¿Por qué demandé y entutelé al CNE?

El 28 de noviembre de 2017 el precandidato a la Presidencia de la República de Colombia Eivar Galindez ha instaurado las siguientes demandas y tutela:

1. Demanda contra el Consejo Nacional Electoral (CNE) y ante la Procuraduría y Fiscalía General de la Nación:

A) Por negligencia en cuanto a permitir que los afiliados o aliados del foro de Sao Paulo/Odebrecht/narcotráfico/guerrilla/corrupción política se postulen a cargos públicos sin ningún tipo de control. También por no llenar los vacíos jurídicos respectivos a la hora de condenar o limpiar el nombre de los candidatos a cargos públicos. De esta manera se permite que los políticos corruptos se escuden de la presunción de inocencia y con cientos de cargos en su contra puedan llegar a la presidencia del país. ¿Como se condena o absuelve rápidamente? Con juicios fast track, así sí se sabe quién es quién en las elecciones.

B) Demanda contra el CNE por los vacíos jurídicos, legales y fiscales en cuanto a las candidatura por recolección de firmas; una vía más que se presta para generar gravísimos casos de corrupción electoral.

2. Demanda de Inconstitucionalidad del Articulo 444, regalo de Carlos LLeras Restrepo; que somete completamente al pueblo a voluntad de los gobiernos de turno y los faculta para que hagan y deshagan lo que quieran y como quieran con la Constitución, como siempre la amañan a su favor y conveniencia.

3. Tutela contra el CNE por permitir que ciertos pre y candidatos hagan publicidad y propaganda en prensa, radio y tv; aunque está totalmente prohibido por ellos mismos. Tengo los audios prueba dejados en Fiscalía y Procuraduria de cómo se hace publicidad en los medios de comunicación con el beneplácito del CNE; eso sí por mucho dinero, que sale lícita e ilícitamente por parte de los políticos contratantes.

Es necesario pues que los colombianos despierten, abran los ojos, no traguen entero; hay que preguntar, investigar, entutelar, demandar y hacer valer nuestros derechos. Los colombianos somos los dueños de Colombia, ¿por qué vivir como mendigos?