¿Qué les pasa a los leones?
Opinión

¿Qué les pasa a los leones?

Parece que a los leones no les sirve para nada su hoja de vida a la hora de contener sus deseos sexuales

Por:
noviembre 15, 2022
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Foto: National Geographic

Es muy distinto hacer una campaña de prevención de la violencia contra las mujeres que diga “Manosear a su hija, nieta o sobrina es un delito” a otra como “Si estás en un bar y vas a la barra y preguntas “por Angela” el equipo del bar sabrá que necesitas ayuda para salir de tu situación, te pedirá un taxi o te ayudará a salir discretamente sin demasiado alboroto”. En una, enfocada en los leones, les advierte que esa aldea no los tolera y está dispuesta a encarcelarlos. En la otra se enfoca el problema en las mujeres de la aldea, son ellas quienes tienen que estar al tanto de la incontinencia de los leones y como aldea vulnerable, deben prender fuego en los límites para que no entren, y en caso de ataque, buscar ayuda para que la saquen de la aldea sin mucho ruido, no sea que los leones queden mal.

Pues bien, en el gremio de los banqueros de Colombia, Asobancaria, un león asoló una aldea y farisaicamente mataron al león, viejo e inútil, ya incómodo; armaron baile, lo exhibieron y utilizaron el impasse para quedar como un ejemplo de la lucha que las entidades representadas están dando contra la violencia de género. ¿Y los medios? Muy bien gracias, les hicieron el juego sin preguntarse varias cosas. Primero, por qué tardaron tanto tiempo en tomar medidas. Segundo, qué pasó mientras tanto. Tercero, cuando la agredida denunció ante la entidad lo que había pasado, qué le contestaron. Cuarto, y cuando presentó su renuncia motivada, cómo respondieron. No hay que ser Sherlock para darse cuenta del extraño tejemaneje.

Como si fuera poco el tratamiento que le dieron al tema en el gremio y en los medios fue de tercera y de lo único que esto habla es de la ignorancia en torno al asunto. Una aldea atrasada llena de leones al acecho y todos gritando “ya matamos al león, somos unos valientes!”,  sin preguntarse qué será lo que pasa que hay tanto león buscando presas. En la casa, en la escuela, en la guardería, en el colegio, en la universidad, en las empresas, en las iglesias, todos los días una noticia, contando con que apenas dos de cada cien mujeres denuncian los ultrajes. ¿Sí? ¿De verdad creen que ya mataron el león?

Anuncian los medios carroñeramente que el gremio retira al viejo león por presunto abuso, después cuentan que el jefe de la junta de los leones solicitó una investigación para la cual convocan entre los evaluadores a una mujer directora de un banco - el “de la mujer”, así posan de incluyentes - para darle “credibilidad” a los procedimientos que buscan la ecuanimidad. En los medios convencionales, ni una pregunta, un cuestionamiento al gremio o una investigación sobre el tema en cada entidad financiera. Como loro en estaca, lo que les cuenten en los comunicados de prensa o en las entrevistas a activistas. ¿Y los leones?

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La cereza del pastel la ponen cuando los medios al final de su chiva hacen un recuento de la importancia que ha tenido ese viejo león : que si ministro, que si director del banco central

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Pero la cereza del pastel la ponen cuando los medios al final de su chiva empiezan a hacer un recuento de la importancia que ha tenido ese viejo león para el país: que fue tal cosa, que fue tal otra, que si ministro, que si director del banco central, que parte de esto y que parte de aquello. ¿Dónde graduó el pipí? Parece que a los leones no les sirve para nada su hoja de vida a la hora de contener sus deseos sexuales y no usar para su complacencia el poder que otorgan las jerarquías.

Hay más en el país del sagrado corazón y sus pipís ilustrados e importantes. Qué tal este trino: “La peor forma de acoso es la q ocurre en los colegios. Porq es desgarrador ver a padres q creyeron q era un lugar seguro. MinEducación: propongo una brigada rosa en los colegios. Mujeres encargadas de vigilar y proteger”. Las brigadas rosa, los taxis rosa, el vagón rosa, el mes rosa, camiones y volquetas rosa; o las rutas violeta, comités de género o protocolos de equidad de género. Ni con todo el arco iris en los calzoncillos parece que entienden de qué va este asunto de la violencia sexual contra las mujeres. Lo que es desgarrador es la violación sistemática de los DDHH de las mujeres.

Seguimos haciendo hincapié en las leyes para castigar a los agresores, en las rutas para denunciar y proteger a las víctimas, en los espacios seguros para nosotras, en que la noche y las calles también son nuestras, en que no es no, en videos para enseñarles a las niñas a no dejarse manosear y si pasa, hablar. Y cuando hablan las niñas, adolescentes y adultas, ¿saben que les dicen? “Tan valiente”, es que no fue capaz de poner fuego en los límites de su aldea, pero sí fue capaz después de contar que se la comió el león. Tan valiente; de nuevo ella, ella, ella. Y cuando van a hablar del asunto en los medios llegan al colmo de hacer eco de mensajes tales como este: “tiene fulano toda la razón, el caso se debe generalizar a hombres y a mujeres”. Acosos por igual para unos y otras. Ni siquiera los datos que son escandalosos en contra de las mujeres parecen hablarles de esta ignominia.

Hasta cuándo tendremos que aguantar un país que a duras penas habla de la aldea violentada, del fuego en sus orillas pero no de los leones. Cómo es posible que arrastremos años de violencias contra las mujeres, decálogos, manuales, leyes, comités, cátedras y demás y durante una semana no se haya preguntado nadie por qué. ¿Por qué? ¿Qué es lo que pasa con los leones? ¿Cuál es el problema que tienen los leones? ¿Dónde aprendieron los leones que las mujeres somos objetos sexuales para el usufructo y el intercambio comercial? Parece que también lo enseñan en los bancos, cátedra sin igual de los valores volátiles.

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