¡Que en el 2022 no pase lo del plebiscito!

¡Que en el 2022 no pase lo del plebiscito!

"La pereza de muchos jóvenes y adultos que no salieron a votar permitió que por cerca de 50.000 votos resucitara el uribismo y eligiera subpresidente luego"

Por: Leandro Felipe Solarte Nates
junio 18, 2021
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¡Que en el 2022 no pase lo del plebiscito!
Foto: Twitter @Registraduria

Si algo demostró el paro nacional es que este gobierno y el uribismo radical que lo controlan no están dispuestos a impulsar los cambios estructurales que requiere el país. Por el contrario, se opondrán a ellos, achacándole a las protestas orígenes “subversivos internos y externos”, usando la represión cada vez más sanguinaria recurriendo a las fuerzas armadas y promoviendo el paramilitarismo urbano en complicidad con la Policía, como se evidenció en Cali.

Sin duda, el paro tiene su trasfondo político, tal como lo expresó el directivo de Fecode, escandalizando a quienes a toda hora desde el gobierno y diferentes medios hacen política y se hacen los locos.

Al mamarle gallo a las negociaciones, el gobierno y la ultraderecha asumen una posición política con miras a prolongar las manifestaciones, los bloqueos y disturbios para que un sector de la ciudadanía se asuste y canse, y de pronto, en las próximas elecciones apoye a los candidatos de la derecha para Congreso y Presidencia de la República.

Del otro bando, cada vez se convencen más de que poco pueden esperar de un gobierno que desde el principio se propuso mantener el régimen vigente, boicotear la reformas agraria integral, política, electoral y la JEP, buscando hacer trizas el acuerdo de paz con las Farc, que habría contribuido a distensionar buena parte de los conflictos en el campo y la ciudad.

Para agravar los problemas acumulados, el gobierno de Duque también permitió que otros grupos armados de distinto origen coparan los territorios desocupados por las Farc, continuando además, el asesinato de guerrilleros desmovilizados y líderes sociales y de ñapa tiró por la borda la inminente firma del acuerdo de paz con el ELN, que junto con las disidencias de las Farc se han fortalecido y siguen activando la guerra urbana y rural que tanto les conviene.

La oposición, que con Petro y Fajardo lideran encuestas para elecciones presidenciales, desde distintas posiciones y propuestas programáticas, está de acuerdo en que seguiremos hundiéndonos, sin una transformación profunda de la sociedad colombiana y mientras no se acuerde una política viable, unida y organizada para reemplazar 20 años de uribismo y gobierno autoritario concentrando todos los poderes públicos y organismos de control.

Si no nos preparamos para derrotar a la coalición de derecha en el poder, la situación empeorará y el gobierno, sus instituciones civiles y fuerzas armadas seguirán al servicio de unas minorías angurrientas que cada vez se enriquecen más aprovechándose del Estado, mientras permiten la entrega de los recursos naturales y deforestación de la Amazonia y el Pacífico para que el gran capital industrial, minero y financiero aliado con los narcohacendados, parapolíticos, ganaderos, palmi y cañicultores se adueñen de los recursos públicos y más tierras, desalojando a comunidades indígenas y comunidades negras y cerrándoles la oportunidad a campesinos pobres y colonos a que titulen sus predios.

Son 20 años de neoliberalismo que inicio el gobierno de Gaviria y profundizó Uribe adjudicando las empresas y servicios del Estado entre sus amigos de los departamentos y grandes grupos económicos que lo apoyaron junto a los paramilitares de las AUC y parapolíticos, calcando el modelo chileno que impuso Pinochet y en ese país austral ya explotó, activado por los estudiantes, trabajadores, desempleados e indígenas asfixiados por la privatización hasta del agua y que agobiados por la expoliación se aprestan a pactar una nueva Constitución.

Sin duda que la integración durante las marchas y bloqueos de juntas comunales y barriales, de jóvenes de barras bravas, estudiantes, madres de familia, trabajadores, campesinos, desempleados, educadores, artistas, han sido ejercicios prácticos de participación en política diferente a la electoral; pero sí para las elecciones para Congreso y presidenciales los jóvenes no inscriben sus cédulas y no se concreta en el voto de quienes manifestaron su descontento, en el 2022 tendremos más represiva dictadura con careta democrática.

Por ahora el comité nacional del paro ya anunció que no convocará a más manifestaciones públicas y presentará proyectos de ley al Congreso buscando tramitar algunos puntos del pliego de peticiones y que no entierren las investigaciones por los abusos y asesinatos cometidos por miembros de la Policía y encapuchados y se esclarezca el paradero de los desaparecidos, mientras en los bloqueos persisten núcleos de jóvenes y población descontenta que tramita ante las autoridades locales sus exigencias más urgentes.

Que para el 2022 no pase lo del plebiscito, cuando además del huracán que azotó a los departamentos de la costa atlántica, la pereza de muchos jóvenes y adultos que no salieron a votar permitió que por cerca de 50.000 votos resucitara el uribismo, eligiera subpresidente luego y nos mantuvieran cagados y atollados como estamos.

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