Paulina, orina y otras insinuaciones

Paulina, orina y otras insinuaciones

Un texto a propósito de la controversial foto de la exreina y otras cosas

Por: Carlos Tamara
febrero 04, 2021
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Paulina, orina y otras insinuaciones

De las pocas personas en el mundo que conocen a Paulina como la palma de su mano yo puedo ser la primera. De allí que cuando vi la foto en que aparece, como dicen las señoras, haciendo aguas, fui inmediatamente y saqué mi lupa e investigué grano a grano, es decir, píxel por píxel. Lo demostraré a continuación:

Para decirles las conclusiones de la más meticulosa, ¡vaya palabrita!, de las investigaciones jamás realizadas sobre tan escultural figura deberían pagarme a millón de dólares por palabra, pero estando en época de las vacas flacas pandémicas le haré gratis ese favorcito a la chica. Me voy a sacrificar y me seguiría sacrificando si ella más quisiera.

Obsérvese, con el ojo menos voyerista que pudieran sacar al mercado, un detalle de la foto supremamente sintomático que va a marcar la investigación. Paulina tiene la mano derecha tapándose la cara mientras usa su pierna idem, destapándose parcialmente. ¿Saben por qué puede hacer ese malabar?

La respuesta es absolutamente desconcertante: porque es imposible hacer lo contrario.

Paulina por más paulina que sea, es decir papabile: jamás podría taparse la cara con la mano derecha y estar mostrando la parte retro izquierda. Eso no lo hace ni el Centro Democrático. Es más, si alguien leyó el libro de Michael Foucault, Las palabras y las cosas, donde debate sobre Las Meninas, el famosísimo cuadro de Diego Velázquez, sabrá de manera filosófica a qué me estoy refiriendo. Es imposible de representar. Ahí se devela que no existe una forma topológica de hacer semejante contorsión, y vaya si Paulina tuviera la prosapia para hacerlo. ¡Me consta!

¡Ni las malabaristas del circo chino!

Claro que de haberlo intentado debería haber pasado por encima de mi cadáver pues yo estaba por ahí muy cerca. Y eso por lo siguiente:

¿Alguien ha puesto el ojo en el hilo dental? Juro que es la parte más sobresaliente de la foto. A quien no se le haya ido el ojo para allá, sea hombre o mujer, que lo capen ipsofactamente.

He investigado esa parte mucho más meticulosamente debido claro está a la cercanía que sugiere la palabrita. Esa parte revela que de Paulina haber intentado tal contorsión imposible, mencionada arriba, habría cercenado importantes, y abismales zonas. ¡Ay! Paulina se hubiera guillotinado con el hilo como haciéndose un corte láser. Joseph Ignace Guillotin hubiera tenido que inventar, en plena Revolución Francesa, una máquina que cortara a ras ya no la cabeza. ¡Es una máquina imposible de inventar! A quién se le daría por… ¡Por favor!

La siguiente parte es todavía más apreciable y destacadísima. Nótese que Paulina tiene la boca abierta y sus labios afloran sensuales como si estuviera degustando algo invisible. Y no es Paulo cayéndose del caballo, no. Alguien podría decir que, prosaicamente Paulina está sonriendo. Grano por grano eso es totalmente falso. Paso a demostrarlo:

Aquí debo someter al público a una corta digresión. Fui operado de corazón abierto y atestiguo que en algún momento de la vida podrán apreciar el significado de una meada oportuna. ¡Estás que te revientas! Es decir, durante cierto número de días orinas sin hacer uso de tu adminículo, ¡otra palabrita! más protuberante; de manera que cuando te dejan usarlo, ya desconectado de la máquina pareciera que estuvieras viendo de nuevo el mundo. ¡Lo oreas! ¡Lo dejas que reconozca el mundo y no pierda el sentido de orientación tan útil a altas horas de la noche!

Además eso podría revelar que es imposible para Paulina orinar sin abrir sus labios. ¿Qué mujer puede orinar con los labios cerrados? Ni siquiera mi abuela fumándose una calilla podía hacerlo: ella alzaba sus polleras dejando una milagrosa y muy calculada caverna de tela y abría sus labios. Salía puro humo.

Ahora bien, la foto revela algo absolutamente insospechado, casi monstruoso. ¿Alguien nota el giro milimétrico que hacen las caderas de Paulina? Es decir, el glúteo derecho va hacia la derecha y el izquierdo hacia ese lado; lo cual implica otro imposible con que nos castiga la naturaleza: es imposible orinar sin abrir la boca del más pendejo de los orificios más circulares que queda más abajo.

Y es que una orinada puede ser una cagada que no llegó a tiempo. Sin embargo el cuerpo de manera refleja, usando saberes descubiertos por Darwin, prepara las condiciones por si acaso. No descarte que algo gaseoso de ruidoso perfil también merodee extraviado por allí.

Todo eso se vincula, otra palabrita, con mi estrecho y viringo saber cosmológico, el horizonte de sucesos: debido a lo exiguo de la velocidad de la luz las cosas no pueden suceder al mismo tiempo. Existe un retraso mientras la luz recorre las enormes distancias y nos trae la información desde los confines del Universo.

¿Y es que acaso puede haber distancia más gigantesca en el Universo entre un sitio y el otro de la anatomía sublime de una mujer tan divina? Quien no lo haya advertido, ¡que lo capen también!

Es más, señalo de sopetón, un ilustre coterráneo de Paulina, qué coincidencias, el benemérito y respetado doctor Gerleín se refirió a ese peliagudo asunto cuando ventiló en el senado aquel olvidado debate de la ilustrísima y nunca suficientemente comentada Sociedad del Anillo. Dijo de forma casi ritual y onomatopéyica que… en fin…

De todas maneras si a mí me tocara desafiar esas distancias para tomar un camino o el otro, no tendría duda alguna. Me sacrificaría ene veces y acudiría solícito incluso al martirio.

Hay algunos detalles en la foto que revelarían, por lo menos para mi gusto, que ella pudo haber tomado decisiones políticamente equivocadas. ¿Por qué usó un bluyín y no una estilizada y femenil falda? Es decir, para su futura candidatura a la alcaldía de Bogotá, le hubiera ido mejor usar falda. En su momento, a Mockus nadie le hizo este análisis grano por grano. Y con Paulina me arriesgaría: este sería el momento de estarle haciendo una disección más minuciosa que dejarían las manipulaciones oraculares de la actual alcaldesa capitalina en un resuello de narices.

Y es que no hay punto de comparación.

Comentaré a continuación alguna que otra aberración visible. La foto muestra que la llanta del vehículo se salva milagrosamente del chorro. Y es que de haberle salpicado una gota ahí mismo se hubiera desinflado. Y no es cosa de suponerlo en abstracto. ¡Se puede demostrar! Obsérvese que un tris adelante donde cayó el chorro ya las hierbas están resecas. Ella también protege sus angelicales pies pues la corrosión suele ser letal.

Es que la belleza no viene sola. Eso obliga a una química especialmente organizada. De eso, no hablaré porque es parte de la nanociencia. Son fenómenos de superficie.

Finalmente comentaré el sitio donde tendría Paulina su deliciosa mano izquierda que luce desaparecida como por encanto.

Se sospecha que la luz viaja en línea recta por su naturaleza fotónica. Los rusos aprovecharon esta ventaja para cambiar su pénsum de geometría: la luz hace aparecer las rectas como posibles, apta para enseñar triángulos. Es decir, ninguna geometría tendría correspondencia física. La geometría de Euclides, interpretada por Albert Einstein en su Teoría de la Relatividad, estaría montada solo sobre postulados matemáticos sin arraigo en realidad física alguna. Lo más parecido a una recta sería un rayo de luz, con un pequeño problema, va a 300 mil kilómetros por segundo: no se sabe si el fotón que sale es el mismo que llega. En espacios cortos como los de Paulina nadie se daría cuenta, pero en espacios largos la luz se curva por la fuerza de la gravedad. A esa fuerza imponderable achaco que la mano de Paulina aparezca como extraviada: estaría ejecutando un acto a la velocidad de la luz. ¡Ay! Paulina por qué osaste sola. Si tú sabías que podías dar por descontados mis sacrificios.

Pero esa mano izquierda da una idea de la perspectiva por demás traviesa de la imagen. ¿Quién, con medio dedo de frente, podría jurar sobre la Biblia que Paulina está haciendo lo que dicen que hace? ¿En qué sitio específico y sagrado, ¡ay! estaría extraviado el pulgar o el índice en el caso que la mano izquierda estuviera abierta?

Agrego algo más en esta nota: “Un equipo de urólogos de Seúl (Corea) ha dado con un factor físico que sí puede predecir la longitud del pene adulto: la ratio entre los dedos anular e índice de la mano derecha. Cuanto más largo sea el dedo anular respecto al dedo índice, más largo es el pene”. Y sobre la mano que Paulina muestra, Sherlock Holmes qué inquiriría de tan sagrados dedos, tan largos. Esto remitiría a… otras investigaciones que daré a conocer por otro canal… ¡Qué palabrita!

Este último comentario es más irascible, caídos en la cuenta ¡de lo romo de sus uñas! Obsérvese el insidioso dedo meñique sobre el borde de la nariz. Imaginemos que hubo una primera foto cambiando de mano y de posición. ¿Qué estaría oliendo?

Yo me imagino un manjar. Pagaría por ingerir los licores que se decantaran tan solo con agregar tan volátil y sacrosanto aroma.

Y es que por esa imagen tan exultante de felicidad a estas alturas oso caer en la perplejidad.

Ojo, yo le ayudé a enderezarse cuando se incorporó. Juro que no le quité el ojo de encima.

¡Ay! ¡Pau!

Quiero agregar algo de utilidad geoestratégica. ¿Alguien advierte la desventaja digamos, geopolítica, en que se posiciona una mujer cuando orina? ¡No es sino empujarla!

Por ejemplo, cuando aquella senadora de marras orinó en una maceta de palacio y fue avistada, no se sabe si por el presidente, qué pudo haber sucedido que marcó el rumbo de esa reelección.

Nota. La imagen analizada aparece en Las2orillas. Lo de los coreanos lo tomé de la web.

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