Policía mata al perro que lo mordía: ¿autodefensa o abuso?

La controversia por policía que mató al perro que lo mordía: ¿derecho a la defensa o abuso de autoridad?

En Manizales un perro mordió a un policía ¿justifica que se le disparara matándolo? Y el otro patrullero, ¿debió quedarse quieto ante el sufrimiento de su compañero?

Por: Terry Hurtado
septiembre 27, 2024
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La controversia por policía que mató al perro que lo mordía: ¿derecho a la defensa o abuso de autoridad?

Como ya es habitual en la marea de las redes sociales primero llega la información más dramática, muchas veces expuesta de manera amarillista, y luego llega el contexto, aunque en muchas ocasiones, solo parcialmente o de forma manipulada.

Este fue también el caso de un suceso acontecido en el barrio San Sebastián de Manizales la semana pasada en el cual un perro de raza pitbull sufrió un disparo fulminante en la cabeza por parte de un patrullero que buscaba auxiliar a su compañero que se encontraba siendo mordido en la mano por el canino de color beige. La imagen del disparo y los reclamos de los vecinos fueron los que primero inundaron las redes.

Luego llegarían las imágenes en las que por 35 segundos se observa al perro mordiéndole ininterrumpidamente la mano al patrullero, y este forcejendo para intentar zafar al perro de su mano.

En el video se aprecia como el compañero de patrulla, tras preguntarle a una mujer, que al parecer era su cuidadora, si autorizaba que le disparara, y dado a que esta accede, le propinó un tiro certero en la cabeza al perro. A mi juicio, a ninguno de los patrulleros se les percibe actuar de mala intención.

La patrulla de policía se encontraba en el lugar atendiendo un llamado por una riña intrafamiliar, en la que un hombre estaba en una actitud hostil contra su hermana. Pese a que existen varias versiones, hay un hecho en común y es que el perro habría mordido primero a la hermana y con posterioridad al policía, aparentemente por el enfrentamiento verbal y alteración física en que se encontraba el hombre que también tenía cercanía con el pitbull.

Entonces, el hecho de que el perro haya mordido al policía, ¿justifica que se le disparara quitándole la vida? o el hecho que el otro policía mató al perro de un disparo, ¿es razón para exigirle que debería quedarse impávido ante el sufrimiento de su compañero? ¿Quién es la victima? ¿Hay más de una víctima?

El “uso de la fuerza” por parte de un policía es una facultad contemplada en la ley 1801 de 2016. Sin embargo, este medio material debe estar modulada a las circunstancias y debe ser “proporcional y racional” y “ser usado como ultimo recurso”. Casi sin duda, el uso de la fuerza en este acontecimiento era necesario y legitimo. No obstante, fue un disparo letal, ¿un uso proporcional de la fuerza?

Pese a que en el video no se observa sangrar al patrullero que estaba siendo mordido, ya que en una mordedura no suele haber sangrado, al menos que exista desgarre, es apenas sensato suponer que la presión de más de 200 libras de presión por pulgada cuadrada que genera la mandíbula de un pitbull, lo cual es alrededor del triple de la presión que genera una mandíbula humana y al menos 20 veces el de un abrazo fuerte, tendría que haberle estado produciendo dolor, así como los dientes que le hubiera alcanzado a clavar.

También es razonable afirmar que las lesiones que estaba sufriendo el policía en la mano, no lo estaba poniendo en riesgo vital. Es decir, el mecanismo que debió haber usado su compañero para cumplir el principio del uso proporcional de la fuerza no tenía que haber llegado a quitarle la vida, pues la vida del patrullero, quien estaba siendo mordido, no estuvo en riesgo.

“La dueña le dio permiso que le disparará” dicen algunos en redes. Pero quienes hacen tal afirmación deben entender que la hermana, incluso siendo la cuidadora del perro, no es autoridad veterinaria, ni sanitaria, ni judicial para dictaminar que un animal compañero puede ser eutanasiado o sacrificado.

Quienes creen que el “dueño” de un perro puede disponer de la vida de su animal sin más criterio que su consideración, deben revisar los avances jurisdiccionales de las altas cortes colombianas desde el 2010, así de la normativización de la sintiencia en la ley 1774 de 2016.

Quienes creen que “tocaba hacer algo pues le va a volver la mano nada”. Tienen toda la razón, pero si creen que ese “algo” era matar al perro, tal vez deben notar que su juicio está guido por un razonamiento especista que lleva a métodos que nunca se usarían con un humano ante una situación similar. O ¿coincidiría qué a un humano, en estado de locura o narcotizado, se le disparará en la cabeza para zafar su mordida de la mano de alguien más?

Para evitar que estas circunstancias, o semejantes, sigan sucediendo es indispensable que la Policía Nacional entrene a sus integrantes para saber cómo afrontar los diversos escenarios que puedan emerger con animales no humanos durante el cumplimiento de su deber y establezca directrices y protocolos que eviten dejar el accionar a la espontaneidad guiada por el especismo.

Lo anterior, lo venimos proponiendo desde el año 2017 en que se presentó un caso en Ipiales y posteriormente otro caso en Cali en el 2018. Una institución como la Policía Nacional, que es vertebral en la normatividad en relación a la atención de casos con animales, requiere actualizarse para poder responder adecuadamente, y sin poner en riesgo a su personal, a la sociedad de hoy y los conflictos interespecie que en ella emergen. Así, podrán contribuir al logro del plan nacional de desarrollo y a la convivencia interespecie.

Finalmente, sería importante que el patrullero herido con el apoyo de la Policía Nacional tomara acciones administrativas contra el hermano por azuzar al pitbull, esto acorde a lo dispuesto en el numeral 7 del artículo 124 de la ley 1801/16 e instaure una denuncia penal por lesiones personales con dolo, pues no se puede seguir pasando por alto que sujetos estén instrumentalizando a los animales no humanos como armas, poniendo así en riesgo su integridad física y psicológica.

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