Que no nos vuelvan a engañar los candidatos presidenciales

Que no nos vuelvan a engañar los candidatos presidenciales

"El hoy presidente se atrevió a mentirle a todos los feligreses que creían a ciegas en él"

Por: Renán Fontalvo Donado
julio 14, 2021
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Que no nos vuelvan a engañar los candidatos presidenciales
Foto: Twitter @infopresidencia

El hecho de que Iván Duque Márquez haya ido cuando era candidato presidencial a donde un reverendo evangélico para hacer la oración de fe o de entrega a Dios no quería decir que él era el enviado del altísimo y el salvador absoluto. Ningún político va a gobernar con la Biblia, sino con la Constitución. Sin embargo, la gran mayoría lo hace con sus malas mañas.

A las personas les encanta hacer apología de políticos que hacen uso oportunista de los principios cristianos. De hecho, nos dejamos impresionar cuando prometen proteger los principios de la familia y se nos olvida que fue el gobierno de ideología derechista el que aprobó el matrimonio igualitario. Eso es lo que yo llamo memoria a corto plazo. Recordemos que el 28 de abril de 2016 (hace 5 años) la Corte Constitucional de Colombia dio validez al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Así pues, yo me pregunto:

1. ¿Fue el movimiento “populista de izquierda” el que aprobó dicha decisión?, ¿o fueron los de ideología política?

2. ¿Dónde quedó el valor de la familia que los de derecha prometieron defender?

3. ¿Cómo lo iban a defender si ya habían aprobado dicho fallo?

4. ¿Por qué la Corte Constitucional (de ideología conservadora) hizo tal aprobación, si una de sus labores es guardar la integridad y supremacía de la carta política (y aprobar esa decisión es anticonstitucional)?

Es importante recordar que para la campaña presidencial de 2018 el único candidato que dijo que no iba a apoyar el matrimonio igualitario fue Iván Duque Márquez. Lo declaró en el debate que tuvo lugar en Medellín en el mes de abril de 2018, evento que se dio bajo la alianza entre TeleAntioquia y Semana.

Con eso en mente, el hoy presidente se atrevió a mentirle a todos los feligreses que creían a ciegas en él. Los engañó vilmente porque ya la corte había aprobado la unión marital del mismo sexo en el año 2016. Eso es para que veamos que hacer apología de "mesías redentores", como Iván Duque y sus séquitos (que prometían proteger y conservar nuestros principios), no era más que el resultado de las falacias para neófitos en plena campaña presidencial.

Sabemos y tenemos clarísimo que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, pero y qué con eso, si la corte Constitucional y el Estado no garantizaron la protección integral de la familia como tenían que hacerlo según el artículo 42 de la Constitución de 1991: “La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla. El Estado y la sociedad garantizan la protección integral de la familia. La ley podrá determinar el patrimonio familiar inalienable e inembargable”.

Tras eso dicho, vuelvo y repito: que no se nos olvide que fue bajo el gobierno derechista cuando le dieron validez al matrimonio igualitario y se vulneró a la familia, así que no satanicemos a la izquierda para hacer apología de la derecha; derecha que ha vulnerado, hurtado, maltratado, violentado y criminalizado durante más de 200 años todos los derechos que le pertenecen a una sociedad.

Ahora bien, gobernar un país no solamente es "proteger el derecho fundamental a la familia" para tener contentos a los creyentes conservadores y olvidar el sinnúmero de irregularidades y falencias que aquejan a nuestra nación, como el empleo informal, el difícil acceso a la educación, la pobreza en zonas vulnerables como La Guajira y el Chocó, por nombrar solo algunos.

Mientras ellos, los políticos, "complacen y protegen" los intereses eclesiásticos para presentarse como candidatos “creyentes”, seguirán perpetrando crímenes bajo sus investiduras y vulnerando los derechos básicos fundamentales que como ciudadanos tenemos derecho.

Lo que más me sorprende no son las mentiras de la oligarquía colombiana, sino la desconexión total del pueblo con la realidad y con lo que ha sido noticia. Lamentablemente, somos una nación a la que fácilmente le meten gato por liebre por andar desinformada.

¿Será posible que para el año 2022 nos dejemos engañar otra vez?

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