es una contundente derrota en todos sus candidatos; reunieron entre todos dos millones de votos, si tomamos en cuenta los resultados de los Galán y Robledo que ya no cuenta con el POLO.
Examinemos este asunto desde una esquina cualquiera: Fajardo en 2018 se disputa la primera vuelta con 4.602.916 votos. A la sombra de Mockus y Robledo. (Verdes y POLO).
La pregunta que vale hacernos hoy es: si para la consulta en su coalición obtiene 716.743. ¿Para dónde se fueron los casi 4 millones de electores faltantes del 2018?
No podemos decir que fueron a parar a la consulta del P.H. puesto que en primera vuelta en el 2018 su contendor lo supera por una nariz, con 4.855.069, que significa poco mas o menos la votación total de la consulta del P.H. para presidente 2022.
Traducido, equivale a haberse repartido el electorado alternativo en el 2018.
Aquí caben varias interrogantes, pero lo evidente son los resultados obtenidos los cuales están lejos de ser un triunfo.
Nos hemos acostumbrado en Colombia a celebrar como triunfo las mayorías de las minorías en los resultados electorales. Debido a la amplia franja de abstencionistas que puede estar cerca del 60 % con una leve disminución en presidenciales, usando palabras como, “arrasador triunfo” a un porcentaje minúsculo de sufragantes.
En otras palabras: si en Colombia hay 34'899.945 ciudadanos en capacidad de voto, y Fajardo obtiene 716.743. Es decir, menos que la cola de 899.945 sobrantes de los 34 millones, quiere decir esto a todas luces que es una derrota, incluso para el que obtuvo la mayor votación.
En conclusión, a Fajardo y Robledo el país de sus fans les pasó la factura del 2018. Dura cuesta le espera a Fajardo de cara a la primera vuelta, pues no le alcanzará con los verdes sin otras alianzas para remontar a Fico, que es el objetivo inmediato a derrotar.
Y más, si Robledo lo mantiene atado para recurrir a posibles componendas, impedimento que no tiene Fico, quién realmente no tiene más capital político que el que pueda pactar en clientelismo, porque no le van a cargar ladrillos gratis.
En el hipotético evento de que Fajardo lograra superar a Fico y empujar a Petro a una segunda vuelta, es indudable que su campaña se vería allanada por parte de la clientela de Fico, pues el objetivo final es detener a Petro.
¿Cómo manejarían él y sus aliados políticos esta realidad?
Esto debe estar rondando las diferentes fuerzas clientelistas que necesitan un candidato sin la marca Uribe. Fajardo es el más indicado en ese espectro, porque les ofrecería mayores garantías por sus nexos con la clase empresarial y una figura no tan contaminada.